Telefónica, a través de Carlos López Blanco, director general de Asuntos Públicos y Regulación, ha presentado lo que denominaron su Manifiesto Digital, documento que recoge la filosofía de la española de cómo debería ser Internet en algunos años.
En el documento se expone que la neutralidad de la red, por un lado debe ser respetada y por otro sujeto a la regulación para evitar que en algún momento sigan desarrollándose los grandes monopolios que hoy predominan por todo el vasto mundo del Internet.
El manifiesto es sin duda un llamado de atención para que todos nos demos cuenta del poco equilibro que existe en la red y donde las economías digitales que se están desarrollando muestran un rápido crecimiento fomentando que unos cuantos dominen y capten la mayor cantidad de ingresos (como en las economías tradicionales).
Durante la presentación del documento se dijo que actualmente en todo el mundo los operadores de red se encuentran regulados de distintas formas exigiéndoles un nivel de calidad en el servicio y atención al cliente; pero las empresas que viven en Internet no están sometidas a ningún tipo de regulación propiciando que caigan en malas prácticas.
Además, estos monopolios siguen creciendo en Norteamérica y Europa, fomentando que el 82% de las solicitudes de registro de nuevas empresas y captación de dominios genéricos de alto nivel se realice en esas regiones y bloqueando, de una u otra forma, que la competencia logre captar la atención que los gigantes tecnológicos alcanzan.
Internet ha de ser accesible a todo el mundo, y para ello deben darse tres circunstancias: que sea asequible, tanto la conectividad como los dispositivos. Que la población esté formada en su uso. Y que existan las infraestructuras adecuadas
La regulación, libertad de información y privacidad de datos, el gran reto
La base a través de la que parte el manifiesto digital de Telefónica se encuentra en la neutralidad que podemos lograr en la red para desarrollar una economía digital sustentable que permita a todos adentrarnos en ella sin ningún conflicto de intereses.
La regla básica sería lograr que los gigantes tecnológicos, que han crecido con Internet sean regulados para que permitan el crecimiento de pequeñas empresas y economías emergentes en Internet. Sin embargo, si esta regulación es aplicable a los grandes monopolios, por ende tendríamos que aplicarlos a los pequeños para resguardar en todo momento la seguridad de las transacciones que realizan los usuarios.
Gracias al surgimiento y rápido crecimiento de las tecnologías móviles es que hoy vemos como el mercado móvil está dominado por dos grandes empresas: Apple y Google, compañías que no realizan importantes operaciones en la red, pero que si obligan a que los usuarios dependan de ellos gracias a que sus dispositivos predominan en el mercado.
De tal forma que iOS y Android controlan cerca del 90% de los dispositivos móviles, mientras que sistemas como BlackBerry 10, Windows Phone y Firefox OS poco han logrado hacer por competir con ellos.
La propuesta de Telefónica es la apertura de las App Stores y de los sistemas operativos para que cada fabricante opte por diversas soluciones, así podríamos en un momento dado ver un teléfono Samsung con iOS o tal vez un iPhone con Windows Phone, permitiendo que las aplicaciones lleguen a múltiples plataformas y así no exista una limitante para los usuarios.
Donde por ejemplo, WhatsApp (Quien domina el mercado de la mensajería) pueda llegar a plataformas como Firefox OS.
López Blanco ha pedido no solo se regule a las empresas de Internet sino que también sea aplicable a todos los agentes que participan en el desarrollo de la economía digital.
Pidiendo que la discusión de la neutralidad y regulación de la red se dé en todos los puntos, bajo un principio de transparencia y de no discriminación, dejando claro que determinados servicios tienen prioridad sobre otros a la hora de acceder a Internet.
Sin embargo, al llegar este punto, ponemos también en riesgo la capacidad de autoregulación de Internet, donde los usuarios determinan lo que es bueno y lo que no. Podríamos caer en la creencia de evaluar los servicios por el valor que ofrecen y si, por poner un ejemplo, el servicio que otorgan los ISP es de mayor importancia podría generar un costo más alto por solo acceder al servicio.
O también podríamos caer en una discusión global, que ya tuvimos en el país con la Reforma de Telecomunicaciones, donde se acepte la llegada de “servicios exclusivos” para los usuarios tengan que pagar una cantidad extra para acceder a la red con más privilegios que otros usuarios en economías poco desarrolladas pudieran pagar.
En los últimos años hemos visto como en varias partes del mundo la neutralidad de la red ha sido puesta en duda por sus gobiernos, además los casos de espionaje nos hacen mostrarnos escépticos frente a una propuesta de Telefónica de contar con un Internet libre donde muchas cosas sean abiertas, mientras que otras, donde ya existen monopolios sean regulados. Un tema bastante complicado, diría yo, que estoy seguro dará mucho de qué hablar próximamente…
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