Compró un disco duro que creyó era nuevo, pero al conectarlo encontró 800 GB de datos con valor de miles de pesos

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Ismael Garcia Delgado

Editor Jr

Comunicólogo y Periodista por la UNAM. Redactor, locutor, guionista y creador de contenido. Apasionado por la música ochentera, el cine de acción/sci-fi, series dramáticas y la literatura hispana. Fiel defensor del séptimo arte mexicano.

Un tesoro perdido. Imagina adquirir un producto nuevo que, inesperadamente, contenga un valor de miles de pesos. Si bien el mercado de segunda mano se ha caracterizado por presentar fallas, los productos nuevos, en teoría, nunca han sido utilizados y deben cumplir con un estándar de calidad. Sin embargo, esto no siempre es así.

Como una aguja en un pajar. Pocas son las probabilidades de que este tipo de situaciones ocurran, pero nunca cero. Esta es la historia del usuario de Reditt All-Seeing_Hands quien encontró una "sorpresa" escondida en un SSD de 1 TB de almacenamiento recién comprado. Al conectarlo en su equipo se dio cuenta que no estaba vacío.

800 GB. Esta fue la cantidad de almacenamiento ocupado en el disco duro. Resulta que, a pesar de conseguirlo como un producto nuevo, en realidad contenía archivos que acapararon el 80% de su espacio de almacenamiento, según contó en el portal. Lo sorprendente viene al saber qué le dijo la comunidad como respuesta.

"Cientos y miles de dólares". Como le explicaron, el contenido no era realmente basura, más bien, eran programas con un alto valor en el mercado. Por ejemplo, en el listado destacaron los nombres de a Kontakt, un software diseñado para la creación musical valuado en poco más de 5,000 pesos, y  Reaktor con un costo superior a los 3,300 pesos.

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Teorías y malas noticias

No todo es miel sobre hojuelas. Aunque pareciera que quien se hizo con tal disco duro y no tendría que sufrir por descargar, instalar y pagar programas que le podrían resultar útiles, no todos los usuarios pensaron de la misma manera. Algunos indicaron que o eran programas pirateados o bien, necesitaría una llave de activación iLok. Esto los haría inservibles a menos que tuviera una llave de acceso.

Las teorías no pararon. Otros tantos plantearon la posibilidad de que los archivos pudieron haber llegado al disco duro por un simple descuido del vendedor. Argumentaron que quizás un cliente devolvió el producto sin borrar su información y nadie revisó el contenido antes de volver a empaquetarlo.

Más y más especulaciones. Entre la horda de comentarios hubo quien se fue más allá y hasta sugirieron una posibilidad más siniestra: que esos archivos estuvieran ahí deliberadamente para atraer la curiosidad del comprador. Con ello, al momento de instalar los programas en su computadora, podría dar paso a una infección con uno o varios virus.

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