Edder, panadero de oficio y sin experiencia profesional en cinematografía, tenía fe en que ganaría el concurso, pero no podría haberlo sabido de cierto.
Su fe estaba depositada en que su trabajo de edición fuera tan bueno que consiguiera conmover los más posibles, sobre todo a los indicados, para hacerse junto con sus compañeros de equipo de 80,000 pesos, cursos de cinematografía y un smartphone cortesía de Motorola, patrocinador de la categoría de amateur en el certamen de cortometrajes hechos con celular de Smartfilms.
Edder como editor, Diego como director, Jared como actor y soporte en las tareas de rodaje, al igual que Melanny, todos sin experiencia en la industria cinematográfica y la producción audiovisual profesional; los cuatro como equipo produciendo cortometrajes amateur desde hace cuando menos cinco años bajo el nombre Story Draws.
El equipo es bastante ecléctico, Edder se dedica a la panaderia, Jared es trabajador de una pizzería, Melanny tiene estudios en pedagogía, y Diego es trabajador de una radiodifusora, y aunque pareciera que no tienen nada en común, su pasión por hacer cine es tal que los domingos los utilizan para hacer sus producciones caseras, y en el camino decidieron comenzar a invertir en equipo para aumentar sus capacidades técnicas.
Ahí todo empezó con una tímida Coolpix de Nikon.
Salto en el tiempo al 2018, cuando el equipo se enteró de la existencia de un concurso de cortometrajes que solo aceptaría trabajos hechos con celular. Cuatro meses después, muchos domingos dedicados, y con la desazón de varias de sus familias que estaban seguros de que el equipo no ganaría, Story Draws se llevó el premio a mejor cortometraje en la categoría amateur.
Hoy están los cuatro de acuerdo, el smartphone es una herramienta más que válida para que producir contenido audiovisual.
La selección del smartphone a utilizar fue bastante obvia en el equipo, pues se contaba con un J7, un Grand Prime Plus y un Moto G6 Plus. En el transcurso de los siguientes cuatro meses el equipo (y el Moto G6) sobvrevivió a un rodaje de dos meses (grabado solamente en domingos), la ruptura del "estabilizador/selfie stick" que utilizaban para grabar, y la frustración de una computadora de trabajo que jamás les permitió ver el corte final sin trabarse, hasta que fue exportado en 1080p para el concurso.
'El Algoritmo del Alma'
No es que, de momento, el smartphone sea la herramienta definitiva para hacer cine. A Israel, director de 'El algoritmo del Alma', cortometraje ganador de la categoría profesional del mismo concurso (y acreedor a 100,000 pesos), le causó conflictos la medición de luz contante y automática que realizó su iPhone 6S durante la grabación.
No era un problema que hubiera previsto antes de comenzar a grabar, pero cada vez que quería moverse hacia un costado, el smartphone haría una nueva medición de luz, oscureciendo al instante algunas tomas y obligando a Israel y a todo el crew a tener que volver a repetir la toma una vez más.
No la mejor idea si se tiene a un actor de 13 años caracterizado como personaje, cuyo traje cuesta ponérselo y quitárselo poco menos de media hora en total.
El ojo entrenado podrá verlo en su cortometraje, donde algunas tomas terminaron siendo subexpuestas en contra de la voluntad de Israel, que aunque tiene experiencia dentro de la industria cinematográfica, jamás había dirigido un corto él mismo, menos uno a partir del celular.
Este es 'El Algoritmo del Alma'.
Israel Gómez es el menor de cuatro hermanos, donde el mayor, Abraham, se dedica por completo al diseño de producción; el siguiente, David, se dedica a la pintura; después, Johny es diseñador de modas; y por último Israel, de apenas 23 años, es escultor por profesión, pero también tiene estudios cinematográficos. A Israel desde pequeño se le inculcó no solamente las artes y técnicas de la producción de máscaras, vestuario y maquillaje, sino que se le impulsó para que fuera creador de sus propias historias.
La familia creó en 1998 Morphix Group Mex, la casa de diseño de producción, vestuario, efectos especiales, y conceptos de arte, para producciones cinematográficas. La idea, cuenta Abraham, comenzó cuando ganaron un concurso de cosplay, "antes ni se les llamaba así" cuenta. Organizado por editorial Vid, su participación fue tan destacada que decidieron convertirlo en una forma de vida.
Con sede cercana al metro Acatitla, ahora la familia se dedica por completo al diseño de producción y ha colaborado con producciones del tamaño de 'Resident Evil: Extintion' y 'Apocalypto' de Mel Gibson. De ahí, es lógico que su cortometraje tenga énfasis particular en las atmósferas que crean los diseños a cuadro, incluido un robot que, nos cuenta Abraham, es un personaje hecho de materiales reciclados, con partes de un Iron Man, de un Stormtrooper, y hasta del clásico robot de la película 'Metropolis'.
Con tanto antecedente cinematográfico en la familia, y una carrera que aunque es incipiente acumula buena experiencia, Israel lo admite sin tapujos: en presupuestos siempre será un problema alquilar una cámara profesional. Habiendo estado en producciones anteriores sabe de las complejidades de tener que cuidar de un presupuesto, y mucho más de las vicisitudes de encontrar a alguien que fondee un proyecto.
"Grabar con celular ha sido una de mis mejores experiencias" dice Israel convencido. No es solamente cuestión de costos, sino también de libertad creativa.
"Aquí con el celular, vamos a tirar varias veces, vamos a intentar este movimiento... se da como una facilidad creativa, que no te da una cámara porque tienes miedo que un emplazamiento te tiemble o se vea raro y ya no puedas cambiarlo porque está esta onda de los focos y todo eso"
Israel Gomez
A la concesión logística de no tener que cambiar de ópticas y lentes en cada emplazamiento que se hace durante el rodaje, se suma además la facilidad operativa. "No tenías que preocuparte mucho por dónde ibas a pasar, dónde iba a estar tu foquista, dónde iba a estar tu asistente de fotografía para poder hacer los recorridos bien" dice Israel. Su experiencia hace referencia a las complicaciones operativas de un set profesional, que inundado de técnicos, cada milímetro de recorrido al hacer una toma debe estar cuidadosamente planeado para que los integrantes del crew se desplacen, cual coreografía de valls, en una dirección y en perfecta armonía.
La razón por la que este tipo de producciones no necesita a alguien dedicado a mantener el foco de la óptica (como sucede en producciones audiovisuales convencionales), es la falta de un lente dedicado al que tenga que ajustársele manualmente el foco. Este sí fue un problema para el equipo de Diego y Edder.
En su caso, la medición y exposición de luz no fue un problema porque la mayoría de las tomas están grabadas en exterior, con abundante luz, sin embargo las tomas desenfocadas fueron constantes a tal nivel que les obligó a detener tomas para volver a repetirlas.
Este es el cortometraje ganador de la categoría Amateur, 'El Último Recuerdo de Ti'.
Democratizando el hacer cine
Experimentar con tomas, encuadres, emplazamientos, distintas intenciones de los actores, y hasta filtros nativos de un celular al momento de grabar, es especialmente importante si se trata de creadores con poca experiencia, como en el caso de Edder y Diego de Story Draws. Ambos incluso se dieron el lujo de insertar filtros desde la app nativa del smartphone al momento de grabar, tomas que se pueden verse en el corte final del cortometraje.
Y está el asunto del hardware. En algún punto de los cinco años que llevan haciendo cortometrajes caseros, Edder compró un estabilizador de 1,500 pesos, ideal para una réflex, pero poco funcional para un smartphone. La solución pasó por adaptarle al estabilizador un selfie stick, sobre el que se posaría la mini cámara del G6. Todo iba bien hasta que, enmedio de un cambio de locaciones, Edder por un descuido hizo que el improvisado aparato se estrellara contra el suelo.
Al estabilizador no le paso nada, pero de la base no pudo decirse lo mismo. Incapacitados para seguir aprovechando las horas de sol, tuvieron que improvisar una nueva solución que pasó por ocupar unas ligas que dejaran inmóvil al G6 sobre la base plástica con quiebres y roturas evidencias del golpe.
"Funcionó bastante bien" dice Edder, entre risas del resto del equipo.
Cine con celular, para todos los gustos, de todos los géneros
No solo son Edder, Diego e Israel. Mardya del Valle, directora de Marketing de Motorola México se describe francamente sorprendida por la variedad de perfiles que se inscribieron en la competencia. Para ilustrar el caso explica que en Smartfilms Colombia, el ganador fue un campesino que elaboró sus propios sets en casa. En México además hubo el caso de una ama de casa cuyo cortometraje hecho desde el celular tenía como tema principal la sustentabilidad y la protección al medio ambiente.
No solo son los perfiles, también es la variedad de historias a contar. En la inauguración de Smartfilms México se dio una distinción especial a un cortometraje del año pasado que tiene tintes de fantasía y ciencia ficción. El cortometraje fue tan bien recibido en su participación de 2018 que TNT América Latina le seleccionó para transmitirlo en su señal.
Este es el cortometraje "Una Última Vez".
Pablo Rodríguez, Gerente Digital de Motorola México, lo resume con particular sencillez: nadie se habría imaginado hace 10 años que con un smartphone podría crearse cine.
Tiene un punto: en 2009 marcaba tendencia BlackBerry con un 8520 que carecía de WiFi, LG experimentaba con el modo ultra panorámico con el New Chocolate BL40 y Sony Ericsson era rey de la telefonía móvil con un X10 que era de las primeras apuestas sólidas en Android y el W995 que tenía una pantalla de 2.6 pulgadas con resolución 240x320 pixeles y cámara de 8.1 megapixeles.
Caso aparte el del iPhone 3GS, que con todo y su éxito su pantalla se quedaba en una LCD de 3.5 pulgadas con resolución de 480x320 pixeles y una cámara de asombrosos (en aquel entonces) tres megapixeles.
Ahora, los cortometrajes que resultaron ganadores de amateur y profesional en México ni siquiera se han hecho con smartphones de gama alta actuales. El promedio de los equipos utilizados para el concurso ni siquiera rebasa los 10,000 pesos.
Ahora, Smartfilms impulsa con ayuda de sus patrocinadores, que la tecnología está ahí no solo para conectarnos en la manera en que lo hacemos todos los días, sino también a través de la creación artística. Tanto en el caso de Israel como en el caso de Diego y Edder, hizo falta un crew de no más de siete personas, pero la suficiente soltura creativa tanto para experimentar con hardware inventado para la ocasión, como para resolver los problemas que sobre el camino las capacidades técnicas de sus móviles respectivos les presentaron.
No podría haberlo sabido de cierto, pero Edder estuvo en lo correcto: Story Draws ganó el premio mayor de la categoría de amateur; Morphix Group Mex hizo lo propio en la categoría profesional.
Algunos del equipo de Story Draws no pueden contener los ojos vidriosos de la emoción cuando se les hace entrega de parte del kit al que se han hecho acreedores por ganar en su competencia.
"[El premio] nos va a cambiar la vida" dice Edder totalmente conmocionado por la sorpresa del premio, cuya entrega no estaba agendada para el final de la entrevista a la que también asisten ejecutivos de Motorola. No solo son los cursos y talleres para su profesionalización, el premio de 80,000 pesos les servirá para comprar una nueva computadora que les permita cuando menos tener un render decente a 1080p.
Si las bases del concurso lo permiten, los equipos de Israel y Diego volverán para Smartfilms 2020.
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