Hoy es una estrella consagrada del cine de acción y las artes marciales. Su flexibilidad, velocidad y musculatura le abrieron camino para inmortalizar su imagen en la pantalla grande durante los 80 y 90. Sin duda alguna, Jean-Claude Van Damme se convirtió en un ícono. Aunque esto no siempre fue así.
Los inicios del actor belga se remontan a su pubertad, etapa en la que comenzó a forjar su imponente físico y su envidiable flexibilidad. Aunque sus fanáticos lo reconocemos como un peleador ágil, su destreza es el resultado de un arduo entrenamiento desde temprana edad.
A principios de los años 70, su padre lo inscribió en clases de karate bajo la instrucción de Claude Goetz, su primer maestro. Sin embargo, como revela el documental Coup sur coup, las primeras impresiones de Goetz sobre Van Damme no fueron del todo alentadoras.
"Lo trajo para pelear frente a un hombre. Esa era la idea porque pensaba que era tímido, un poco idiota. En fin, no estaba contento con su hijo. De hecho, contrario a la creencia popular, era rígido como una tabla, miope como un topo y feo como un piojo. Estaba lleno de defectos".
Es claro que con los años mejoró hasta transformar su físico en lo que hoy conocemos. Y su potencial también. Como explica el metraje, participó en diferentes competencias con el equipo nacional de su país y su vínculo con Goetz se fortaleció hasta ser su coach durante su carrera cinematográfica.

Sumado a ello, no debemos restarle importancia a su paso por la danza. Además forjarse como un peleador indiscutible, tomó clases de ballet durante cinco años. Y si algo debemos de reconocer es que una masa muscular de ese nivel acompañado de tal flexibilidad, resulta inaudito.
“El ballet es un arte, pero también uno de los deportes más difíciles. Si puedes sobrevivir a un entrenamiento de ballet, puedes sobrevivir el de cualquier otro deporte."
Jean-Claude Van Damme.
Fue hasta los 28 años cuando consiguió su primer papel como actor en Contacto sangriento. Aunque la película no fue un éxito taquillero, se convirtió en una cinta de culto y le abrió las puertas para mostrar su físico y su destreza en la industria. Claro, destacó gracias a su icónica patada voladora.

Cuarenta años después, Van Damme sigue dedicado a lo que más le apasiona: el cine de acción. Su trayectoria está llena de clásicos como Soldado Universal, Doble impacto y Los Indestructibles 2. Como dato, incluso fue sparring de otra estrella del momento: Chuck Norris. Sin duda, una carrera envidiable.
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