Aston Martin no está jugando. En pleno 60 aniversario de la carrocería Volante, la firma británica presentó el nuevo Vanquish Volante. Es la versión descapotable del superdeportivo que ya conocíamos, pero con una ambición clara: convertirse en el convertible con motor delantero más potente del planeta. Lo logró. Bajo su largo cofre vive un V12 biturbo de 5.2 litros que entrega 824 caballos de fuerza. Sí, más que cualquier Ferrari convertible con motor al frente. Y por si no fuera suficiente, también alcanza los 344 kilómetros por hora.
El anuncio llega con un mensaje directo: este convertible no es solo para lucirse en un malecón. El Vanquish Volante está pensado para conducir rápido, con el cielo como techo y sin perder estabilidad. A diferencia de otros descapotables, no sacrifica la velocidad. Iguala al coupé en el marcador más brutal: la velocidad máxima. Su rival directo, el Ferrari 12Cilindri Spider, se queda ligeramente atrás con 340 kilómetros por hora. Aunque claro, en el arranque Ferrari responde: hace el cero a 100 en 2.9 segundos, mientras que el Aston lo logra en 3.4 segundos.
Pero Aston Martin jugó con inteligencia. Sabía que al quitar el techo, habría consecuencias. El chasis fue reforzado y la suspensión recalibrada para compensar el cambio en el reparto de pesos. El incremento es mínimo: 95 kilogramos más que el coupé. A cambio, el Vanquish Volante ofrece una experiencia única con su techo de lona retráctil. Se abre en 14 segundos y se esconde bajo una cubierta elegante. No hay alerón. No hay exageraciones. Solo líneas limpias y proporciones que, incluso para los más puristas, se ven mejor que en la versión cerrada.
"El objetivo de garantizar que el Vanquish Volante ofreciera el mismo rendimiento líder en su clase que el Vanquish Coupé implicó que, desde el principio, el equipo de ingeniería trabajara simultáneamente en ambos, lo que nos permitió conservar la dinámica y el carácter del Vanquish Coupé sin sacrificar nada al retirar el techo. Las optimizaciones de la carrocería, combinadas con una puesta a punto específica del chasis, garantizan que el Vanquish Volante acapare la misma atención que el Coupé por su extraordinario rendimiento y capacidad, ahora con el placer adicional de conducir con el techo abierto".
Simon Newton, director de rendimiento y atributos del Aston Martin Vanquish Volante.

El interior es lo que se espera de un gran turismo británico moderno. Pantallas de 10.2 pulgadas, audio Bowers & Wilkins con 15 altavoces y acabados a la altura del precio. Los asientos Sport Plus vienen de serie, pero se pueden cambiar por unos de fibra de carbono si lo tuyo es más radical. Hay un nuevo botón que activa los asistentes de conducción y un interruptor dedicado para operar el techo. El sistema ofrecer aislamiento térmico y acústico tan eficiente que Aston promete sensaciones muy parecidas a las del coupé.
"Durante 60 años, los Aston Martin Volante han definido el arte de la conducción elegante, deportiva y descapotable. Con su impresionante diseño y su excepcional motor V12, que genera más potencia que cualquier otro coche de producción con motor delantero a la venta, el Vanquish Volante ha llevado esta filosofía a un nivel completamente nuevo. En Aston Martin, nos enorgullecemos de hacer honor a nuestra herencia, manteniendo la mirada puesta en el futuro, como demuestra el rendimiento sin precedentes del Vanquish Volante".
Adrian Hallmark, director ejecutivo de Aston Martin.

Aston Martin Vanquish Volante un superdeportivo muy exclusivo
Este modelo no solo busca ganar velocidad. Quiere ganar estatus. Las posibilidades de personalización, cortesía de “Q by Aston Martin”, son casi infinitas. Desde maletas a medida hasta un escape de titanio que suena como sinfonía pura. Eso sí, si estás pensando en encargar uno, más vale que te muevas. La producción será limitada: menos de mil unidades al año para toda la familia Vanquish. Las primeras entregas arrancarán en el tercer trimestre de 2025.
Aston Martin sabe que Ferrari domina las conversaciones. Pero con el Vanquish Volante, la marca británica acaba de demostrar que todavía tiene algo que decir. Y lo dice con el rugido de un V12 que no piensa pasar desapercibido. Una estrategia contraria a las marcas de volumen, quienes miran la hibridación y elecrificación como salidas de emergencia antes el nuevo orden mundial de la industria automotriz.
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