A inicios de noviembre, la agencia regulatoria de fármacos en Estados Unidos llamada FDA (Food and Drug Administration), aprobó la tirzepatida como tratamiento para combatir la obesidad y el sobrepeso. Distribuida bajo el nombre de Mounjaro y de la mano de la farmacéutica Zepbound, este medicamento intenta hacerse con una parte del mercado de Ozempic, la alternativa danesa que tenía controlada las ventas.
La introducción al mercado de Mounjaro le ha significado un ingreso de 1,400 millones de dólares solo durante el tercer trimestre de 2023 a Zepbound. Pero, ¿cuáles son las claves del éxito de este tratamiento?
Superando a la competencia
Este nuevo medicamento fue pensado originalmente para tratar la diabetes pero, tal como sucedió con Ozempic, la gente le encontró un uso más mundano y atractivo: adelgazar y reducir el peso de quien lo consume. Gracias a ello, el dominio de Novo Nordisk, la farmacéutica de Ozempic, está en juego.
Ya desde el periodo de enero a septiembre, Zepbound obtuvo 3,000 millones de dólares en ganancias, sumado a los 1,400 millones que produjeron en el tercer trimestre del año. Esto significó un crecimiento del 37% gracias a los resultados de Mounjaro y las ventas de fármacos contra el cáncer de mama y la insuficiencia cardíaca como lo son el Verzenio y Jardiance, respectivamente.
Uno de los aspectos que más destacan en el informe de Zepbound es la comparativa entre el lanzamiento de la semaglutida (componente de Ozempic) y el de la tirzepatida (componente de Mounjaro). La métrica utilizada es la evolución temporal en el volumen de recetas emitidas en el mercado estadounidense duran el primer año y medio de vida de ambos productos. Hay una clara ventaja de Mounjaro sobre el tratamiento danés.
La razón de esto probablemente tiene que ver con la popularidad y el marketing. Tener un fácil acceso al mercado estadounidense por ser una empresa americana le da cierta ventaja a la europea de Novo Nordisk. Aunque el factor que quizás tenga más peso es el tiempo en que los tratamientos comenzaron a comercializarse.
Claroscuros de este mercado
Mounjaro se montó a la ola de los tratamientos para perder peso en uno de los picos más altos de este mercado. En el caso de Ozempic, esta comenzó a venderse hace cinco años y la popularidad de este tipo de medidas fue construida con base en su éxito. La popularidad de Ozempic se fue construyendo a medida que las personas fueron descubriendo su uso como catalizador del adelgazamiento.
Uno de los principales problemas del éxito de estos tratamientos es que fueron pensados y probados como una opción para personas con diabetes. Su finalidad no era adelgazar a las personas, pero como uno de sus efectos este fue su principal atractivo. Esto provocó desabastecimiento de medicamentos similares a Mounjaro u Ozempic, y la llegada de una nueva alternativa como la tirzepatida podría ayudar en ese sentido.
Resulta que Mounjaro es una opción más económica que Ozempic, pero como suele suceder con estos productos, nada impide que otra ola de desabastecimiento ocurra, dejando a las personas que de verdad lo necesitan sin opciones de compra.
Hay mucho en juego con la llegada de la semaglutida y la tirzepatida, pues al menos uno de ellos ha mostrado tener un impacto profundo en la economía de su país de origen. Anticipándose a la competencia, las empresas buscan crear tratamientos para la pérdida de peso en un mercado que evoluciona y aún es volátil, pero lo peor de todo es que la competencia está incentivada por llevarse un poco de ese dinero que la gente está dispuesta a pagar por razones estéticas antes que de salud.
Es importante añadir que entre los efectos secundarios de estos tratamientos se encuentran mareos, vómito, diarrea y estreñimiento. Ello sin tomar en cuenta que hay un problema grave: el incremento en la probabilidad de desarrollar cáncer de tiroides.