Telefónica México cuenta desde hace ya un tiempo con una concesión que le permite ofrecer el servicio de televisión satelital en el país, incluso desde principios de año empezaron los rumores en donde se decía que la compañía podría ofrecer el servicio.
Pero la compañía ha dejado clara su participación, la cual consistirá solamente en fortalecer el servicio que actualmente ofrece a través de la telefonía móvil y prepararse para entregar servicios móviles de valor agregado y en un futuro ofrecer video a través de otras plataformas que no sean la televisión.
Ante tal escenario, el vicepresidente de Estrategia y Regulación de Telefónica Movistar, Miguel Calderón, ha dejado clara la postura de la compañía después de los constantes rumores que decían que ampliarían su catálogo de servicio hacia la TV satelital e incluso algunos más pesimistas que decían que podría salir del mercado móvil mexicano.
El nombre del juego es video. El futuro está aquí en el video y Telefónica, a nivel mundial, tiene toda una estrategia de video. Estamos enfocándonos en las telecomunicaciones y luego nuestro futuro es en video
Después que el Instituto Federal de Telecomunicaciones resolvió que Grupo Televisa no era un agente con poder sustancial en el mercado de televisión de paga, algunos expertos habían considerado que el posible ingreso de Movistar al mercado de la TV de paga sería un gran aliciente para fomentar la competencia y mejorar las opciones en cuanto servicio y precio en el sector.
Pero lo que sí ha solicitado firmemente Telefónica es que no se debe eliminar la declaratoria de preponderancia a América Móvil, por lo que le pidió al Instituto Federal de Telecomunicaciones que mantenga las medidas asimétricas impuestas y que se evite la sobrerregulación para los operadores que no son preponderantes para que los pequeños operadores logren posicionar sus servicios en el país.
Tenemos que revisar los costos porque el negocio no va a salir para nadie. Si queremos que toda la población entre a internet, eso va a necesitar más espectro es el más caro de todos los países de la OCDE
Vía | El economista
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