Hace más de 30 años, no se presenciaban imágenes como las vistas en septiembre de 2024 en los océanos Pacífico y Glacial Ártico, así como en el Mediterráneo, Báltico y Caspio. No se trataba de un nuevo fenómeno meteorológico, sino de una escena inusual: el despliegue de una descomunal flota de guerra rusa en cinco mares distintos.
Este evento, registrado durante los ejercicios militares navales Okean-2024 en septiembre, destacó no solo por su magnitud, sino porque marcó la primera vez en más de tres décadas que las Fuerzas Armadas de Rusia realizaron maniobras de esta escala en el mar.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, participó en el simulacro mediante un enlace de video al inicio de la fase activa de las maniobras. En su mensaje, que funcionó como "luz verde", expresó lo siguiente:
“Comienza la fase activa durante la cual se practicarán las misiones más difíciles, lo más cercanas posible a unas misiones de combate real. En las últimas tres décadas, esta es la primera vez que realizamos ejercicios de esta magnitud en el mar”
Un despliegue del poderío militar de rusia
Los Okean-2024 constituyen ejercicios militares organizados por la Armada Rusa con la participación de algunos países aliados. Además de demostrar el poder naval ruso, tienen como propósito fortalecer la cooperación militar entre las naciones participantes.
En esta edición, se llevaron a cabo ejercicios en escenarios marítimos y costeros que involucraron submarinos, buques de guerra, aviones y tropas de infantería. El enfoque principal incluyó la defensa marítima, operaciones antisubmarinas, respuesta ante amenazas aéreas y la coordinación logística en el mar.
Más allá de su dimensión militar, estos simulacros poseen un significado geopolítico relevante debido a su escala y contexto. Rusia buscaba no solo mejorar la preparación de sus fuerzas armadas, sino también reafirmar su poderío en medio de tensiones globales, especialmente con actores como la OTAN y otras potencias relacionadas con la guerra en Ucrania.
Con los ejercicios Okean-2024, el Kremlin pretendía proyectar a Rusia como una nación capaz de operar en múltiples escenarios navales de manera simultánea. Además, estas maniobras sirvieron para fortalecer lazos militares con aliados estratégicos, para aumentar su influencia en regiones clave del mundo, como Asia.
El papel de China en los ejercicios
China, en particular, participó activamente en los Okean-2024, lo que evidenció el estrecho vínculo militar entre ambas naciones, especialmente en el ámbito naval. Durante los últimos años, Rusia y China han intensificado su cooperación militar, y esta colaboración refuerza su alianza estratégica frente a Occidente, en especial contra Estados Unidos y sus aliados en el Indo-Pacífico.
La Armada de China contribuyó con buques de guerra, submarinos y unidades aéreas para realizar ejercicios conjuntos con las fuerzas rusas en los mares de Japón y Ojotsk. Las operaciones incluyeron prácticas de combate antisubmarino, defensa aérea y logística marina, para así consolidar la coordinación entre ambos países en escenarios navales complejos.
En total, el simulacro involucró más de 400 buques de guerra, incluidos submarinos y navíos de apoyo, así como 7,000 vehículos y unidades especializadas. Estas maniobras abarcaron las principales flotas del Pacífico, Norte, Báltico y Caspio, junto con 120 aviones y aproximadamente 90,000 efectivos de la Armada y la Fuerza Aérea rusa.
Según el Ministerio de Defensa de Rusia, el objetivo principal era comprobar la preparación de los mandos navales para gestionar diversas fuerzas en sus áreas de responsabilidad. Además, se buscaba evaluar la capacidad operativa, el uso de armamento de alta precisión y la interacción con fuerzas navales de países socios en la resolución de tareas conjuntas en el mar.
Un seguimiento de la actividad
Tras el despliegue, varios países expresaron inquietud por las maniobras. Noruega, por ejemplo, activó un estado de alerta después de la llegada de buques anfibios de la flota rusa del Báltico.
En palabras del vicealmirante Rune Andersen, jefe del Cuartel General Operativo (JHQ) de las fuerzas armadas noruegas, el ejército estaba preparado para enfrentar el aumento de actividad, y se había coordinado con sus aliados el seguimiento de los movimientos rusos durante los Okean-2024.
De momento no hay todavía fecha para este simulacro en 2025, pero se espera que se produzca en algún momento en la segunda mitad del año, de nuevo con grandes movimientos de su Armada.
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