La Generación Z ha cambiado la universidad y la programación para dedicarse a trabajos que muchos evitaban, lo mejor es que les está funcionando

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Ismael Garcia Delgado

Editor Jr

Comunicólogo y Periodista por la UNAM. Redactor, locutor, guionista y creador de contenido. Apasionado por la música ochentera, el cine de acción/sci-fi, series dramáticas y la literatura hispana. Fiel defensor del séptimo arte mexicano.

Es evidente la generación Z ha cambiado la forma tradicional del empleo. Desde no conformarse con actitudes tóxicas, cambiar de trabajo constantemente, hasta emocionarse por un escritorio propio en la oficina, son señales que poco a poco confirman las nuevas tendencias del mundo laboral. Incluido el dedicarse a trabajos de cuello azul.

Aunque muchos hemos crecido con la idea de que estudiar una carrera universitaria puede asegurarte una vida digna y un empleo mejor remunerado, la realidad es otra. Así, en medio del auge por el desarrollo tecnológico y la industria del gaming como alternativa a una vida de oficinista, los jóvenes norteamericanos encontraron otra mina de oro en las trabajos tradicionales. Sí, plomeros, electricistas o mecánicos.

Tal como lo cuenta la CNBC, jóvenes de Estados Unidos han comenzado a ocupar los espacios que el trabajo manual y los oficios pertenecientes a la clase obrera. Lo anterior, gracias a las vacantes que se abren conforme las generaciones anteriores se retiran.

La estabilidad y la posibilidad de ingresos que brindan estos trabajos, resultan especialmente atractivas para los Gen Z. Al iniciar sus carreras profesionales en medio de un mercado laboral más desafiante, se abre la puerta para lograr su objetivo de abandonar la universidad y centrarse en otros labores.

Para ejemplo de ello se encuentra el testimonio de Crist Morillon. A sus 16 años, tomó una clase de taller de automóviles en su escuela secundaria de Phoenix, Arizona. Atraída por el desafío de resolver problemas diarios y trabajar con automóviles, Morillon decidió dejar la universidad y dedicarse a tiempo completo como técnica automotriz. Diez años después, pudo comprar su primera casa.

“No quería pasar otros cuatro años sentada detrás de un escritorio aprendiendo. Sabía que quería trabajar con automóviles y no necesitaba una licenciatura para hacerlo”.
Crist Morillon para la CNBC.

Una vez dejó la licenciatura, Morillon se inscribió en un programa de formación en el Instituto Técnico Universal en Avondale. Con una beca de 15,000 dólares se graduó en 2017 y apenas terminó, consiguió un trabajo como asistente de servicio en Tesla. Para 2021, se incorporó como técnica de servicio en Lucid Motors. Actualmente, percibe alrededor de 78,000 dólares anuales.

Por otro lado, atraídos por la promesa de ingresos anuales de seis cifras, muchos jóvenes enfrentan una realidad donde el esfuerzo visible casi nunca es redituable. Resulta innegable que quienes eligen esta vía suelen ser conscientes de la situación actual: destinar cuatro o cinco años de estudios universitarios puede dejarlos atrapados en una posición difícil a la hora de construir su propia vida.

Pero la situación no se queda en solo apuntar a otro estilo de vida, sino, en modernizar las condiciones laborales por completo. Tal es el caso de China, donde, a causa de una escasez de mano de obra, el país ha respondido al modernizar sus fábricas. Es así que ahora se ofrecen mejores salarios, cafeterías y hasta guarderías, diseñadas para atraer a la nueva generación de trabajadores.

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