Para limpiar tu casa a veces hacen falta más cosas que tiempo y cuidado. En ocasiones, necesitas hacer uso de algunos trucos para poder dejar tu hogar en perfecto estado, pero el punto será no gastar demasiado en el intento.
Un ejemplo perfecto de esto son los hacks, es decir, productos que ni siquiera sabías que podrías utilizar. Y ahora toca hablar del moho, que en algunas habitaciones del hogar puede ser un verdadero peligro para tu salud o el cuidado de tus objetos personales.
Qué es el moho y por qué se produce
El moho es un tipo de hongo microscópico que vive en la materia animal o vegetal. Su función en la naturaleza es ayudar a descomponer la materia muerta y a reciclar los nutrientes en el medio ambiente.
Se encuentran en prácticamente en cualquier lugar del mundo y se les distingue por crecer en materia orgánica como el suelo, animales o plantas. Para reproducirse, el moho produce esporas, las cuales se propagan a través del aire, el agua o a través de insectos a manera de semillas. Si las condiciones son apropiadas, este hongo comenzará a crecer.
Las condiciones adecuadas para que el moho se reproduzca es a través de la humedad. Por ejemplo, un cuarto con mucha humedad, alta condensación o agua de tuberías más las esporas y un poco de materia orgánica, como paneles en el techo, yeso, empapelados, alfombras de fibra natural. Claro que, luego de esta descripción lo más común sea pensar en el baño, el cuarto de la casa que reúne todas estas características.
Claro que el moho es prácticamente una planta, pero si dejamos que crezca en casa, podremos tener problemas de salud, como reacciones alérgicas por la inhalación de esporas, que pueden llegar hasta causar fiebre, asma, irritación en los ojos, nariz, garganta o pulmones. Otro efecto de la exposición al moho son las infecciones y efectos tóxicos si llegas a ingerir un alimento con este hongo.
Cómo eliminar el moho y las manchas negras del baño
Existen muchos métodos para intentar eliminar un hongo como el moho de nuestras paredes. Pero el más segura, por su efecto desinfectante, es el uso del cloro. Es importante mencionar que los expertos recomiendan no mezclar cloro con amoníaco u otro producto de limpieza, pues podrías provocar una reacción tóxica o contrarrestar los efectos de una sustancia.
Para eliminar la sustancia, simplemente añade una taza de cloro a cinco litros de agua, deja que se mezcle e introduce un paño húmedo o esponja para remojarlo. Una vez que esté humedecido, lo ideal será tallar la pared con la sustancia en varias repeticiones. Cuando acabes, deja actuar durante cinco minutos y enjuaga con agua tibia.
Lo ideal es que durante este proceso tengas las ventanas abiertas para que entre el aire fresco y el exceso de humedad desaparezca. También usa guantes de goma o similares, para que tus manos no se dañen y recuerda que la esponja deberás tirarla para evitar que otros productos se contaminen.
Ver 0 comentarios