El sarampión, considerado una enfermedad controlada durante décadas, ha resurgido con fuerza en diferentes regiones del mundo, incluido México. Según la Gaceta de la UNAM, la cobertura de vacunación en el país alcanzó apenas un 70% en 2022, una cifra alarmantemente baja comparada con el 95% necesario para lograr la inmunidad de rebaño.
Susana López Charretón, investigadora del Instituto de Biotecnología de la UNAM, explicó que esta caída en la cobertura de vacunación comenzó con la pandemia de COVID-19, cuando los recursos y la atención sanitaria se redirigieron hacia la emergencia sanitaria global. A esta problemática se suman factores como los movimientos migratorios, los conflictos bélicos y, de manera crucial, el auge de los movimientos antivacunas.
Movimientos antivacunas: el epicentro de la desinformación
Los movimientos antivacunas han contribuido al resurgimiento del sarampión. Según López Charretón, estos grupos promueven la idea de que las vacunas son dañinas o innecesarias y difunden información falsa que ha ganado tracción entre ciertos sectores de la población.
"El problema de haber bajado la cobertura de vacunación es que hay mucha más población susceptible de infectarse. Por ejemplo, si entra una persona infectada de otro país y hay otras sin vacunarse, se pueden contagiar y empieza a avanzar como un fuego. Si tienes mucha gente vacunada, rápidamente se apagan estos fuegos porque están protegidas"
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2023 murieron aproximadamente 107,500 personas debido al sarampión, la mayoría de ellas niños menores de cinco años que no habían sido vacunados.
La OMS destacó que, a pesar de que la vacuna contra el sarampión ha evitado más de 60 millones de muertes entre 2000 y 2023, los contratiempos en las campañas de inmunización, exacerbados por la pandemia, dejaron millones de niños en situación de vulnerabilidad.
¿Qué tan contagioso es el sarampión?
El sarampión es una de las enfermedades más contagiosas conocidas. Según la Gaceta de la UNAM, una persona infectada puede transmitir el virus a entre 10 y 15 personas no vacunadas. El virus se propaga principalmente a través del aire y permanece activo en el ambiente o en superficies hasta por dos horas.
Los síntomas iniciales incluyen fiebre alta, tos, ojos enrojecidos y pequeñas manchas blancas en el interior de las mejillas. Posteriormente, aparece una erupción cutánea que se extiende por todo el cuerpo.
Aunque estos síntomas pueden parecer leves, el sarampión puede derivar en complicaciones graves, como encefalitis, neumonía, ceguera, sordera e incluso la muerte.
El impacto de la pandemia de COVID-19 en la vacunación
La pandemia de COVID-19 no solo desvió la atención de las campañas de vacunación infantil, sino que también interrumpió los sistemas de vigilancia epidemiológica en muchos países. Según la OMS, las tasas de inmunización contra el sarampión a nivel mundial cayeron del 86% en 2019 al 83% en 2023 y dejaron a millones de niños sin la protección necesaria contra esta enfermedad prevenible.
En México, el panorama no es distinto. Según La Jornada, en 2024, se notificaron 3,360 casos probables de sarampión o rubéola, de los cuales siete fueron confirmados como sarampión y 175 permanecen en estudio.
Estrategias para frenar el resurgimiento del sarampión
Los expertos coinciden en que la vacunación es la herramienta más efectiva para prevenir el sarampión y sus complicaciones. Según López Charretón, la vacuna contra el sarampión es altamente eficaz y ofrece inmunidad de por vida con un esquema completo. Este esquema consiste en una primera dosis administrada a los 12 meses de edad y un refuerzo a los 18 meses.
A nivel global, la OMS también lanzó iniciativas como la Agenda de Inmunización 2030, que busca garantizar que todos los niños reciban las vacunas esenciales. Asimismo, se enfatiza la importancia de fortalecer los sistemas de vigilancia para identificar y abordar las brechas en la cobertura de vacunación.
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