La ciencia nunca decepciona y como resucitar mamuts es noticia del pasado, un grupo de investigadores han despertado a un gusano que llevaba 46 mil años congelado en las heladas capas de hielo siberianas. Este reporte, publicado en la revista PLOS Genetics, muestra cómo la vida tiene una sorprendente gama de estrategias para resistir a los ambientes más inhóspitos.
Pero, ¿cómo es que un simple gusano pudo sobrevivir congelado tanto tiempo? ¿qué nos revela este hecho? Aquí te contamos lo que la ciencia piensa respecto a la criptobiosis, el mecanismo de ciertos seres para sobrevivir por milenios.
La vida se abre camino
De lo primero que debemos hablar es de dónde sacaron a esta especie de gusanos anteriormente no identificada, a la que llamaron Panagrolaimus Kolymaensis.
Siberia cuenta con una basta región de permafrost, es decir, suelo o mantos marinos gélidos a temperaturas que se mantienen por debajo de los 0 °C durante dos o más años. Lugares como Alaska, los Polos, Canadá, Groenlandia o el Tíbet también cuentan con este tipo de zonas heladas. De hecho, hasta 2021 se calculaba que el 15% del hemisferio norte contienen permafrost.
Fue de estas capas de hielo, "permanentemente congelado", de donde sacaron al nematodo (filo taxonómico de gusanos) que posteriormente reanimaron. El Panagrolaimus Kolymaensis, logró sobrevivir gracias a un proceso llamado criptobiosis. Este proceso provoca que el metabolismo se ralentice tanto que sea prácticamente imperceptible. No es algo desconocido para la ciencia, pero son contadas las veces que se han encontrado seres vivos que sobrevivan tanto tiempo bajo ese estado.
Se planteaba con anterioridad que, entrando en dicho estado, un organismo podría soportar indefinidamente en ambientes extremos. Es decir, sin agua, extrema salinidad, falta de oxígeno, temperaturas heladas, etc. Este nuevo descubrimiento abre nuevos panoramas en cuanto a los mecanismos de supervivencia de los seres vivos de la Tierra. Además de que la ciptobiosis sigue siendo campo abierto para investigación, pues no se conoce por completo la forma en que este proceso funciona.
Y es que la vida es de los grandes misterios del universo, el cual no parece que pronto podamos desvelar. Con cada nuevo descubrimiento, nos damos cuenta de lo compleja y complicada que es la evolución. Pero si de algo podemos estar seguros gracias a la criptobiosis y como superar las frías condiciones de los permafrost, es que, como dicen en 'Jurassic Park', la vida se abre camino.
El gran problema de los permafrost
Sin embargo, hay un gran problema que pone en riesgo la investigación en los permafrost y ese es el cambio climático. A medida que el equilibrio del clima se rompe, más rápido se calientan estas regiones. Esto no es poca cosa, pues capturado en las capas de hielo, hay una gran cantidad da carbono almacenado, proveniente de organismos incapaces de entrar en criptobiosis y que con el tiempo se descompusieron.
Se calcula que hay aproximadamente 1,500 gigatoneladas de carbono ahí dentro (casi el doble del que la atmósfera contiene). A medida que se deshielan los permafrost se libera carbono y eso completa el circuito del calentamiento global: más carbono = más efecto invernadero. Por lo que es un círculo vicioso que si no atendemos pronto, pronto veremos sus consecuencias.
Además, personas que viven lo más al norte del hemisferio suelen tener asentamientos, carreteras y hasta ciudades cerca de permafrost. Asumiendo que jamás se descongelaría la tierra sobre la que viven, con el tiempo se ha hecho claro que es un peligro vivir ahí. Según un estudio publicado en Nature Reviews, se calcula que el 80% de los edificios en Yakutsk y Ciudad Norilsk, en Rusia, están construidas sobre estas gélidas capas, y que el 30% de los caminos alrededor del Tíbet también.
Por lo que los permafrost no solo alberga misteriosos seres vivos que podrían ayudarnos a entender mejor la evolución y la vida, sino que también son lugares de especial importancia para la sociedad y el bienestar de la humanidad. Si queremos asegurar la supervivencia de nuestra especie, lo mejor será no entrar en criptobiosis y mantenernos bien despiertos para darle la vuelta al problema más grande de nuestro siglo.