Científicos de la Universidad de Texas en Austin han desarrollado un innovador tipo de suelo que podría cambiar la agricultura radicalmente. Al aumentar la productividad y, al mismo tiempo, ser amigable con el medio ambiente.
El desarrollo de este tipo de tierra podría ayudar a alimentar a cerca de 735 millones de personas, casi el 10% de la población mundial.
El "suelo inteligente" se basa en un material de hidrogel fertilizante de auto-irrigación y liberación lenta desarrollado por los investigadores. Este hidrogel mejora el crecimiento de las plantas a través de un suministro controlado pero autosostenido de agua y nutrientes.
Durante los experimentos, las plantas enraizadas en el suelo de hidrogel aumentaron su longitud un 138% más, en comparación con un grupo de control que estaba plantado en suelo regular.
El suelo modificado también demostró ser capaz de ahorrar aproximadamente un 40 % de agua. Eso significa que la tierra retiene el líquido de una manera más eficiente y la libera gradualmente. Así, la necesidad de riego de las plantas disminuye y permite el ahorro.
Imagen | University of Texas at Austin.
Los científicos añaden que la tecnología de este suelo es lo suficientemente versátil como para ser adoptada en una gran variedad de climas.
"Esta nueva clase de hidrogeles ofrece una solución prometedora para satisfacer las necesidades apremiantes de escasez de agua y de absorción eficiente de nutrientes en la agricultura sostenible moderna".
Guihua Yu, Departamento de Ingeniería Mecánica Walker, Universidad de Texas en Austin
La investigación de los científicos de la Universidad de Texas en Austin se basa en descubrimientos previos sobre hidrogeles que pueden extraer agua de la atmósfera y hacer la agricultura más eficiente. El trabajo se enfoca principalmente en fertilizantes a base de calcio.
Aunque los primeros resultados fueron alentadores, todavía quedan varias pruebas antes de generalizar el uso de este nuevo tipo de suelo, como la integración de diferentes tipos de fertilizantes y pruebas de campo más prolongadas.
Imagen | The University of Texas at Austin.
Retos de la agricultura moderna
De acuerdo con el Informe sobre el desarrollo de los recursos hídricos en el mundo (WWDR) de la UNESCO para 2024, la actividad agrícola consume el 70% de agua dulce en el mundo. Aunado del uso ineficiente del vital líquido, el uso excesivo de fertilizantes propicia la degradación del suelo y la contaminación ambiental.
A medida que el cambio climático se vuelve un problema cada vez más serio, la población crece y el agua es más escasa, hallar prácticas agrícolas más eficientes y sostenibles se vuelve cada vez más urgente.
Imagen | Global Times.
Muchos otros países se han dado a la tarea de buscar soluciones innovadoras para la seguridad alimentaria. Tal es el caso de China, donde un grupo de investigadores demostró la viabilidad de la agricultura en condiciones extremas al cosechar arroz en el desierto.
En la región de Xianjiang Uigur, al noroeste del país, los científicos cultivaron arroz en marcos de tres capas junto con un control ambiental preciso en invernaderos desérticos.
De acuerdo con la investigación, este método, en comparación con los más tradicionales, redujo a la mitad el ciclo de crecimiento. Así, el arroz pudo cosecharse en tan solo dos meses.
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