Parece una pregunta simple, pero no saber cuántas libras de aire deben llevar las llantas de tu auto puede ponerte en riesgo cada vez que manejas. Fabricantes como Kia y SEAT, así como expertos en neumáticos como Michelin, coinciden en que mantener la presión adecuada no solo alarga la vida de las llantas, también previene accidentes, mejora el rendimiento del vehículo y reduce el consumo de combustible. La presión no es un número universal. Cambia dependiendo del tipo de vehículo, del rin y hasta de si la llanta está fría o caliente.
La presión ideal se puede consultar fácilmente en una etiqueta que está al interior de la puerta del conductor o en el manual del auto. Pero la mayoría de los conductores nunca revisa ese dato. Kia explica que un auto pequeño ronda las 30 psi, uno mediano las 36 psi y uno más grande hasta 42 psi. SEAT ofrece cifras más precisas según el tamaño del rin: desde 26 psi en rin 13 hasta 40 psi en rin 18. En todos los casos, esa presión debe medirse en frío. Es decir, cuando el vehículo no ha circulado o ha estado detenido por más de tres horas.
El problema es que muchas personas asumen que sus llantas están bien “porque se ven bien”. O peor aún: confían en los medidores de las bombas de aire de las gasolineras. Según Kia, esa medición puede ser engañosa. La marca recomienda usar un manómetro propio, de buena calidad y bien calibrado. Además, señala que nunca se debe desinflar una llanta caliente aunque el indicador marque un valor superior. La diferencia puede variar entre 4 y 6 psi respecto a una llanta fría.
SEAT va más allá y asegura que una presión incorrecta afecta directamente los sistemas de asistencia a la conducción, como el control de estabilidad o el asistente de arranque en pendiente. También daña la geometría del auto, desgasta las llantas de manera desigual y genera rebotes molestos. La marca recomienda alinear y balancear las llantas una vez al año, además de cambiarlas si el dibujo del neumático tiene menos de 1.6 milímetros. En cuanto a la presión, sugiere medirla una vez al mes y también antes de salir a carretera.

Michelin, por su parte, lo pone en términos muy simples: las llantas son el único contacto que tienes con el asfalto. Una presión insuficiente genera calor, fatiga interna y riesgo de explosión. Una presión excesiva, en cambio, reduce el área de contacto con el suelo y aumenta las probabilidades de sufrir un accidente o de dañar la estructura interna del neumático. Ni siquiera usar nitrógeno en lugar de aire elimina la necesidad de revisar la presión cada mes.
Lo que más llama la atención de Michelin es su advertencia sobre inflar llantas que han estado por debajo del nivel adecuado sin hacer una revisión visual e interna. La marca advierte que el daño interno puede permanecer oculto, incluso después de corregir la presión. Y ese daño puede provocar una fuga repentina de aire. También aconseja incluir la llanta de refacción en las revisiones mensuales y no olvidarse de ella.

Cuidar la presión de las llantas no requiere conocimientos técnicos ni herramientas complejas. Solo un poco de atención. A fin de cuentas, se trata de un punto clave para la seguridad, bolsillo y eficiencia de cualquier auto. Así que la próxima vez que estés en una gasolinera, no olvides algo que muchos ignoran: cuántas libras de aire deben llevar tus llantas. Porque conocer ese dato puede marcar la diferencia entre un trayecto cómodo y uno peligroso.
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