El fracking o fractura hidráulica es un método que se emplea desde 1940, aproximadamente, su objetivo es taladrar pozos profundos, con el fin de encontrar gas natural en el subsuelo y extraerlo a través de la inyección de agua y agentes fracturantes. En nuestro país, gracias a la Reforma Energética ya hay algunas empresas que han comenzado con esta práctica, y como toda industria nueva, tiene sus detractores y sus partidarios.
Los debates ambientales y políticos en torno al fracking son muchos, y donde más estudios se han hecho con respecto a la seguridad de la extracción de gas natural, shale o petróleo del subsuelo con esta técnica es en los Estados Unidos. Sin embargo, no todos los estudios conducidos por respetables universidades norteamericanas son halagüeños para el fracking. Veamos las razones.
Cómo funciona el fracking
El fracking o fractura hidráulica para la obtención de gas natural del subsuelo comienza con una perforación en vertical que puede ir hasta los 4 o 5 kilómetros, donde se encuentra la capa de pizarra (un tipo de roca). A partir de ahí, se hace un recubrimiento de las paredes del pozo generalmente de acero y cemento, y después se hace una perforación horizontal de entre uno y tres kilómetros de longitud.
La parte del recubrimiento del pozo es muy importante porque protege a los mantos acuíferos circundantes de los aditivos químicos que se utilizan con esta técnica. Estando ya en la capa de pizarra se utilizan explosivos para generar fracturas en la roca que permitan la liberación del gas natural acumulado.
Posteriormente se inyectan millones de litros de agua a presión dentro del pozo, mezclados con aditivos y arena para seguir provocando fracturas en la roca. Esa agua junto con los aditivos y el gas retorna a la superficie (entre 15 - 80% del agua utilizada regresa).
Hasta ahí todo aparentemente bien, pero cada pozo se fractura entre 8 y 12 veces, lo cual puede comprometer el recubrimiento del pozo por la constante aplicación de agua a presión, lo que conllevaría a una contaminación del agua, además, entre los aditivos que se utilizan encontramos detergentes, sales, ácidos, alcoholes, lubricantes y desinfectantes, y en el agua de retorno que trae consigo otras sustancias desde el subsuelo podemos hallar materiales radioactivos como radón, uranio, metales pesados como el mercurio, hidrocarburos y otras toxinas.
Mientras muchos mexicanos sufren escasez de agua, el fracking utiliza más de 20 millones de litros por pozo
Comencemos por lo obvio, para poder extraer el gas de la roca se requiere agua, millones de litros de ella (entre 3 y 5 millones de galones por pozo), y como sabemos, algunas comunidades de nuestro país no tienen acceso al agua que es un derecho humano. De acuerdo con información del INEGI hasta el año 2010, había un 89% de personas con acceso al agua potable en sus viviendas o cerca de ellas, lo que equivalía en ese entonces a 74 millones de personas, o dicho de otra manera, hay más de 10% de la población que sufre de escasez de agua.
También es un hecho de que en algunos estados el agua es más escasa que en otros, tal como lo ilustra el siguiente mapa:
Por ejemplo en Coahuila la disponibilidad natural de agua por habitante por año es "Muy Baja", y hay 47 pozos de extracción por fracking, en Nuevo León también la disponibilidad es "Muy Baja" y se explotan 182 pozos, en Puebla y Veracruz la disponibilidad es "Baja" y hay 233 y 349 pozos respectivamente.
El otro destino para esta agua de retorno es que sea inyectada a pozos de agua profundos y ahí se quede, pero eso sí, contaminando el resto del agua que haya a su alrededor.
Una de las cosas que más ha llamado mi atención durante esta investigación es que de acuerdo con la revista Live Science, en los Estados Unidos no es un requisito para las empresas revelar los aditivos que ponen al agua para provocar las fracturas por considerarlo secreto profesional.
"A nivel federal, el fracking está excento de algunos de los requisitos del Safe Drinking Water Act, particularmente el requerimiento de revelar los químicos utilizados para inyectar los pozos"
Sismos y fallas
Otra de las consecuencias del fracking que recientemente se está estudiando en los Estados Unidos son los sismos de pequeña magnitud]que empiezan a producirse con sus epicentros muy cercanos a las áreas de perforación y en áreas que normalmente no son sísmicas. También es posible que debido a la reinyección de las aguas residuales a pozos profundos, puedan desencadenarse sismos de hasta 5.7 grados en la escala de Richter.
De acuerdo con informe del Servicio Geológico de Inglaterra, en el mes de mayo de 2011 se produjeron un par de sismos en la pequeña localidad de Blackpool, y se comprobó que su origen estaba ligado a las actividades de fracking llevadas a cabo por la empresa Cuadrilla Resources.
Los sismos no se producen en sí por la fractura violenta de la roca a causa de los explosivos, sino por el agua que se inyecta en los pozos y que funciona como un lubricante que permite el deslizamiento de las rocas, y en consecuencia los terremotos leves. Otros lugares de los Estados Unidos también se han visto afectados por sismos de pequeña magnitud, a pesar de no ser lugares sísmicos, estos son: Ohio, Oklahoma y Texas.
Consecuencias para la salud
Tomando en cuenta los parámetros para la Evaluación del Impacto en Salud (EIS) que podría tener potencialmente el fracking, y con la finalidad de evaluar el impacto ambiental que esta actividad genera recurrimos la investigación La necesaria evaluación de impacto en salud de la explotación de gas de esquisto de Susana Isabel García, médico con maestría en Toxicología que refiere lo siguiente:
En cuanto a Calidad del aire se debe considerar que potencialmente hay muchas fuentes de contaminantes atmosféricos relacionados con el fracking, entre ellos la preparación del sitio, la perforación del pozo, el tránsito de camiones para transportar materiales y residuos, la quema de emisiones, las emisiones fugitivas a través de grietas o fugas, que podrían contener uno o más de los siguientes contaminantes:
- Óxidos de nitrógeno (NOx) y material particulado
- Compuestos orgánicos volátiles (COVs) tales como benceno, tolueno, formaldehído.
- Ozono resultante de la reacción de los COVs con la luz solar, de preocupación regional.
- Otros compuestos tóxicos (emisiones de motores diesel).
- Gases de efecto invernadero (metano).
- Carbón negro.
En cuanto a Calidad del agua, la principal preocupación es por la gran cantidad de este líquido que utiliza cada pozo, lo cual podría provocar que se sequen algunos cauces de aguas superficiales, que se altere la proporción entre agua de superficie y de profundidad, y que haya alteraciones e impactos ecológicos.
Además se debe monitorear lo que se hace con las aguas residuales, ya que en algunos sitios se ha podido reutilizar, pero en otros se acumula en fosas donde están expuestas a las altas temperaturas, a las condiciones meteorológicas y corren el riesgo de desbordarse en caso de lluvia abundante, esparciendo así los contaminantes a otros lugares.
Por otra parte en la investigación denominada Methane contamination of drinking water accompanying gas-well drilling and hydraulic fracturing que se realizó en los estados de Pennsylvania y Nueva York, se tomaron muestras de agua potable en poblaciones a un kilómetro a la redonda de los pozos de fracking, y se compararon con muestras obtenidas en otros sitios que no estuvieran próximos a pozos de extracción de gas shale, y se encontró lo siguiente:
En áreas donde la extracción de gas es activa, las concentraciones promedio y máxima de metano en el agua potable fueron 19.2 y 64mg/l, es decir, un riesgo potencial de explosión, en cambio el metano disuelto en las aguas de lugares que no están próximos a un área de extracción de gas es en promedio 1.1 mg/l. El problema con esto es que como el metano no altera el color, el olor ni el sabor del agua, no está regulada su concentración en el agua potable.
Sin embargo si ese metano se concentra en el aire puede poner a las personas en riesgo de asfixia o de explosión. De acuerdo con la reglamentación existente en los Estados Unidos, si el metano en los pozos supera la concentración de 28 mg/l, se debe ventilar, además se alerta a los habitantes para que retiren fuentes de ignición y que ventilen sus hogares hasta lograr una concentración máxima de 10 mg/l.
En la tabla anterior vemos algunos ejemplos de los compuestos químicos que se añaden al agua que se inyecta en los pozos para la extracción del gas natural y el propósito que cumplen en ese fluido, el inconveniente que presentan estas sustancias de acuerdo con el estudio Endocrine-Disrupting Chemicals and Oil and Natural Gas Operations: Potential Environmental Contamination and Recommendations to Assess Complex Environmental Mixtures, después de la inyección inicial de agua al pozo para generar las fracturas, una parte de esa agua regresa, la otra parte permea la piedra o regresa a la superficie a lo largo de la vida productiva del pozo, esta agua contiene fluidos de fractura, sales naturales, materiales radioactivos, metales pesados y otros químicos como hidrocarburos policíclicos aromáticos, alquenos, alcanos y otros commpuestos orgánicos volátiles y semivolátiles.
Algunos de estos compuestos tienen el efecto secundario de incidir sobre la salud de los trabajadores y de las personas que habitan regiones cercanas a las áreas de perforación. Estos productos químicos que perjudican el sistema endócrino (EDC por sus siglas en inglés) alteran los estrógenos y los andrógenos, lo cual se obtuvo a partir de muestras de agua obtenidas en cinco sitios en lugares densamente perforados en Garfield County, Colorado donde hubo derrames relacionados a la industria o descargas a las aguas profundas y superficiales externas a las zonas de extracción.
La legislación en México
Las "Disposiciones administrativas de carácter general que establecen los lineamientos en materia de seguridad industrial, seguridad operativa y protección al medio ambiente para realizar las actividades de exploración y extracción de hidrocarburos en yacimientos no convencionales en tierra" es el nombre de la legislación que regula el fracking en nuestro país, y fue promulgada tal vez algo tarde, en marzo de 2017, cuando se tiene evidencia que desde 2003 se ha empezado a hacer fracking en nuestro país, de acuerdo con la Alianza Mexicana Contra el Fracking.
En el capítulo II establece que la principal prioridad es cuidar la integridad de las personas, en segundo lugar la protección al medio ambiente y por último la protección de las Instalaciones. Para ello se recomienda en su artículo 9:
"Fortalecer mediante la capacitación y el entrenamiento continuo, las capacidades y habilidades de quienes operan y mantienen los procesos operativos; Establecer organizacionalmente un ambiente de cuestionamiento y aprendizaje basado en el comportamiento seguro de los procesos; Fomentar la confianza mutua entre los diferentes niveles de la organización, y Proveer respuesta oportuna a las cuestiones y preocupaciones de la protección de las personas"
En el capítulo III se hace énfasis en la detección de los peligros asociados a esta actividad, mismos que deberán contemplarse en todas las etapas de exploración y explotación, detallando también las contingencias que puedan enfrentarse tanto de carácter natural como por consecuencia del vandalismo o los fallos estructurales. En el artículo 13 establece que se deberá calcular la probabilidad y la frecuencia de que ocurran alguno o algunos de los riesgos que se detallan a lo largo del capítulo.
En el capítulo IV se habla de la necesidad de administrar los riesgos y los impactos dando prioridad a lo siguiente:
- Prevención;
- Detección;
- Control;
- Mitigación, y
- Respuesta a Emergencias.
En el Capítulo V, Sección V, Artículo 51 establece:
Los Regulados deberán identificar y conservar información sobre la composición y propiedades de los fluidos de Perforación y sobre el sistema de manejo de los fluidos empleados en las actividades de Exploración y Extracción de Hidrocarburos en Yacimientos No Convencionales y presentarlo a la Agencia cuando ésta así lo requiera. Dicha información deberá incluir por lo menos lo siguiente: Composición de los fluidos de Perforación y los aditivos a emplear en su elaboración; Características físicas y reológicas de los fluidos de Perforación; Los aspectos de seguridad del sistema de manejo de fluidos de Perforación; Los mecanismos del sistema para el manejo de fluidos de perforación para la protección a las personas y el medio ambiente, y Los requisitos de desempeño del sistema mencionado en situaciones normales y de Emergencia.
De esta manera se separa un poco de la legislación norteamericana en la que las empresas pueden alegar propiedad intelectual y ampararse en ella para no revelar el contenido de aditivos en el agua que se inyecta a los pozos, además la ley contempla otras muchas medidas de seguridad, y hace mucho énfasis en la protección a los seres humanos.
La verdad es que en papel la regulación del fracking en México muy bien. Lástima que hay aspectos que no se consideran, como las consecuencias para la salud de dicha práctica y el riesgo que existe según las investigaciones, de presenciar algunos sismos y fallas.
Es difícil quedar indiferente ante este panorama, sobre todo cuando se contrasta con la información que proviene de otros países como Francia y Bulgaria, donde progresivamente se va prohibiendo esta práctica que en México es una novedad.
Imágenes | Geocontra | La Voz de Galicia | Cartocrítica | GOB.mx
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