En 2014, el cofundador de Google, Larry Page, confirmó en una entrevista con el periodista Charlie Rose que, en lugar de donar su dinero a una causa benéfica, simplemente prefería destinarlo a apoyar a Elon Musk en su misión de llevar a la humanidad a Marte. No obstante, poco después de eso la amistad entre ambos terminó antes de que Musk tuviera acceso a la fortuna de Page.
El motivo que acabó con su vínculo no fue otro que la IA. Y es que, de acuerdo con Xataka España, los dos empresarios tenían opiniones diversas acerca de esta tecnología. Page era optimista sobre el desarrollo de la inteligencia artifial y el beneficio que esta podría ortorgar a la humanidad. En contraste, Musk mostraba recelo y pensaba que era un riesgo que debía ser controlado.
De amigos a rivales
La historia de la amistad entre Elon Musk y Larry Page comenzó en la década de los 90. En aquel entonces Google comenzaba a atraer las primeras inversiones para su buscador. De acuerdo con una de las biografías del Musk, escrita por Ashlee Vance, este solía quedarse en casa de Page durante sus visitas a Silicon Valley.
En 2013, ambos magnates incluso acordaron un plan de recate para Tesla por 11,000 millones de dólares, pues la empresa atravesaba dificultades financieras. Dicho acuerdo no se concretó ya que la empresa automotriz logró recuperarse. Sin embargo, fue en ese año cuando la amistad entre Musk y Page se comenzó a enfriar.
Durante una fiesta de cumpleaños, Page calificó a Musk de "especista" por priorizar los intereses humanos por encima de otras formas de inteligencia. Este último creía que la IA representaba un potencial riesgo para el desarrollo de nuestra especie. Sin embargo, la verdadera ruptura llegó cuando las diferencias ideológicas escaló hasta los intereses empresariales.
El caso de DeepMind
Elon Musk apoyó económicamente la creación de OpenAI como organización sin fines de lucro para garantizar que la inteligencia artificial sea segura. Aunque este impulso fue decisivo para el desarrollo de la IA, Page no lo vio como un acto de filantropía. En cambio lo interpretó como un desafío directo a Google, que recientemente había adquirido DeepMind.
Pero las cosas no terminaron ahí, ya que el sudafricano trató de impedir que la junta directiva de DeepMind vendiera la compañía a Google. Ese fue, en definitiva, el último clavo en el ataúd de la amistad entre ambos. Pese a todo, Musk, ha expresado públicamente su deseo de volver a ser amigo de Page. Sin embargo, reconoce que esta reconciliación podría no darse nunca debido a sus distintas posturas.
Musk no ha cambiado de opinión con respecto a la IA. Así lo demuestra la batalla legal que mantiene con OpenAI. La empresa cambió su estatus de organización sin fines de lucro a entidad con ánimo de lucro. El dueño de Tesla también la acusa junto a Microsoft de intentar deshacerse de la competencia.
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Mike's
Así son las amistades, se pierden.