La NASA ha informado que se suspenden hasta nuevo aviso todas las caminatas fuera de la Estación Espacial Internacional (ISS), excepto las que sean urgentes, luego de que tras la última excursión realizada en marzo se encontrara agua dentro del casco de uno de los astronautas.
La Agencia ha informado que realizarán una evaluación de los trajes espaciales de la Unidad de Movilidad Extravehicular (EMU) tras descubrir el líquido dentro del casco utilizado por Matthias Maurer, astronauta de la Agencia Espacial Europea (ESA), después de la caminata espacial del 23 de marzo.
Esta medida significa que los astronautas no podrán salir y realizar actividades extravehiculares (EVA) a menos de que surja una situación "apremiante" que requiera reparaciones en la ISS. Ya que la EMU afectada no volverá a la Tierra para ser estudiada hasta julio, fecha en que regresará la cápsula de SpaceX Dragon, las caminatas estarán detenidas durante algunos meses.
El antecedente
Esta es la segunda vez que se suspenden paseos espaciales por fugas de agua en los trajes, luego de que en julio de 2013 el astronauta de la ESA, Luca Parmitano experimentara una fuga de agua grave que terminó por cubrir la mayor parte de su rostro.
Esa caminata donde también participó Chris Cassidy de la NASA, fue interrumpida por el volumen de agua en su casco que reportó Parmitano tras aproximadamente una hora de comenzar el trabajo, aunque logró salir sano y salvo del incidente.
Derivado de este problema se suspendieron todas las caminatas espaciales en ese momento y el informe concluido en diciembre del 2013 determinó varios factores, desde en la construcción hasta en los procedimientos de la NASA, para poder hacer adecuaciones y de evitar futuros problemas de este tipo.
Ese informe identificó que la causa técnica más apremiante era provocada por "materiales inorgánicos que causaron un bloqueo en los orificios del tambor" en un separador de agua, lo que provocó que el líquido se derramara dentro del circuito de ventilación.
Para evitar el problema, a partir de 2014 los astronautas comenzaron a utilizar una "almohadilla de absorción de casco" en la parte posterior de la cabeza, para así recoger el exceso de agua. Como medida adicional también se insertó un tubo de respiración en el casco para que en caso de que el agua se adhiriera a la cara, como suele pasar en microgravedad, los astronautas pudieran seguir respirando.
Un problema "conocido" pero que fue excesivo
En el último problema Maurer reportó aproximadamente 20 a 25 centímetros de agua en una capa muy delgada que cubría la superficie interna de su casco.
No obstante Dana Weigel, subdirectora del programa de la estación en el Centro Espacial Johnson de la NASA mencionó durante la rueda de prensa previa al lanzamiento de la nave espacial Starliner de Boeing, que el traje "a veces generaba un poco de agua", pero en esta ocasión fue más de la que consideran como "normal".
Ahora la Agencia planea regresar a Tierra tanto las muestras de agua como los filtros del traje para realizar la investigación correspondiente y se buscarán signos evidentes de contaminación o incrustaciones de algún material.
La solución temporal seguirá en lo que llega el informe
Más almohadillas de absorción volaron en la misión Crew-4 de SpaceX, que llegó a la estación el mes pasado, junto con las que irán a bordo de la Orbital Flight Test 2 de Boeing.
"Tenemos almohadillas absorbentes suplementarias... muy delgadas que podemos colocar en el interior del casco", dijo Weigel. "Una está hacia la parte posterior de los auriculares de la tripulación, y el otro es una especie de banda que sube por encima de la cabeza con forma de una diadema".
Sin embargo estas almohadillas son únicamente un plan de contingencia que se usarán en caso de que los astronautas necesiten reparar algo en el espacio antes de que concluya la investigación.
Un informe de la Oficina del Inspector General de 2017 menciona que solo 11 de las 18 EMU fabricadas están disponibles para su uso en la Estación, cinco se destruyeron, el sexto se perdió en una prueba en tierra y una más era solamente unidad de verificación. En ese mismo documento también señaló preocupaciones por que el inventario no fuera el adecuado para durar hasta el retiro planificado de la ISS.
Por lo pronto la agencia está trabajando en varios trajes espaciales de próxima generación, especialmente para las misiones Artemis a la Luna, pero también se han enfrentado a una serie de problemas, lo que derivó en uno de los muchos retrasos para el programa tripulado de 2024 a por lo menos 2025.