Volvo tiene un ambicioso plan: vender sólo vehículos eléctricos para 2030. Por ello, acaba de confirmar que dejará de producir todos los vehículos con motor diésel a principios de 2024, incluso antes de despedir a los de combustión interna.
"Dentro de unos meses, se habrá construido el último auto Volvo con motor diésel, lo que hará que Volvo Cars sea uno de los primeros fabricantes de automóviles tradicionales en dar este paso".
El anuncio se dio durante la Semana del Clima, el evento climático anual más grande de su tipo que se celebra en Nueva York en el que se reúnen líderes empresariales, creadores de cambios políticos, tomadores de decisiones y representantes de la sociedad civil de todo el mundo para impulsar la transición hacia energías limpias y sustentables.
Ahí, Jim Rowan, CEO de Volvo Cars, enfatizó la superioridad de los sistemas de propulsión eléctricos y añadió que la automotriz tendrá una oferta de vehículos eléctricos premium que satisfagan las expectativas de los clientes y aborden el problema del cambio climático.
"Los sistemas de propulsión eléctricos son nuestro futuro y son superiores a los motores de combustión: generan menos ruido, menos vibración, menos costes de mantenimiento para nuestros clientes y cero emisiones del tubo de escape".
En América, Volvo no comercializa autos a diésel. En el caso de Europa, la mayoría de los vehículos que vendió la automotriz eran diésel en 2019, sin embargo, para 2022 representaron sólo el 8.9% de las ventas del fabricante sueco.
Ahora, en agosto, el 33% de las ventas de Volvo fueron modelos totalmente eléctricos o híbridos. La compañía no desglosó cuántos de los modelos restantes con motor de combustión del 67% eran diésel y cuántos funcionaban con gasolina.
