Mientras en 2017 muchos se maravillaban con obras como ‘The Legend of Zelda: Breath of the Wild’ o ‘NieR: Automata’, Ubisoft decidió lanzar Ghost Recon Wildlands, un juego que de primera parecía pasar sin pena ni gloria, pero en sus pocos meses de lanzamiento logró aumentar su base de usuarios de manera importante.
Ahora tenemos ‘Ghost Recon Breakpoint’ con la responsabilidad de ser el juego encargado de cerrar los lanzamientos anuales de Ubisoft, recordando que no tendremos ‘Assassin’s Creed’ en 2019. Ya tuvimos la oportunidad de jugarlo por muchas horas y descubrir que es un juego con muchos elementos para mejorar.
Una campaña solitaria, como el escenario
La trama sigue los acontecimientos de 'Willdlands' donde las pruebas de tecnología de Skell Technology llegó a las manos equivocadas, por otro lado, el USS Seay se hunde cerca de Auroa y la CIA no tiene manera de contactarlo. En ese punto deciden mandar al equipo Ghost Recon en la misión Greenstone para investigar, pero todo empeora cuando los helicópteros son derribados.
Al conocer Auroa encontraremos por sorpresa que es controlada por los Wolves, comandados por el coronel y ex compañero Cole D. Walker, los encargados de enfrentarlos serán los Ghost que iniciarán en una gran desventaja después del “accidente”.
La historia general es muy sencilla y avanza sin mayor problema, aunque destacamos la actuación de los enemigos que se llevan el modo historia, además de la subtrama donde conocemos más detalles entre la enemistad de Nomad y Cole. Al final sólo son chispazos, pero no tendremos nada memorable.
Tocando Auroa, una isla ficticia que se encarga de ambientar el juego es cuestión de un par de minutos para darnos cuenta de que nos encontramos con un territorio gigantesco. Como es normal con los juegos de Ubisoft, tendremos muchas actividades para realizar, desde enfrentamientos recurrentes, hasta lograr objetivos secundarios como abrir cofres para obtener mejoras en nuestro equipo.
Desde la generación pasada es una fórmula que le funciona a Ubisoft, no importa cuál sea el juego de la franquicia, siempre intentan mantener una estructura que va creciendo con el paso de los juegos, la clásica jugada de Ubisoft nunca falla, hasta ahora.
El principal problema es que desde el inicio las misiones se sienten repetitivas. Además, el escenario no ayuda mucho, existen zonas espectaculares, pero en muchos enfrentamientos sentiremos que estamos en el mismo punto. .
Cuando charlamos con Joe Gringas, Head of Game Design Realization por parte de Ubisoft París nos mencionó que para este juego decidieron crear un escenario totalmente nuevo, sin la necesidad de inspirarse de alguna locación como en el título pasado. Eso les permitiría a los desarrolladores adaptar los terrenos al estilo del juego, detalle que no notamos tanto.
Supervivencia muy accesible
El título nos intenta ofrecer una especie de juego de supervivencia que lo logra a medias, por una parte, cuenta con una barra de energía que se va desgastando dependiendo las actividades que realicemos. Al tener una barra así, es mejor pensar antes de actuar. No estamos ante un juego de disparos tradicional, pero tampoco logra meternos en ese ambiente de sigilo y de táctica que hizo muy bien ‘Metal Gear Solid V’ en 2015.
Los enemigos se adaptan bien a los escenarios abiertos, donde no tienen ataques lineales y eso nos obliga a movernos de manera constante sobre el escenario, pero tampoco su dificultad es tan alta, aunque tendremos más probabilidades de morir en comparación a otros títulos del género.
Nuestro personaje inicia la aventura con una pistola nada más y con el paso de las horas empieza a mejorar su arsenal, es importante dejar en claro que nosotros somos la presa fácil, los que tenemos que buscar salir del lugar, ese planteamiento es muy interesante, lamentablemente solo se queda en una buena idea.
El rol, ya no puede faltar
Para mejorar nuestro personaje tendremos un sistema de progresión que nos recordará a Destiny, el problema es que no se encuentra balanceado y se puede adaptar muy rápido a un cierto estilo de juego. A diferencia con la entrega anterior, ya no estamos acompañado siempre de nuestro equipo, aquí se justifica con un pequeño dron que le da un buen contexto a la trama.
No olvidamos el tema de las microtransacciones que se hacen presentes, se puede terminar el juego sin adquirir ninguna, inclusive se eliminaron de lanzamiento los "ahorradores de tiempo", que aparentemente fueron creados para llegar tiempo después del lanzamiento y que le servirán a los jugadores nuevos para avanzar más rápido. En general no es necesario adquirir ninguno.
Una de sus grandes ventajas es que toda la campaña se puede jugar con amigos y eso en automático lo hace más divertido, por intentar planear mejor un ataque sigiloso y para conocer la improvisación cuando las cosas no funcionan.
Cuando nos van lastimando, se ve reflejado de inmediato en nuestra velocidad y habilidades de disparo, ese elemento se agradece. En el caso que un amigo es derribado, podremos trasladarlo a un lugar seguro para revivirlo, sin la necesidad de estar en un punto donde somos presa fácil. Para mejorar nuestra salud también se puede optar por consumir plantas, tomar agua y otros elementos que quieren mantenernos atentos en todo momento.
Si se juega con amigos en una dificultad normal, la diversión estará garantizada, pero el reto se pondrá hasta que se eleve a la máxima dificultad, donde los enemigos no fallan nunca sus disparos y tendremos que ser muy cuidadosos. Una decisión correcta de la empresa, priorizando la diversión.
La tecnología sigue siendo la herramienta principal y contamos con diferentes accesorios para atacar por los diferentes, el objetivo es que intentemos ser lo más discretos posibles, pero en el caso que seamos detectados, será momento de sacar el arsenal.
Si nos enfocamos solamente en la historia, podremos invertir unas 25 horas, pero si queremos completar todo, sí superaremos las 40 sin problema. En general las sensaciones son agridulces, la historia queda a deber, pero el problema principal son las misiones, haciendo que se sienta repetitivo desde las primeras horas y con una isla que no es tan apasionante explorar como en otras entregas de Ubisoft.
En contenido, es claro que existe muchas actividades por realizar, aunque no se notan muchas diferencias. Destacamos que más allá de la campaña, se puede jugar en línea en modo competitivo entre equipos, ese elemento refresca un poco el juego, pero sabemos que, si la comunidad no responde, será un modo que terminará ignorado.
Una experiencia de juego que se ve afectada
El error más grande y delicado que hemos encontrado son las desconexiones constantes, es normal que sin motivo alguno nos manden a la pantalla de inicio y nos aparezca un mensaje de error señalando que se perdió la conexión con los servidores. Recordando que es obligatorio tener una conexión a internet, ya que, si no funcionan los servidores, será imposible jugar.
Gráficamente presenta inconsistencias, por una parte, veremos una creación espectacular de los detalles de la isla, pasar en un inicio por una zona con árboles y pasto alto es emocionante, aunque después llega el desencanto con muchas secciones genéricas. También notamos algunos errores con objetos que desaparecen por segundos, iluminación que cambia y lo peor, la carga de texturas de manera constante, algo que ya no era normal ver en la actualidad.
Algo que sí destacamos en el apartado visual, es la posibilidad de ocultarnos en partes del escenario, aprovechando algunas zonas donde avanzaremos pecho tierra, solamente nos colocaremos un poco de lodo para mezclarnos con el lugar, es un buen añadido, pero se necesitaban más.
Los tiempos de carga también son algo largos, sobre todo cuando nuestro personaje se muere. La interfaz tiene otra mención, ya que parece que fue diseñada para navegar con un ratón de computadora y no es nada intuitiva, además de encontrarnos muchas opciones desde un inicio que podrían abrumar a más de uno.
Es momento de meditar
Creemos que los resultados finales de Breakpoint que esperamos, tiene errores claves por solucionar como los servidores. Creemos que aplicar la fórmula de una campaña con misiones principales y toneladas de objetivos secundarios ahora no funcionaron por el diseño de los escenarios y la poca variedad en las misiones.
Si buscan un juego para disfrutar con amigos, no dudamos que sea una opción divertida y que al elevar una dificultad se tenga un verdadero reto, pero tampoco creemos que probar ‘Ghost Recon Wildlands’ sea una mala idea.
No nos sorprendería que la franquicia se quede en el congelador por un tiempo, similar a lo que le sucedió a ‘Assassin’s Creed’ en su momento.
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