Tal vez tú que me lees, no te has encontrado sumido en la más completa oscuridad por no contar con luz eléctrica, o tampoco has tenido que depender de lámparas de baterías o de petróleo para encontrar tu camino por las noches. Desafortunadamente, yo sí pasé unos días sin luz eléctrica durante un huracán hace 10 años en Cancún, y créanme, no es una experiencia que le desee a nadie, salvo por lo hermosas que se ven las estrellas sin la contaminación lumínica de la ciudad.
Es por eso que me llamó poderosamente la atención el hecho de que el ingeniero Moisés Venegas Samperio esté trabajando en un proyecto de foco ecológico, elaborado a partir de PET y energías renovables. Su proyecto, Luciérnaga, a través de Fondeadora consiste en lograr que varias viviendas de la zona de l Ajusco en la Cd. de México y Estado de México puedan contar con luz para poder seguir con sus labores aún en horas de la noche.
La Luciérnaga consta de un envase de PET y un paquete de baterías que se cargan mediante luz solar y alimentan un diodo LED. Al ser el PET un material translúcido hace por la mañana la función de un tragaluz en la vivienda y por la noche, con su LED puede contrarrestar la oscuridad por las noches.
Ahora mismo ya han instalado sus luciérnagas en la casa de una familia que vive en Texcoco, además de instalarlas, les cambiaron el techo de su vivienda que era de láminas de cartón por otras láminas hechas de tetrapack reciclados, que son a prueba de agua y protegen tanto la luciérnaga como las familias que ahí habitan.
Lo más importante de este proyecto es que sin gastar muchos recursos adicionales, estas mismas lámparas pueden utilizarse como una forma de alumbrado público en esas zonas marginadas del país. Su meta actual es reunir 100,000 pesos con los cuales comenzarán la elaboración de más prototipos para poderlos instalar en distintos lugares, y seguir desarrollando la tecnología necesaria para eficientar los procesos de producción.
Más información | Fondeadora
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