Más allá de ser una curiosidad personal, saber en que momentos del día vamos al baño podría tener implicaciones directas sobre la salud general. Un nuevo estudio publicado en Cell Reports Medicine revela que la frecuencia de los movimientos intestinales está estrechamente relacionada con la presencia de toxinas en la sangre y con el funcionamiento de órganos vitales como el hígado y los riñones.
Según la investigación liderada por Sean Gibbons y su equipo en el Instituto de Biología de Sistemas de Seattle, incluso en personas sanas, las deposiciones fecales irregulares pueden ser una señal temprana de riesgo para enfermedades crónicas relacionadas con el envejecimiento.
¿Cuál es la frecuencia ideal para ir al baño durante el día?
El citado estudio analizó datos de más de 1,400 adultos sanos. Ahí se tomó en cuenta información sobre su dieta, estilo de vida, muestras de sangre y microbioma intestinal. Se clasificó a los participantes en cuatro grupos según la frecuencia de sus deposiciones: estreñimiento (1-2 veces por semana), normal-baja (3-6 por semana), normal-alta (1-3 por día) y diarrea.
Los resultados fueron contundentes: la que llamaron la "zona Ricitos de Oro" de la salud intestinal, es decir, las frecuencias ideales para ir al baño, están entre una y tres evacuaciones al día. Quienes se encontraron en ese rango mostraron un microbioma más saludable, dominado por bacterias beneficiosas productoras de ácidos grasos de cadena corta como el butirato, conocido por reducir la inflamación y mejorar la sensibilidad a la insulina.
Por el contrario, los extremos (estreñimiento y diarrea) presentaron alteraciones en su química sanguínea y su microbiota intestinal, con la presencia de toxinas dañinas en la sangre y posibles daños en órganos como riñones e hígado.

Las personas con estreñimiento crónico acumulan toxinas microbianas
Según la investigación, en las personas con menos frecuencia de evacuación se detectó un aumento de toxinas microbianas como el sulfato de p-cresol (PCS) y el sulfato de indoxilo (3-IS) en el torrente sanguíneo. Estas sustancias están relacionadas con enfermedades como la insuficiencia renal crónica y el Alzheimer. Gibbons habló sobre el estudio a Science Alert y dijo lo siguiente:
"Lo que descubrimos es que incluso en personas sanas que sufren de estreñimiento hay un aumento de estas toxinas en la sangre. Particularmente, son dañinas para los riñones"
La acumulación de estos metabolitos es consecuencia de un cambio en la fermentación intestinal. Al permanecer demasiado tiempo en el intestino, las bacterias consumidas toda la fibra disponible y comienzan a fermentar proteínas, liberando compuestos tóxicos.
Pero no solo el estreñimiento es motivo de alarma. Según la investigación, quienes padecen diarrea frecuente presentaron alteraciones en su química sanguínea asociadas a inflamación y daño hepático. Durante la diarrea, el cuerpo pierde ácidos biliares esenciales que normalmente el hígado recicla para la digestión de las grasas. Este proceso puede desencadenar consecuencias a largo plazo en la salud hepática.

Las claves para alcanzar la frecuencia óptima y evitar riesgos invisibles
El equipo de Gibbons detectó que factores como la edad, el género y el índice de masa corporal influyen en la frecuencia de las deposiciones. Las mujeres, los más jóvenes y las personas con menor IMC tendían a defecar menos. Sin embargo, la señal más clara estuvo en la dieta: "La señal más importante que vimos fue comer más frutas y verduras".
Una dieta rica en fibra vegetal no solo favorece la frecuencia ideal de deposiciones, sino que también alimenta a las bacterias buenas del intestino y reduce la producción de toxinas dañinas.
Cabe señalar que este no es el primer y único estudio que advierte sobre la importancia de los hábitos intestinales. Según BBC, un estudio de más de 14,000 adultos en Estados Unidos encontró que quienes defecaban solo cuatro veces por semana tenían 1,78 veces más probabilidades de morir en un plazo de cinco años, en comparación con quienes lo hacían siete veces por semana. Incluso, quienes padecían estreñimiento crónico mostraban un mayor riesgo de morir por cáncer o enfermedades cardiovasculares.
Los expertos coinciden que más allá de la cantidad de veces, es fundamental estar atentos a cualquier cambio inexplicable en la frecuencia, el color o la forma de las heces. “Revisar nuestras heces es como una prueba gratuita de salud intestinal”, explica la microbióloga Emily Leeming a la BB . La forma ideal, según la Escala de Bristol, es tipo 3 o 4 "salchicha agrietada o lisa".
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2 comentarios
elquisquilloso
Las imágenes que acompañan este artículo, especialmente la tercera; son por decir lo menos: De mal gusto.
Federico Cantu
Ya saben raza: A c@gar más seguido se ha dicho.