En esta tercera y última parte del especial de especies en peligro de extinción, hablaré de diez especies, seis de aves y cuatro de tortugas. Estoy consciente de que en nuestro país son más de 200 las especies que se encuentran amenazadas por su baja población, pero sería imposible darle cabida a todas.
Retomando el tema de la educación con el que cerraba el artículo anterior, puedo decir, que los primeros esfuerzos por lograr una sociedad mejor educada deben forjarse en la familia, y reforzarse en la escuela, todos somos copartícipes de la destrucción del planeta si no hacemos algo para evitarlo, así que manos a la obra con la última parte de este especial.
Águila arpía Harpia harpyja
Es un águila grande y robusta, puede medir de 89 a 100 centímetros y tiene una envergadura de dos metros. Es una especie rara que requiere de vasto territorio de selva para habitar. Actualmente solo la encontramos en Chiapas, Campeche, Veracruz y Oaxaca pero hace algunos años, sus dominios se extendían desde México y hasta Brasil.
Sus presas preferidas son los monos, los perezosos y los hocofaisanes, aunque también podría consumir reptiles, su tasa de reproducción es muy baja, poniendo de uno a tres huevos por vez, de esos huevos solo uno logra convertirse en polluelo y estará al cuidado de los padres por nueve meses, lo cual hace pensar a los científicos que cada pareja tendrá solo un polluelo cada dos años. Sus principales amenazas son la cacería y la deforestación de su hábitat para la agricultura.
Cotorra serrana occidental Rhynchopsitta pachyrhyncha
Una de las principales características de esta especie es la monogamia, lo cual impide que tengan muchas crías, además es endémica de la Sierra Madre Occidental, lo que limita su espacio de reproducción. Su tamaño promedio es de 38 cm, su color predominante es el verde con acentos rojos y amarillos.
Actualmente la encontramos en la sierra de Durango y Chihuahua y durante el invierno pueden llegar hasta Jalisco, Colima y Michoacán, en busca de alimento. Sus nidos se dan en las copas de los árboles de pino, encino y oyamel. Las principales amenazas para esta especie son: la devastación de su hábitat, los incendios forestales y en menor medida, su tráfico ilegal para ser vendidas como mascotas.
Quetzal Pharomachrus mocinno
Los quetzales también son monógamos, aunque una vez terminada la crianza de los polluelos, tienden a moverse por separado, a distintos sitios y altitudes, para regresar al mismo sitio y con la misma pareja cuando comienza el siguiente sitio reproductivo. Los frutos de los que se alimentan se encuentran entre los 900 y los 1400 metros de altitud, por eso es difícil observarlos. La depredación del quetzal es muy alta, del orden del 80%, eso a pesar de que el nido se encuentra siempre vigilado por alguno de los padres, ese es uno de los factores que han puesto en peligro a esta especie.
Actualmente si bien la población de quetzal es escasa, podemos localizarlo en Costa Rica, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Guatemala y Panamá, y en México en los estados de Chiapas y Oaxaca. La principal amenaza para el quetzal es la pérdida de su hábitat de migración y anidación, la otra amenaza, es el comercio ilegal de la especie.
Guacamaya roja Ara macao
Para empezar, las guacamayas rojas, son altamente cotizadas en el mercado, cada ejemplar puede llegar a costar entre mil y dos mil dólares, por eso la especie se encuentra amenazada, ya que está sujeta a la cacería ilegal. Pueden vivir hasta 30 años pero la madurez sexual se alcanza entre los tres y los cinco. Pueden medir de 85 a 96 centímetros desde la cabeza hasta la cola.
Si bien hace unos años era posible localizar guacamayas rojas en Tamaulipas, Veracruz, Tabasco, Oaxaca y Campeche, hoy solo se sabe de dos poblaciones en estado silvestre, una en Chiapas y la otra en Oaxaca. La deforestación y fragmentación de su hábitat es la amenaza más patente para esta especie, a ello le sigue la captura ilegal para su comercio. El riesgo es tal que la especie puede desaparecer en los próximos 10 años.
Guacamaya verde Ara militaris
La guacamaya verde es endémica de México y junto con la roja, podrían ser consideradas las aves más bellas de nuestro país. Puede medir entre 67 y 75 centímetros, con lo cual se ubica en una de las especies de aves más grandes del país, su envergadura es de unos tres metros y medio. Por la vertiente del Pacífico es posible localizarla desde Sonora y hasta Jalisco y desde Colimas hasta Guerrero, por el lado del Golfo habitan desde Nuevo León y hasta San Luis Potosí.
A pesar de ser una especie protegida, se encuentra grandemente amenazada por la captura ilegal para su comercio como mascota, no solo se extraen pollos de los nidos, sino también se capturan ejemplares jóvenes y adultos, además su hábitat se encuentra fragmentado y en constante deforestación, lo que las priva de un lugar estable donde reproducirse.
Halcón peregrino Falco peregrinus
Se trata de un ave rapaz, diurna y monógama que sufre depredación de parte de otras aves de mayor tamaño, y además, se enfrenta a rivalidad con otros de su misma especie por el territorio, lo que en ocasiones lleva a la muerte. Su longitud es de 37 a 52 cm, y su envergadura puede llegar a los 119 cm.
En México se han avistado halcones peregrinos en Oaxaca, Veracruz, Baja California, Nayarit, Tabasco y la Península de Yucatán. Actualmente la especie se encuentra protegida en México y Estados Unidos, pero no en Canadá. Su principal amenaza son los químicos que se utilizan para fumigar, como el DDT, el malathión, entre otros, ya que se alimenta principalmente de otras aves más pequeñas, y el veneno se va acumulando en su organismo, hasta que finalmente, le da muerte.
Tortuga caguama Caretta caretta
Si bien la tortuga caguama puede llegar a vivir hasta 67 años, su madurez sexual la alcanza entre los 17 y los 33 años, miden unos 90 centímetros y pueden pesar hasta 135 kilos. Son omínvoras y tienden a alimentarse de invertebrados que se localizan en el lecho marino. Actualmente se considera una especie en peligro de extinción debido a la devastación de las playas que le sirven para desovar, y también a los aparejos de pesca, que muchas veces las ahogan.
Pasan la mayor parte de sus vidas bajo el agua, y sus inmersiones pueden durar desde los 15 minutos y hasta las cuatro horas. Su metabolismo es lento cuando se encuentra en temperaturas menores a los 15 grados. Tiene muchos depredadores en su etapa temprana, desde los que se comen los huevos, hasta los que cazan despiadadamente a las tortuguitas recién eclosionadas. Las tortugas caguama han sido intensivamente cazadas por su carne y sus huevos, aunque esta tendencia va a la baja, gracias a las leyes de conservación.
Tortuga verde Chelonia mydas agassizii
La tortuga verde es de tamaño mediano y puede llegar a medir hasta un metro y pesar hasta 125 kilos. En nuestro país se concentra en la vertiente del Pacífico donde predominan los climas tropicales. En la época de reproducción, una hembra puede ser cortejada por hasta cinco machos.
En sus primeros años de vida, es una especie omnívora, y al llegar a la edad adulta se convierte en herbívora. Su principal amenaza es la depredación por parte de los seres humanos que codician su carne y sus huevos, a los cuales se les suelen atribuir propiedades afrodisíacas.
Tortuga blanca Dermatemys mawii
La tortuga blanca es nocturna y se encuentra en ríos y lagunas desde México hasta Honduras, es considerada un fósil viviente, puesto que los fósiles que se han encontrado, apuntan a que es conocida desde el Cretácico al Mioceno. Es emblemática del estado de Tabasco y durante muchos años fue alimento de los tabasqueños. Su hábitat son los ríos y lagunas de agua dulce.
Es una especie hervíbora, y su etapa de anidación es en la temporada de lluvias. Su carácter dócil y su torpeza fuera del agua, la hacen presa fácil, y por lo tanto, el ser humano es su principal depredador y amenaza.
Tortuga laúd Dermochelys coriasea
Es la mayor de las tortugas marinas, alcanzando una longitud de 2.3 metros y un peso de más de 600 kilos. Su platillo favorito son las medusas, para ello su cuerpo está anatómicamente adaptado para que pueda comérselas con su pico, y tragarlas con las barbas que tiene en la garganta apuntando hacia adentro.
Los machos una vez que entran al agua, no vuelven a salir de ella, incluso se aparean dentro del mar, y las hembras salen cada tres o cuatro años a poner sus huevos en la playa que las vio nacer. Si bien viven prácticamente en todos los océanos del mundo, en México se encuentra en peligro de extinción. Aves, perros y personas, son quienes depredan los nidos, consumiendo los huevos e impidiendo que lleguen a eclosionar, su principal amenaza la enfrentan en esas etapas tempranas, porque cuando ya son adultas, difícilmente encuentran algún depredador, sin embargo, la contaminación dejada por los humanos que llega hasta el mar en forma de plásticos, neumáticos, o derrames de químicos, pueden dañar severamente a los ejemplares adultos.
Quedan muchas especies más en el tintero, sin embargo, la intención de este especial era despertar la conciencia de nuestros lectores, hacerles saber que cada uno de ustedes son agentes de cambio y que entre todos, podemos cambiar la cara de nuestra ciudad, nuestro estado, nuestro país y nuestro planeta. Ojalá que cada uno de nosotros hagamos verdaderos esfuerzos de conservación, y que no sea solo una moda pasajera.
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