El Cerro Quemado, es uno de los lugares sagrados de los huicholes o wixarikas, hacia él peregrinan para lograr una comunicación con sus dioses mientras los marakames los guían en esa travesía donde recogen a sus antepasados, el peyote, los venados y el agua de los manantiales. Este grupo indígena que se ha negado a la modernización, ve en peligro sus tradiciones ancestrales, puesto que el gobierno mexicano ha dado a la minera canadiense First Majestic Silver, una concesión para explotar las vetas de plata del subsuelo y los cerros de Wirikuta, el lugar sagrado de los wixarikas.
Los huicholes tienen una geografía sagrada que abarca desde las costas de Jalisco en el Pacífico, atravesando los estados de Durango, San Luis Potosí, Nayarit y Zacatecas, en toda esa área encuentran los pilares de su cosmovisión. En esa peregrinación que parte en el mar y culmina en el desierto Wirikuta, acuden los marakames o guías y hikuritamete también conocidos como peyoteros o jicareros.
¿En qué consiste la peregrinación?
Según los relatos de los huicholes, durante la primera peregrinación desde tierras de Jalisco y Nayarit, hubo varios hombres y mujeres que se quedaron en el camino, adoptando la forma del peyote, el tabaco, el maíz, los venados (y otros animales de caza), el agua de los manantiales, y otros elementos de su geografía como montes, piedras y lagos, y se quedaron viviendo en el trayecto para que cada año, al repetirse la peregrinación, los wixarikas tuvieran provisiones para el camino.
En el camino se hace un ritual de purificación, donde se confiesan los secretos de los peyoteros o jicareros, guiados por el marakame, después de este ritual, se llega al nierika (a tener el don de ver) una vez que se ha consumido el peyote. El marakame busca entre la oscuridad al venado azul (al peyote), cuando lo encuentra le lanza cuatro flechas, señalando los cuatro puntos cardinales. La peregrinación termina en la sierra de Real de Catorce al amanecer, cuando los peyoteros y sus marakames regresan al campamento, y siguen consumiendo peyote hasta la siguiente noche.
¿Por qué se dice que sus tradiciones están en peligro?
La minera canadiense First Majestic Silver, a través de su filial mexicana Real Bonanza, tiene concesiones en el municipio de Catorce (San Luis Potosí) para exploración y explotación en 3407 hectáreas, en las cuales extraerán diversos minerales entre ellos: Oro, Plata, Plomo, Zinc, Cobre, Cadmio, Molibdeno y Antimonio.
La principal preocupación de los grupos indígenas de la zona, es que el agua que ellos utilizan proviene de manantiales, y no creen que sea suficiente para las grandes cantidades de agua que se utilizan en la minería. Además en los modernos métodos de extracción, a menudo se utiliza cianuro que puede ser potencialmente mortal, atacando principalmente al sistema nervioso, la tiroides y el riñón.
Wirikuta consta de 140 mil hectáreas y fue designado como Sitio Sagrado Natural por el Estado de San Luis Potosí en 2001, sin embargo, se ha pasado por alto esa designación a través de concesiones a diversas empresas mineras, por la próxima construcción de la presa de La Maroma, y por las actividades de agroindustrias.
Clemente de la Cruz, un marakame wixárica comentó al respecto en un foro efectuado en la Facultad de Derecho de San Luis Potosí:
Desde la llegada de la minera, el gobierno irrespetó (sic) la cultura de sus pueblos indígenas al anteponer el interés privado por encima de los suyos, pues ya existía un decreto que protegía el territorio.
La cruzada por defender un pueblo y sus tradiciones
En varios frentes se han hecho eco de la solicitud del pueblo huichol por defender su territorio, de hecho, en el año 2015, se llevó a cabo el foro "Agua en el desierto 2030" en donde se pone de manifiesto la importancia bio-cultural de la región Wirikuta, por su gran cantidad de especies endémicas, y porque está íntimamente ligada a la vida de un pueblo, misma que sería grandemente modificada, al punto de poder llevarla a su desaparición, si es que se continúa con los proyectos extractivos y de agroindustria.
Por otra parte, hay un colectivo de ciudadanos mexicanos y extranjeros, que están pugnando porque Wirikuta sea declarado patrimonio de la humanidad, y con esto, impidiendo las pocas actividades productivas que se venían haciendo en la zona, tales como la minería, la agricultura y la ganadería, a esto se oponen principalmente los ejidatarios de la zona, sin darse cuenta que una declaratoria en este sentido, podría abrirles camino a otro tipo de actividades del sector terciario de la economía, es decir, actividades de tipo ecoturísticas, culturales, comerciales que impacten de manera positiva en su forma de vida.
Uno de los factores que juega en favor de las compañías mineras, es la pobreza en que viven muchos de los habitantes de la zona, a quienes prometerles un salario, un trabajo, una forma de vida, la necesidad es mucha y Real Bonanza, la filial de First Majestic Silver, promete crear 750 puestos de trabajo. En palabras de Humberto Fernández, hotelero de Real de Catorce:
Si un minero, hoy, le pega a una veta de oro, él obtiene su mismo salario. No es lo mismo con el empresario. El minero no participa en la riqueza, todo se centraliza y nunca ve nada de las ganancias. Todo se va a México, a la Bolsa de Valores y el minero, nada. Acá está la muestra: una compañía que trabajó durante 20 años y ¿qué dejó? Nada. Pura contaminación y desgraciadamente pobreza.
Otro de los habitantes de Real de Catorce, el párroco Ernesto Vega comenta al respecto:
Aquí en Real de Catorce, si la mina abre, lo más que dará empleo será durante cuatro o cinco años. No es mucha la plata que quedó pero, las consecuencias a futuro serán graves, sobre todo si utilizan cianuro u otro tipo de solventes que pueden llegar a contaminar mantos acuíferos. A la larga, la mina dejará más que beneficios puros perjuicios
Sin embargo, aún con la contaminación del subsuelo y los mantos acuíferos en contra, en junio de 2015, una Consulta indígena concluyó con un acuerdo para la construcción de la presa La Maroma, donde a través de la Comisión Nacional del Agua, se logró establecer un diálogo con los wixarikas en su propia lengua, informándoles de las ventajas de dar su autorización para la construcción de esta presa de almacenamiento. Este consentimiento se logro gracias a que en un mapa les explicaron que no se ponía en riesgo ninguno de los lugares de la ruta Wirikuta.
Las únicas demandas de los huicholes fueron que se les permitiera realizar un ritual tradicional al arrancar la obra, que se preservaran los Centros Ceremoniales, que se reforestara la zona, y que se hicieran mejoras tanto en la ruta como en los servicios básicos y casetas de vigilancia de los centros ceremoniales.
Seis años han pasado para que los wixarikas pudieran agradecer la victoria a sus dioses
En el año 2017, los wixarikas hicieron una ceremonia de agradecimiento a sus deidades por librarles de la carga espiritual que suponía estar luchando contra las mineras,
Asimismo nos han comunicado que debemos seguir venerando nuestra cultura y a ellos mismos, para de esta forma seguir renovando las velas de la vida que son los soportes de la existencia del mundo wixárika y de toda la humanidad
Esto fue declarado por Eusebio de la Cruz, marakame huichol que es el enlace natural entre los dioses y los comuneros, a quienes les indica cómo proceder para salvaguardar sus centros ceremoniales.
Los wixarikas, saben que la lucha no ha sido solo suya, por eso agradecen a los académicos, artistas, intelectuales y a la diócesis de San Luis Potosí, el haber estado hombro a hombro con ellos defendiendo su patrimonio y sus lugares sagrados.
La lucha aún no ha concluido, pues aunque se interpusieron varios amparos para frenar de lleno el trabajo de las mineras en el área, es de esperarse queno se queden de brazos cruzados, debido a las proyecciones que tienen de encontrar minerales en esa zona.
Es por esa razón que el Consejo Regional Wixárika está trabajando para ayudar a las mineras a encontrar lugares que puedan explotar con actividades de minería. Para Santos de la Cruz, integrante del consejo regional, se encuentran en una encrucijada ya que de continuar con los proyectos mineros:
“Perderíamos toda nuestra cosmogonía, es ahí donde hacemos nuestras prácticas tradicionales, ahí se funda la esencia de nuestra vida y nuestras raíces culturales; y que el Estado Mexicano permita que se explote la tierra es permitir que se pierda una cultura, es comparar como la “Villa” para los católicos o como la “Meca” de los musulmanes, pero va más allá, para nosotros lo que está en juego es la vida
Por ahora, a pesar de que las mineras anunciaron su decisión de retirarse de territorio Wirikuta, la pugna por la exploración y explotación de este lugar por su riqueza mineral, aún no concluye, ya que los amparos interpuestos por los huicholes siguen su curso, y las concesiones no han sido retiradas.
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