La próxima caminata espacial tendrá entre sus objetivos una misión bastante particular. Los astronautas Tracy Dyson y Matt Dominick de la NASA deberán salir al espacio para recolectar unos pequeños seres vivos que se encuentran adheridos al exterior de la Estación Espacial Internacional.
Sí, aunque suene a ciencia ficción, durante años se ha documentado la existencia de algunos organismos capaces de sobrevivir a las condiciones extremas del espacio: los extremófilos.
Entendiendo a los extremófilos
Estos organismos pueden mantenerse con vida en estado latente y recuperar su actividad metabólica una vez que las condiciones del medio ambiente sean más favorables.
Entre los extremófilos, el ejemplo más claro es el de los tardígrados, que han sido objeto de múltiples experimentos y han mostrado una gran resistencia ante el espacio exterior.
Los tardígrados son unos invertebrados diminutos con ocho patas, que podrían estar ya viviendo en la Luna.
De este caso específico hay evidencia, En 2019 se estrelló la sonda israelí Beresheet, que llevaba tardígrados deshidratados como parte de uno de sus proyectos. Aunque no se sabe si sobrevivieron al impacto, podrían seguir en estado de "criptobiosis", una forma en que pueden sobrevivir sin agua y en condiciones extremas.
Junto a los tardígrados, también hay bacterias y microorganismos aún más pequeños y resistentes, capaces de soportar las duras condiciones durante años.
Las evidencias de su supervivencia
Desde hace años, en el exterior de la Estación Espacial Internacional se han instalado bacterias y hongos formadores de esporas, demostrando que pueden sobrevivir hasta dos años expuestos a las condiciones en la órbita terrestre.
Según un estudio, algunas especies de bacterias y hongos alojados en algodón y en varillas metálicas afuera de la ISS siguen vivas luego de dos años en el vacío del espacio.
En ese estudio, se menciona que algunos de los principales factores para la supervivencia a largo plazo pueden ser la deshidratación y el secado por la congelación parcial en el vacío del espacio. Además, no es el único caso, pues unos investigadores japoneses encontraron en 2020 que la bacteria "Deinococcus radiodurans" podía sobrevivir hasta tres años en estas condiciones.
Un experimento aún sin completar
Por el momento, la caminata espacial se ha reprogramado en múltiples ocasiones. Originalmente estaba prevista para el 13 de junio, pasando al 24 por varias molestias, y recorriéndose nuevamente, de forma indefinida, por una fuga en el refrigerante en uno de los trajes.
Recolectar muestras en el exterior de la ISS, que se puedan analizar en Tierra comprobando si aún hay organismos vivos, no es lo único que harán los astronautas, pues también tienen contemplado retirar una caja electrónica defectuosa en una antena de comunicaciones.
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