A medida que avanzamos en el desarrollo e implementación de la inteligencia artificial en nuestro día a día, la demanda de electricidad en los centros de datos aumenta a un ritmo vertiginoso.
Frente a esta crisis energética, las empresas tecnológicas han encontrado en los mineros de bitcoins un aliado para tratar de asegurar nuevas fuentes de suministro. Algunos mineros de criptomonedas han respondido al llamado y ahora ganan mucho dinero alquilando o vendiendo su infraestructura a compañías como Amazon o Microsoft.
El interés de estos gigantes tecnológicos por los criptomineros se debe a que las empresas de bitcoin poseen centros de datos con acceso a líneas de fibra y grandes cantidades de energía, precisamente el tipo de infraestructura requerida para las operaciones de desarrollo de inteligencia artificial y servicios en la nube.
Sin embargo, no todos ven con buenos ojos este negocio. Algunas empresas de minería resienten la pérdida del acceso a la electricidad necesaria para continuar con sus operaciones con la criptomoneda.
A pesar de ello, los analistas esperan que el 20% de la capacidad de energía de los mineros de bitcoin se destine a la IA para fines de 2027.
Aumenta el interés de los mineros de bitcoin por la IA
Hace unos meses, la empresa financiera multinacional JPMorgan reveló que algunos operadores de minería de bitcoin están sintiendo el impacto financiero de la reducción de ingresos y están explorando estrategias alternativas.
Muchos mineros de bitcoin que poseen terrenos y conexiones eléctricas están comercializando sus propiedades y servicios energéticos a empresas de inteligencia artificial y servicios en la nube.
Hace unos meses la empresa de minería de criptomonedas Core Scientific anunció un acuerdo importante para arrendar sus instalaciones conectadas a la energía a Nvidia por 6,700 millones de dólares a lo largo de 12 años. Desde entonces, varias mineras de bitcoins han comenzado a alquilar o a actuar como subcontratistas para desarrollar centros de datos de IA.
Por su parte, Bit Digital, otra empresa que mina bitcoin, ahora obtiene aproximadamente el 28% de sus ingresos de la IA. Además firmó un acuerdo para suministrar GPU de Nvidia a un centro de datos en Islandia, lo que le genera 92 millones de dólares anuales.
Una transición difícil
Se trata de un negocio en el que ambas partes ganan. De acuerdo con un estudio de Morgan Stanley, para los mineros de criptomonedas con grandes activos energéticos, al cambiar su enfoque hacia la inteligencia artificial, el valor de sus propiedades aumentaría hasta cinco veces más.
A su vez, comprar o alquilar espacio en una empresa minera con al menos 100 MW de capacidad puede reducir los tiempos de espera para poner en operación un centro de datos en tres años y medio. Esto les ahorraría miles de millones a las empresas tecnológicas.
Sin embargo, cambiar de la minería de criptomonedas a la inteligencia artificial no es tan fácil como suena. Alrededor del 90% de las minas de bitcoin de Estados Unidos se pueden construir en seis a 12 meses. En contraste, un centro de datos de IA puede demorar hasta tres años.
Además, las minas tendrían que ser reconstruidas para incorporar estructuras de enfriamiento especializadas y otra infraestructura que se pueda utilizar para IA o computación en la nube.
Por si fuera poco, la construcción de estos centros de datos puede ser costosa, lo que pone en desventaja a muchos mineros que no tienen los recursos suficientes.
Minería de Bitcoin, Inteligencia Artificial y energía nuclear
Los analistas piensan que las grandes empresas que se dedican a minar bitcoins y que están en la bolsa de valores aumentarán mucho la cantidad de energía que usan en los próximos dos años.
En Estados Unidos, se espera que los centros de datos utilicen mucho más electricidad en el futuro. Se cree que para 2030 estas instalaciones consumirán casi el 9% de toda la electricidad del país. En 2023 solo consumieron el 4%.
Ante esto, algunas empresas, como TeraWulf y Amazon, ya están usando energía nuclear para alimentar sus centros de datos. El CEO de OpenAI, Sam Altman, defendió el uso de esta energía, asegurando que es más amigable con el medio ambiente y además puede saciar la demanda de los centros de datos.
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