Cuando Estados Unidos vivió la peor erupción volcánica, un científico pensó en algo: lanzar tuzas desde un helicóptero

Tuzas Helicoptero
Sin comentarios Facebook Twitter Flipboard E-mail

El 27 de marzo de 1980 ocurrió una de las erupciones volcánicas más devastadoras de la historia de Estados Unidos: la del Monte Santa Helena. Aquel trágico día, 57 personas murieron y hubo un daño ecológico que tardaría mucho tiempo en recuperarse. Cientos de kilómetros de suelos quedaron estériles y muchas especies animales y vegetales quedaron seriamente afectadas.

Tres años después, el paisaje no dio señales de mejora, salvo algunas plantas que lograron sobrevivir en el terreno cubierto por la lava. Ante este panorama, científicos de la Universidad de Utah tuvieron una idea: acercarse a la zona en helicóptero y arrojar tuzas para ayudar a regenerar la tierra. Los resultados de este experimento son palpables 40 años después.

Tuzas al rescate

Como cuenta un artículo de la Universidad de California, el experimento solo duró 24 horas. Los científicos esperaban que las tuzas excavaran en las zonas donde la plantas y hongos fueron destruidos por la lava. Esto haría que microorganismos enterrados bajo la piedra pómez volvieran a la superficie y proporcionaran nutrientes a las plantas para que pudieran prosperar.

El experimento funcionó, tanto que seis años después había 40,000 plantas en las áreas donde los topos habían excavado. Por otra parte, la tierra que no fue tocada por las tuzas permaneció prácticamente estéril. Michael Allen, uno de los científicos responsables, explicó el papel de los hongos en este proceso:

"Es imposible que las raíces de la mayoría de las plantas sean lo suficientemente eficientes como para obtener por sí solas todos los nutrientes y el agua que necesitan" dijo. Los hongos entonces ayudan a llevar los nutrientes proporcionados por os microorganismos a las plantas. "A cambio, obtienen el carbono que necesita para su propio crecimiento".

Experimento Tuzas Las fotos muestran cómo las tuzas ayudaron a regenerar la tierra; en la foto E se aprecian los resultados. Imagen | Frontiers

La recuperación, 40 años después

Los científicos temían que los árboles del lugar, que fueron cubiertos por las cenizas, no pudieran realizar la fotosíntesis. Sin embargo, sus hojas sirvieron de alimento a los hongos, que a su vez les proporcionaron nutrientes. "Los árboles volvieron casi de inmediato en algunos lugares. No todo murió, como algunos pensaban", cuenta Emma L. Aronson, microbióloga ambiental y coautora del estudio, publicado recientemente en la revista Frontiers.

De acuerdo con el artículo, el cambio en las comunidades de hongos y bacterias de la zona excavada perdura incluso 40 años después del experimento. "En la década de 1980, solo estábamos probando la reacción a corto plazo", dijo Allen. "¿Quién hubiera predicho que se podría arrojar una tuza al agua durante un día y ver un efecto residual 40 años después?".

No obstante, Aronson reconoce que "todavía no hay mucho de nada creciendo en ciertas áreas", especialmente en aquellas que fueron taladas por completo antes de la erupción del volcán. Para Mia Maltz, coautora del estudio, estos pone de manifiesto que aún queda mucho por aprender sobre el rescate de ecosistemas en peligro.

Imagen de portada (der.) | Servicio de Parques Nacionales de EE. UU.

Inicio
×

Utilizamos cookies de terceros para generar estadísticas de audiencia y mostrar publicidad personalizada analizando tu navegación. Si sigues navegando estarás aceptando su uso. Más información