Durante meses, muchos pensaron que el rugido del motor HEMI V8 era cosa del pasado. Stellantis había apostado todo por su línea de motores Hurricane, más eficientes y listos para la era electrificada. Pero parece que algo está por cambiar. El reporte más reciente de Mopar Insiders confirmó que la marca revivirá toda su familia de motores V8, incluidos los legendarios HEMI de 5.7, 6.4 y hasta los sobrealimentados Hellcat de 6.2 litros. Pero esta vez, no sería en México. El regreso ocurriría desde Michigan, en la planta de Dundee.
El reinicio de producción estáría previsto para agosto de este año. La decisión no sería técnica, más bien política. Con la salida de Carlos Tavares del grupo y la presión comercial desde Estados Unidos, Stellantis estaría considerando mover sus motores V8 de Saltillo a territorio norteamericano. Y no sería por gusto. La administración de Donald Trump amenaza con imponer aranceles de hasta el 25% a los vehículos fabricados en México. Eso podría aumentar los costos hasta en 12,200 dólares por unidad, aproximadamente 245,030 pesos. Si un muscle car ya es caro, imagina con ese sobreprecio.
La medida de Trump puso a temblar a las automotrices. Ford, GM y Stellantis se reunieron con el presidente para pedir tiempo. Lograron una prórroga de un mes, pero no una solución definitiva. Mientras tanto, Stellantis busca adelantarse. Si mueve su producción a Estados Unidos no solo evitaría los aranceles, también le permitiría vender sus motores V8 y vehículos sin el riesgo de tener que justificar cada dólar extra en el precio final. Aunque eso signifique dejar atrás una planta como la de Saltillo, que ha fabricado miles de HEMI durante décadas.
El supuesto regreso del HEMI no solo sería una movida de nostalgia, también una señal de resistencia. En un momento donde todo gira en torno a lo eléctrico, parece que Stellantis quiere mantener viva la emoción del V8. Según fuentes de Mopar Insiders, los motores volverían con la arquitectura Gen III, pero podrían incluir mejoras para adaptarse a nuevas normativas. Incluso se rumorea que llegará una versión de mayor cilindrada. Nada está confirmado, pero el mensaje es claro: aún hay gasolina en el tanque.
Para muchos, la desaparición del HEMI era inevitable. No encajaba con las nuevas plataformas eléctricas, como la de la nueva RAM 1500. Incluso, una vez que los motores estén de vuelta no se podrán adaptar con facilidad a la línea de productos ya que no fueron diseñados para trabajar en conjunto con arquitecturas eléctricas. El propio Tim Kuniskis, CEO de RAM, lo dijo a Motor 1: “No se puede implementar de inmediato”.
Motor HEMI 6.2 litros supercargado.
El futuro de Stellantis en la nueva industria automotriz
Hace algunos meses Stellantis anunció que desarrolla un motor híbrido conocido como Bio-Hybrid. Esta tecnología busca fusionar eficiencia térmica y electrificación con la intención de ofrecer una alternativa más accesible y sostenible. El proyecto, alineado con la estrategia Dare Forward 2030, busca reducir las emisiones de CO2 en 50% para 2030 y alcanzar la descarbonización total para 2038. La clave es desarrollar propulsores que usen etanol y electricidad.
Pero si algo enseña esta historia es que las decisiones de la industria automotriz no siempre se toman en los laboratorios. A veces, se definen en oficinas de gobierno, con amenazas arancelarias y negociaciones a puerta cerrada. Y mientras la electrificación sigue su curso, el HEMI resiste. Tal parece que cambiará de país, pero no de carácter. Volverá con más fuerza y lo hará justo cuando muchos lo daban por muerto.
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