Desde hace muchas semanas se ha estado hablando del iPhone X, conocemos su diseño, sus especificaciones y hasta su precio, pero por fin hemos tenido oportunidad de probarlo por unas cuantas horas.
Hemos pasado poco más de 12 horas con el iPhone X, así que sin más aquí nuestros comentarios de este primer contacto con el teléfono que celebra los 10 años del iPhone.
Unboxing y primeras impresiones en video
Hemos preparado un video especial en el que les mostramos cuál ha sido nuestra experiencia en este primer contacto con el iPhone 10:
Es un iPhone pero no parece un iPhone
El cambio más notable a primera vista es el diseño. No cabe duda que estamos ante la mayor evolución del iPhone desde hace una década. En mano lo primero que notamos es ese tamaño “compacto” que viene por la eliminación varios elementos del frontal.
Los marcos han reducido sus dimensiones y por ello el teléfono es mucho más manejable, tanto como el iPhone 8. Lo más interesante viene cuando sabemos que su pantalla es más grande que la del iPhone 8 Plus.
Pero además de los marcos hay otro elemento que se elimina del frontal: el botón de inicio. Sí, el icónico elemento pasa a mejor vida con este nuevo modelo, si bien esto beneficia a tener un mejor aprovechamiento del frontal, también hace que cambie nuestra forma de interactuar con el teléfono.
Para desbloquearlo tendremos que hacer el mismo gesto que en otros iPhone: swipe para la parte superior; si estamos en una app y queremos volver al escritorio ocupamos el mismo gesto; si queremos abrir la multitarea igual deslizamos para la parte superior pero mantenemos el dedo en el centro del escritorio; si queremos cambiar entre apps basta hacer un swipe para los laterales.
Para guiarnos, en la parte inferior de la pantalla tenemos una barra que es más un indicador de la zona donde debemos iniciar los gestos.
Claro, es diferente respecto a todos los iPhone anteriores, pero los gestos siguen siendo acciones bastante intuitivas a las que, sin tener el botón de inicio, nos acostumbramos sin problemas.
Ahora la cara nos identifica
Pero al eliminar el botón de inicio también perdemos el sensor de huellas, Touch ID. El feature que lo viene a suplantar lleva por nombre Face ID, y no es más que un sistema de reconocimiento facial, aunque diferente a como lo hemos visto en otros smartphones.
FaceID hace uso de un montón de sensores, cámaras y proyectores para crear un mapa 3D de nuestro rostro y que éste sea el que se identifique. No negaré que tenía dudas tanto de su precisión como de su rapidez, pero éstas han sido resueltas.
El reconocimiento facial es rápido y eficaz. Tan solo bastará con mirar el teléfono, y un candado en la parte superior se “abrirá” para indicar que el teléfono está desbloqueado, después bastará hacer un swipe y estaremos en la pantalla de inicio.
Su uso es bastante natural, ya que no es necesario poner el teléfono ni a cierta distancia ni a cierta altura respecto nuestro rostro. Como he dicho, basta mirar al teléfono y éste estará listo para usarse. Incluso no es necesario esperar a que el candado indique el desbloqueo, en el proceso de hacer el swipe Face ID identifica nuestro rostro.
Por si se lo preguntan, también hemos probado el reconocimiento facial en plena obscuridad, sin ninguna otra luz más que la de la pantalla (en un nivel de brillo mínimo), y funciona igual de bien. Es casi mágico.
Seguro que habrá el caso de personas que solo quieren revisar las notificaciones, en este caso si la pantalla está encendida pero sin identificarnos solo se nos mostrará el icono de la app que notifica, pero sí Face ID nos reconoce entonces miraremos todos los detalles de las notificaciones.
Un panel OLED y el mismo rendimiento del iPhone 8 Plus
La pantalla también tiene una enorme diferencia, ya que ahora el panel elegido es de tipo OLED. Los paneles del iPhone 8 y 8 Plus ya tenían un rendimiento notable, pero aquí la mayor resolución y el uso de esta nueva tecnología eleva su calidad en todos los aspectos.
En este primer contacto he notado una mejor y ligera saturación en la representación de colores, no obstante, es más notable la profundidad de los negros, ya que el contraste es infinito.
En el interior alberga el mismo hardware del iPhone 8 Plus: un chip A11 Bionic. Nuestra impresión de su rendimiento es la misma que en sus hermanos, es fluido como cualquier iPhone, tanto con apps como con juegos.
Claro que esta enorme potencia también le permite tener un mejor sistema fotográfico. He tomado algunas fotografías, y su calidad es notablemente alta, lo esperado de un teléfono de gama alta.
Aquí algo más interesante es su modo retrato que hace uso de los dos sensores incluidos. También es importante mencionar que con la cámara frontal ahora también podemos tomar retratos con el fondo desenfocado (bokeh), aquí no hay dos cámaras pero se aprovechan los demás sensores de FaceID para detectar los planos.
También teníamos dudas de si las aplicaciones tendrían un aspecto diferente por esa nueva pantalla y la “muesca” de la parte superior (donde están los sensores). Y sí, los desarrolladores deben actualizar sus apps para aprovechar ese nuevo panel y la forma en la que muestran la interfaz, en apps no optimizadas veremos un marco negro en la parte superior e inferior.
Por cierto, ahora para llamar a las notificaciones, habrá que hacer un swipe desde la parte izquierda de la “muesca”, para llamar el ‘Control Center’ debemos hacer el mismo gesto, pero desde la parte derecha.
Toca probarlo a fondo
Hay varios apartados que nos faltan probar a fondo, como la autonomía y la cámara, pero nuestra impresión de este iPhone X es bastante positiva. Es la mayor evolución del teléfono que hace diez años cambio el mundo móvil.
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