En 2020 Fitbit no solo presentó la renovación de su bien conocido smartwatch sino que también introdujo otro modelo con aún más características enfocadas a los más preocupados por su salud. Los Fitbit Sense y Versa 3 llegaron a México como modelos similares, con pocas, pero muy puntuales diferencias, siempre enfocadas al deporte y la salud.
Después de haber probado ambos modelos por prolongado tiempo, aquí está nuestro análisis a fondo de los Fitbit Sense y Versa 3, la convergencia de la mejor tecnología y el mejor diseño de Fitbit.
Fitbit Sense y Fitbit Versa 3, características técnicas
Antes de entrar de lleno a la experiencia de uso con los Fitbit Sense y Versa 3, es importante hablar de las características técnicas para entender en dónde están las diferencias entre ambos smartwatches:
Fitbit Sense | Fitbit Versa 3 | |
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Dimensiones y peso | 40.48 x 40.48 mm x 12.35 milímetros | 40.48 x 40.48 mm x 12.35 milímetros |
Pantalla | AMOLED de 1.58 pulgadas | AMOLED de 1.58 pulgadas |
Sensores |
Sensores eléctricos con múltiples funciones para escáner EDA y ECG | Sensor óptico de ritmo cardíaco |
Batería | Más de 6 días de autonomía, según Fitbit | Más de 6 días de autonomía, según Fitbit |
Conectividad y compatibilidad | Wifi (802.11b/g/n 2,4 GHz) | Wifi (802.11b/g/n 2,4 GHz) |
Resistencia al agua | Si, hasta 50 metros | Sí, hasta 50 metros |
Precio | 9,499 pesos | 6,499 pesos |
La gran diferencia entre los Sense y Versa 3 son los sensores para el escáner EDA y ECG, y el sensor de temperatura corporal, presentes solo en el modelo mayor. Todos los demás aspectos se mantienen prácticamente idénticos entre ambos smartwatches, empezando por el diseño.
Hermanos gemelos, con gran pantalla AMOLED
Lo dicho, los Fitbit Sense y Versa 3 son hermanos gemelos que tienen las mismas dimensiones, peso y diseño general, con incluso la misma pantalla. Son prácticamente inidentificables a simple vista.
Solo si miramos más de cerca en la parte posterior, es cuando se descubren marcas que dejan en evidencia la capacidad del Sense de medir la temperatura corporal, porque incluso la distribución de sensores posteriores es la misma. Sin manipular el software de los dispositivos, solo así se puede identificar uno de otro físicamente.
Entrando en más detalles del diseño, sigue la estela de la generación pasada, pero mejora el tamaño y la calidad del panel AMOLED, alcanzando 1.58 pulgadas y 336 x 336 pixeles. En el uso diario, el crecimiento y mejora de la resolución se notan -y agradecen- notablemente, con más espacio para visualización de información y mejora interacción, cuando se requiere.
El panel es brillante y y muestra colores vivos, lo cual ayuda a darle más atractivo estético a ambos Sense y Versa 3 al usar las carátulas para darles personalidad. En términos sencillos, las pantallas del Sense y Versa 3 son perfectas, con brillo suficiente para la correcta visualización de información incluso con intensa luz natural y una gran representación de colores, digna del mejor panel AMOLED.
Otro aspecto del diseño importante de mencionar es el nuevo "botón" lateral. A diferencia de la generación pasada en la que es un botón físico, ahora en los Sense y Versa 3, Fitbit decidió apostar por una zona sensible a la presión que funciona como botón, en el lateral izquierdo de sus smartwatches. Esta zona está marca con una pequeña muesca y al hacer presión, el motor de vibración da retroalimentación para hacer notar que se ha accionado.
En el uso diario este botón táctil es bueno... siempre y cuando el usuario se acostumbre a el. Es cuestión de acostumbrarse a la posición y a la fuerza necesaria para su activación, y una vez que se logre esto, funciona correctamente para la navegación y lanzamiento de aplicaciones, sus funciones principales. Es un gran cambio desde el botón físico de la generación pasada, sí, pero ayuda a darle a los Sense y Versa 3 algo más de simetría en su diseño, y en lo general funciona bien.
Finalmente, vale la pena mencionar el nuevo sistema de correas. Los Fitbit Sense y Versa 3 se despiden de los tradicionales seguros que se encajan en agujeros en su cuerpo, y en cambio adoptan un sistema de sujeción que es mucho más cómodo y sencillo de usar, pero elimina por completo la retrocompatibilidad de correas de generaciones anteriores.
El diseño general de los Fitbit Sense y Versa 3 sigue la estela de generaciones anteriores, poniendo a punto los apartados en donde la mejora es posible y manteniendo los otros que ya eran buenos. El resultado es smartwatches de tamaño correcto, ligeros y cómodos de llevar en el día a día. Incluso durante los entrenamientos más intensos los smartwatches se mantienen en su lugar, con ayuda de sus correas que sin ser nada especial, cumplen perfectamente su trabajo.
La pièce de résistance es, sin duda alguna, la hermosa pantalla que le da más vistosidad a los Fitbit Sense y Versa 3, tanto por funcionalidad como por estética, haciendo de los smartwatches, más que un accesorio -de salud-, un componente más de la imagen de los usuarios. Sin lugar a dudas el mejor diseño de Fitbit a la fecha.
Más inteligentes, "más productivos"
Fitbit puso gran énfasis en el diseño de sus smartwatches, pero también en el desempeño, haciendo a los Sense y Versa 3 más inteligentes y más productivos. Las funciones que ya vimos en generaciones anteriores, como responder algunos mensajes con "respuestas rápidas" precargadas, ahora mejoran con posibilidades como el dictado de texto para respuesta más completas y personales.
Las importantes mejoras en el desempeño de los Fitbit Sense y Versa 3 comienzan con la nueva interfaz, ahora con acceso a un panel de configuraciones rápidas y widgets, módulos de información de importancia, configurables a completo gusto del usuario. La parte negativa es que todos los widgets disponibles son de Fitbit y no hay posibilidad de colocar de apps de terceros, por ejemplo Spotify, haciendo la variedad en verdad muy pobre. El panel de configuraciones rápidas, por otro lado, es un gran acierto pues permite controlar aspectos clave como el brillo, el volumen, el modo always-on y hasta el gesto de mover la muñeca para despertar, con unos pocos toques.
Por lo demás, también tenemos acceso al clásico menú de aplicaciones, con algunas precargadas y otras accesibles desde la tienda de Fitbit, y a un apartado en donde podemos ver las notificaciones que recibimos de apps de nuestro smartphone. Ya que tocamos el tema de las notificaciones, podemos configurar desde la app de Fitbit para Android aquellas que queremos recibir en los Sense y Versa 3, y la principal mejora es, como ya mencionamos, la mejora en la posibilidad de responder aquellas que lo permiten, por ejemplo las WhatsApp y otras apps de mensajería.
Al abrir recibir una notificación simplemente debemos tocar sobre ella y veremos la opción de responder con la voz, con respuestas rápidas o con un emoji. Las dos últimas funcionan bien y no son realmente nuevas, ya las hemos visto en generaciones anteriores, pero la primera es una novedad que seguramente muchos agradecerán por su comodidad.
Solo debemos tocar sobre el icono de micrófono para comenzar a hablar y, gracias a sus micrófonos integrados, detectarán nuestras palabras. Según mis pruebas, los Fitbit Sense y Versa 3 mostraron una muy alta precisión en la detección de mi voz y palabras. Eso sí, siempre y cuando la situación alrededor sea la idónea, pues en ambientes con mucho ruido la precisión decae notablemente.
La misma situación aplica con la posibilidad de tomar llamadas desde los Fitbit Sense y Versa 3, función que llegó en una reciente actualización. Las llamadas desde la muñeca funcionan bien, pero el volumen que emana de los smartwatches es mínimo y en la mayoría de situaciones no será el ideal. Además, es importante notar que debemos hablar al smartwatch de cerca, por lo cual al estar en la cale, por ejemplo, quizás no sea lo ideal responder de esta manera.
Personalmente no soy de aquellas personas que responde notificaciones/mensajes desde el smartwatch, y menos toma llamadas de esta manera, pero es importante mencionar el buen funcionamiento de estas funciones en los Fitbit Sense y Versa 3 -- siempre y cuando la situación sea la ideal, y además se tenga un smartphone Android pues las respuestas con voz y tomar llamadas desde la muñeca no están disponibles en iOS.
Para finalizar el apartado del desempeño, es importante mencionar que si bien la navegación es fluida, en algunas ocasiones el lanzamiento de apps tarda más de lo que se puede considerar como ideal. No son más de un par de segundos, pero se nota el trabajo del procesador.
Luego está la autonomía. Los Fitbit Sense y Versa 3 llegan sin problemas a seis días de uso, con posibilidad de "estirarse" a siete días. De esta manera se cumple al pie de la letra la promesa de Fitbit en cuando a la autonomía, pero es importante tener en cuenta los matices.
Mi tipo de uso con los Fitbit Sense y Versa 3 ha sido el mismo en ambos casos: conexión Bluetooth casi permanente con el smartphone, notificaciones activadas solo para Slack y Twitter, y entrenamientos aproximadamente 5 veces a la semana. En resumen, un uso más bien moderado, de manera que si un usuario hace uso más intensivo, se puede esperar un impacto directo en la autonomía, por ejemplo si activa las notificaciones para más apps y se hace más uso del motor de vibración.
Hablando de la carga, es muy importante mencionar la inclusión de, por fin, un nuevo sistema magnético que hace mucho más cómoda la carga de los smartwatches. Esta se logra completamente en aproximadamente una hora desde un 5%. Para aquellos casos en los que necesitamos un extra de batería, Fitbit presume de carga rápida que, en mis pruebas, con 5 minutos de conexión puede dar hasta 2 horas de autonomía. En varias ocasiones me sucedió que olvidé cargar el Sense o el Versa 3 y necesitaba batería para salir o entrenar, así que sencillamente lo puse a cargar unos minutos y problema solucionado.
Los Sense y Versa 3 tienen una autonomía destacada, con una decente marca de una semana de uso con una sola carga. Sí, está lejos de los grandes logros de Huawei y Honor, pero aún muy por encima de Apple por ejemplo, lo que les permite competir cómodamente en el segmento de smartwatches.
Los reyes del monitoreo de actividad física, pero con grandes limitantes
Finalmente, llegamos al apartado crítico de nuestro análisis: el monitoreo de actividad física. Aquí es poco lo que hay que decir, pero es contundente: los Fitbit Sense y Versa 3 son los reyes del monitoreo de actividad física. Toman todo el gran trabajo logrado con el Charge 4 y lo llevan un paso más allá con la integración, en el caso del Fitbit Sense, de sensores de temperatura de piel y para electrocardiograma, y una gran pantalla en un diseño enfocado tanto al deporte como al estilo.
Sin embargo, este mismo aspecto en el nuevo hardware especialmente enfocado a la salud es el principal aspecto negativo que puedo mencionar, al menos en el Fitbit Sense. Pero, primero hablemos de todo lo positivo y luego regresamos a los puntos negativos.
Partiendo desde la experiencia con el Charge 4, los Fitbit Sense y Verse 3 muestran el mejor seguimiento deportivo del mercado, haciendo gala de los Minutos en Zona Activa, la métrica que cuenta automáticamente los minutos de actividad física intensa con base en nuestro ritmo cardíaco. Además, este mismo seguimiento avisa con vibraciones durante los entrenamientos cuando pasamos de una zona a otra, para saber que debemos relajarnos o apretar más en el ejercicio.
Durante las sesiones de entrenamiento podemos ver el estatus de calorías, distancia, ritmo cardíaco y toda la información de relevancia, pero lamentablemente no hay una multitarea bien lograda, ya que por ejemplo no podemos hacer uso de los controles de Spotify mientras estamos en una sesión de entrenamiento. Lo mismo sucede con las notificaciones, que podemos ver, pero no contestar.
Al término de cada sesión de entrenamiento, podemos ver un resumen bastante completo de la información importante directamente en los Sense y Versa 3, pero para un despliegue de toda la información debemos recurrir a la aplicación. La app sigue siendo la manera óptima de ver toda la información recabada por los smartwatches, junto con gráficas y comparativas con entrenamientos previos.
Hablando específicamente del Sense y su capacidad de medir la actividad electrodérmica, es una función curiosa y que llegará a ser útil para los más preocupados no solo en el seguimiento de su actividad física sino también en cómo su cuerpo responde a factores como el estrés; y se ayudarán de los ejercicios de respiración y relajación para mantener bajo control este aspecto. Sin embargo, no creo que sea una característica fundamental que verdaderamente haga la diferencia, al menos no para la gran mayoría de usuarios.
Por otro lado, está el electrocardiograma. El Fitbit Sense integra la tecnología necesaria para realizar un ECG con tan solo presionar dos de sus en sus esquinas con los dedos. Esta función está disponible en Estados Unidos y la Unión Europea, pero no en México debido a que no cuenta con la aprobación necesaria de Cofepris, la autoridad sanitaria pertinente en nuestro país. Esto limita en gran medida de una de las principales características técnicas del Sense.
Si lo queremos ver de cierta forma, el Fitbit Versa 3 es una versión lite del Sense, ya que no cuenta con sensor EDA ni función de ECG, centrándose específicamente en el aspecto deportivo. Sin embargo, aún así tenemos una limitante importante en sus funciones. El Versa 3 --y también el Fitbit Sense-- tienen función de medición de oxígeno en la sangre (SpO2), y a pesar de que lo hacen a su muy particular forma (con una watchface específica y solo durante la noche), dicha carátula no está disponible en México.
No hay razón aparente por la cual esta watchface no esté disponible en México, ya que no se necesita un permiso especial de Cofepris, pero sea cual sea la razón, limita una de las funciones enfocadas a la salud más importantes de los nuevos smartwatches de Fitbit.
Fitbit Sense y Versa 3: los mejores, pero no perfectos
Con su gran diseño, pantalla, autonomía y desempeño, los Fitbit Sense y Versa 3 son los mejores smartwatches enfocados a la salud del mercado, y sin embargo no son perfectos. La falta del ECG en el Sense lo convierte en casi una inversión innecesaria frente a su hermano el Versa 3, dispositivo que por el contrario se perfila como la opción por defecto para todo aquel usuario interesado en el exacto seguimiento de actividad actividad física, sin descuidar el apartado estético.
No obstante, para el más preocupado por el manejo del estrés, con todo y ejercicios de relajación incluidos, el Sense es una opción como ninguna otra en el mercado. Pensando a futuro, en un escenario en el que Cofepris otorgue el permiso necesario para la activación del ECG, el Fitbit Sense se convertirá en el smartwatch más completo de México. Y si bien no será el único, ya que los Apple Watch también tendrán activarán su ECG, el Sense se posicionará como una opción más económica.
Pasando por alto estos pequeños, pero importantes detalles, los Sense y Versa 3 son los mejores smartwatches que Fitbit ha desarrollado nunca.