El universo de Fallout esconde muchos hechos siniestros y misteriosos, pero nada como lo que Vault-Tec hizo dentro de cada vault o refugio donde parte de la sociedad se acomodó tras la catástrofe nuclear. Entre todos los vaults, uno se alza a la cabeza como el más tenebroso de todos: el Vault 11.
Y es que los experimentos psicológicos, biológicos y sociales, como los que pudimos apreciar en la exitosa serie de Fallout en Amazon Prime Video, palidecen comparados con la manipulación que se implementó en el undécimo refugio. Aquí te contamos el destino de este vault.
Este refugio, que se presentó en Fallout: New Vegas, título creado por Obsidian Entertainment, marcó el regreso de esta desarrolladora a la franquicia. Obsidian es conocida por hilar historias complejas, con planteamientos interesantes y giros inesperados. Esta entrega no fue la excepción, y el experimento del que hablaremos lo demuestra.
La historia del Vault 11 comienza con la excusa de "mantener la paz". El undécimo refugio fue diseñado con la intención de implementar un experimento social en el que, cada año que pasara dentro del lugar, se tendría que escoger a un habitante para ser sacrificado o la computadora encargada de monitorear al vault se encargaría de destruir todo.
Dentro del vault se creó un sistema de elecciones para elegir al sacrificio que se presentaría anualmente a la computadora central. Sin embargo, los residentes no sabían que todo era una farsa. En realidad, no existía ningún método de autodestrucción del refugio, y si no rendían el tributo anual, no habría ninguna repercusión sobre los habitantes.
Pero esto no se supo de inmediato. Pasaron muchos años antes de que los habitantes del Vault 11 se rebelaran contra la imposición de sacrificar a uno de los suyos. Dentro del refugio inicialmente se mantuvo la tradición de seleccionar al administrador como el candidato a muerte. Era tanto una sentencia de muerte como la posición "más poderosa" por un año.
Con el tiempo, se crearon diferentes bloques políticos que fueron transformando y utilizando la ofrenda de muerte como moneda de cambio social. Esto derivó en corrupción, engaño y opresión, sobre todo por el Bloque de Justicia, que fue el más poderoso del refugio en sus últimos años. El fin de los sacrificios, y del Vault 11, comenzó con el abuso de una de las residentes, llamada Katherine Stone, quien se vio obligada a cumplir con las imposiciones del líder del Bloque para evitar que nominaran a su esposo como el sacrificio.
El gran sacrificio
Tras una intensa lucha política y social, encabezada por Katherine, el Vault 11 se sumergió en una guerra civil que provocó una masacre en la cual casi todos los habitantes del refugio murieron. Los últimos cinco residentes del lugar llegaron hasta la computadora central tras el exterminio.
Estaban dispuestos a plantar cara a la máquina, anunciando que no sacrificarían a nadie más. Para su sorpresa y desesperanza, vieron cómo la computadora anunciaba que habían tomado la decisión correcta: no sacrificar a nadie era el fin del juego para el experimento que diseñó Vault-Tec para el undécimo refugio.
Destruidos física y anímicamente, los últimos cinco habitantes se dirigieron a la puerta del vault. Ahí, discutieron un rato, con la mayoría de ellos optando por el suicidio. Cuatro esqueletos se pueden encontrar en la salida del Vault 11, siendo el remanente de los habitantes de un lugar que vendó los ojos de una sociedad entera, jugando con su psicología y política.
Del quinto último habitante no se supo jamás nada, pero la teoría es que rechazó el suicidio y decidió salir al Yermo, donde, si bien encontraría un mundo inhóspito, al menos sería uno que podría ver con claridad.
