Dentro de las cuatro islas principales de Japón, un fenómeno silencioso ha ganado terreno con el paso del tiempo: nueve millones de casas permanecen vacías, sin nadie que las habite. Conocidas como akiya, estas viviendas desocupadas forman parte de la actualidad demográfica del país nipón.
Contrastando con la amalgama de tradición y modernidad de Japón, los cambios culturales y económicos han provocado la generación de millones de casas vacías. Se trata de una historia que vale la pena contarse y que ha dejado tantas casas deshabitadas como personas en Ciudad de México.
Primero que nada, ¿qué significa akiya? Su traducción es bastante sencilla. La palabra akiya (空き家) se compone de los kanji "aki" (空き), que significan "vacío" y "ya" (家), que significa "hogar". Son los hogares vacíos del Japón moderno.
De acuerdo con un informe de The Asahi Shimbun, casi el 14% de las casas de Japón se encuentran vacías. Es una cifra enorme para cualquier porcentaje total, generando ruido dentro de un problema que aparentemente era silencioso. En los últimos 30 años, el número de casas desocupadas se ha duplicado desde la última métrica publicada en 2018.
La situación ha escalado a tal grado que hay bancos destinados a la gestión y venta de akiya, pero el problema no hace más que crecer. De acuerdo con información del Instituto de Nomura, consultora de TI, estrategia e investigación económica de Japón, se estima que habría hasta 11 millones de casas deshabitadas dentro del país. Estamos hablando de cantidades semejantes a la población actual de Cuba, Haití, Bélgica o Túnez.
Que el gobierno de Japón esté preocupado por el asunto no es poca cosa, pues la tendencia que marcan los akiya es creciente. Solo desde 2018, se ha generado poco más de 510,000 hogares vacíos. Esto refleja un aumento de más de medio millón en solo cinco años. Esta situación viene reflejándose desde inicios de la década de los 70s.
De acuerdo con información del Ministerio del Interior Japonés, más de la mitad de las akiya, algo así como 4.76 millones de casas, están en venta. Además, un aproximado de 380,000 fungen como casas vacacionales o de uso intermitente. Sin embargo, el resto queda en un limbo entre el abandono total y directamente estar por derrumbarse en cualquier momento.
Los motivos detrás de las akiya
Hay todo un "caldo de cultivo" que provoca el problema de las akiya. Para comenzar, está la situación demográfica de Japón. Es bien conocido que, tanto en Japón como en Corea del Sur, la población está envejeciendo y dejando de tener hijos. Se estima que para finales del presente siglo, los números bajen de 128 millones de personas en Japón (hasta 2017) a solo 53 millones. Se trata de un decremento de casi el 60% de la población japonesa actual.
Pese a todo, el envejecimiento y reducción poblacional no es la única causa para un fenómeno tan complejo como el de las akiya. Los costos de reparaciones y mantenimiento del hogar no son baratos en Japón. Según datos de The Guardian, es muy común que quienes heredan casas no las mantengan, tanto por la antigüedad de las mismas como por el gasto que significan.
Asimismo, la Ley de Normas de Construcción no sufrió cambios hasta los años 80. ¿Cuál es la importancia de esto? Pues que una gran parte de las akiya fueron construidas antes de esa modificación, por lo que muchas personas dentro del país son un tanto cautelosas ante la posibilidad de comprar una vivienda en la que no confían del todo estructuralmente hablando.
De igual modo, hay una clara tendencia japonesa a migrar de las zonas rurales hacia las grandes urbes de la nación, principalmente Tokio. Según declaraciones de Seth Sulkin, promotor inmobiliario de Pacifica Capital KK:
"La población fuera de Tokio cae con rapidez, especialmente en áreas como Tohoku y Hokkaido, y los ancianos simplemente abandonan sus casas. Además, es muy difícil reciclar estas propiedades por los sistemas de herencia y los títulos".
El turismo extranjero
Para poner la cereza sobre el pastel, se ha notado otro fenómeno provocado por la compra de casas para vacaciones en Japón. Muchos extranjeros compran viviendas con el fin de tener un "alojamiento de verano" o un edificio que puedan rentar en plataformas de renta y generar así un ingreso intermitente, las cuales en ocasiones terminan estando vacías gran parte del tiempo.
Esta situación se ve avivada por el gran entusiasmo vacacional que siempre ha rodeado al país nipón, pero que recientemente ha roto su propia marca, registrando hasta tres millones de turistas solo en marzo de este año.
Sea como fuere, en Japón hay una crisis de viviendas que no parece que parará pronto. Es bien conocido que el gobierno japonés tiene programas que invitan a extranjeros a habitar este tipo de hogares, pero aparentemente no ha surtido el efecto deseado. Al menos de momento, pues la tendencia a que cada año haya más akiya no parece haber disminuido ni un poco desde 2018.
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