El colapso del Puente Francis Scott Key (FSK) de Baltimore fue uno de los sucesos más impactantes dentro de Estados Unidos en lo que va del año, y su reparación no será rápida ni tampoco barata. Después de la tragedia, la hoja de ruta fue clara para la presidencia de Joe Biden y se espera que restaurar la estructura tarde alrededor de 10 años.
Este hecho contrasta con la realidad en China, donde han construido varios puentes de la misma longitud o mayor al del Francis Scott Key. Ambos países afrontan diferentes retos, pero es claro que en este sentido, el gigante asiático ha demostrado una impresionante capacidad constructiva.
Pero regresando a Baltimore, el Francis Scott Key es un puente que comenzó a construirse en 1972 y para 1977 ya estaba terminado. Se trata de una estructura moderna para su época, que seguía la norma estándar de su presente al diseñarlo como un puente de armadura de 2.6 kilómetros de longitud. Los puentes de armadura, también conocidos como puentes truss, se caracterizan por su estructura de acero con triángulos conectados entre sí para distribuir el peso de la carga que deba soportar el puente.
El FSK es uno de los puentes más populares de Estados Unidos, no solo por la estética que añade a la ciudad, sino por su importancia para el transporte de la zona, pues formaba parte de la carretera interestatal 695. Además, conectaba Baltimore County con Anne Arundel County, facilitando la movilidad entre condados y formaba parte de la vía comercial del Atlántico medio donde salía y entraba mercancía desde su puerto.
Tras el colapso del FSK, provocado por el impacto de un barco carguero contra la estructura, lo primero que realizó el gobierno fue buscar a los desaparecidos, pues al momento de la catástrofe había un grupo de ocho trabajadores realizando labores en la estructura. De ellos, solo se pudo rescatar a dos. Lo segundo por hacer fue limpiar los restos del navío y del mismo puente que quedaron en las profundidades del río Patapsco.
La reconstrucción es el tercer paso a seguir, pero ya se ha advertido que esto podría tardar hasta una década, dos veces más el tiempo que tardaron en construirlo. De acuerdo con Andy Winkler, director del proyecto de vivienda e infraestructura en el Centro de Política Bipartidista, el costo de la reparación se medirá en cientos de millones de dólares. Hay estimaciones que apuntan a los 400 millones de dólares (6,874 millones de pesos con el tipo de cambio actual).
El puente de Baltimore costó poco más de 316 millones de dólares (5,430 millones de pesos), haciendo los ajustes de inflación. Las cifras reflejan que la reconstrucción será más cara que la construcción. El planteamiento aún no está determinado por completo, pero se espera que se modernice la estructura y se separen un poco los pilares de soporte para brindar mayor espacio a los barcos que crucen debajo del FSK. Solo el tiempo nos enseñará cómo resulta todo.
Los puentes en China
Reconstruir el Francis Scott Key será una tarea lenta y costosa, pero en cuestión de elaboración de puentes, China es una verdadera potencia. El país presidido por Xi Jinping puede colgarse la medalla de tener el viaducto más largo del mundo: el Gran Puente de Danyang-Kunshan, una enorme estructura de 164 kilómetros de largo.
Del mismo modo, están el puente colgante Lvzhijiang de 800 metros y el Hong Kong-Zhuylai Macao de 55 kilómetros, el puente marítimo de mayor longitud en el mundo. Aunque entre todos sus proyectos, el más reciente será el puente Shenzhen-Zhongshan, de 24 kilómetros de longitud.
Las estimaciones indican que el Shenzhen-Zhongshan tiene un valor de 6,700 millones de dólares, siendo casi diez veces más grande que el FSK. En 2017 comenzaron a construirlo y se espera su inauguración para este 2024. Tardarían solo siete años en levantar una estructura mucho mayor a la del puente de Baltimore, demostrando una impresionante velocidad.
Esto no ha pasado desapercibido pues justo cuentan con el récord mundial: pavimentar en solo 24 horas más de 22,600 metros cuadrados, tres veces las dimensiones del Estadio Azteca.
Una de las principales diferencias entre los tiempos de construcción en China y en Estados Unidos tiene que ver con las valoraciones medioambientales. Mientras que en el país vecino se toman bastante en serio este tipo de estudios, en China la burocracia para construir obras faraónicas parece ser más laxa.
Puede que las diferencias entre Estados Unidos y China tengan que ver con su logística y facilidad de documentación permitida por el gobierno, pero lo seguro es que China está pronta a inaugurar un puente enorme, que se sumará a sus filas de estructuras gigantescas.
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