16 casos confirmados y otros más que en su momento fueron analizados como sospechosos para luego ser descartados, son los resultados del COVID-19 en México con corte a la noche del 12 de marzo. Secretaría de Salud sin embargo ha dicho que, de acuerdo a previsiones hechas al interior de la dependencia, la segunda fase del COVID-19 consistente en propagación comunitaria del virus, podría aplicar para finales del mes de marzo.
Hasta ahora todos los casos confirmados son vinculados a importación, de forma que México aún se encuentra en fase uno. La fase uno consiste en el establecimiento de protocolos para la rápida detección del virus, estándares para el aislamiento de individuos sospechosos o con contagio confirmado, y la difusión de mensajes de prevención de salud.
Una fase dos consistiría en el comienzo de cancelación de eventos multitudinarios, y el fortalecimiento de medidas de inspección en fronteras. Pero de momento, el cierre de fronteras no es siquiera una posibilidad. De acuerdo al subsecretario de prevención y promoción de la salud, Hugo López Gatell, se pronosticó en un inicio que la propagación comunitaria llegara 40 días después del primer caso, localizado el 27 de febrero.
Ahora, con base en las experiencias de otros países, el funcionario ha recortado el lapso a 30 días, de forma que la propagación comunitaria sería distinguible para los últimos días del mes de marzo.
Fase dos implicaría cientos de casos
En caso de que la segunda fase sea implementada, además de la suspensión de eventos, comenzaría a aplicarse filtros escolares y filtros sanitarios en lugares de trabajo. El modelo de detección de casos será el "centinela", y es el mismo que se aplica ya por influenza. Ahora sin embargo una vez localizado un caso con sintomatología respiratoria la primera prueba a aplicar sería la de COVID-19, no de la influenza, puesto que la temporada de influenza 2019-2020 está por concluir.
Hasta ahora para localizar el COVID-19 en pacientes es necesario que estos tengan antecedente de viaje. En la fase dos, al considerarse que ya hay propagación comunitaria, ya no será necesario el requisito de antecedente de viaje para hacer pruebas diagnósticas de COVID-19.
El modo centinela sin embargo no pretende encontrar todos los casos de COVID-19; la herramienta, dice el titular de la dirección de epidemiología, Jorge Alomía, es tener un muestreo del avance del virus y localizar las regiones de los brotes. Solo a través del modo centinela se podrá detectar si una escuela debe suspender clases, o un centro de trabajo cesar operaciones.
Al estar en vigor la fase uno de COVID-19, Secretaría de Salud de momento no está recomendando la cancelación de eventos. Por la mañana del 12 de marzo, el subsecretario de prevención y promoción de salud, Hugo López Gatell, habló incluso sobre el ejemplo del Vive Latino, del que dijo que por ahora no hay razones para su cancelación. Ya por la noche en la conferencia diaria de salud se dijo que en una fase dos podría recomendarse disminuir el aforo del lugar para mantener distancia segura entre los asistentes, y solo en caso de una fase tres podría recomendarse una suspensión.
Una fase tres en donde se manejen miles de casos incluiría la suspensión de actividades, incluyendo en escuelas con brotes activos. El cese de actividades aplicaría también para lugares de trabajo con brotes.
Una fase dos contemplaría, como en la fase uno, que el 80% de casos serían leves, 14% graves y solo 6% muy graves, con intervención hospitalaria necesaria.
Los filtros escolares
Incluso en el escenario de una fase dos, las escuelas solo cerrarían si se presenta un brote en ellas. Si se llegara a detectar un caso en un salón, no implica de inmediato el cierre de la escuela. Si un segundo caso de COVID-19 se detecta al interior del mismo salón en un lapso de siete días, entonces el salón suspendería clases; solo hasta que haya otro caso en otro salón en el mismo plazo se consideraría un brote y por tanto habría suspensión de clases.
Parte del éxito del modelo dependería de los filtros escolares, explicó el director de promoción de la salud, Ricardo Cortés Alcalá. El filtro escolar básico corresponde a la primera etapa y consiste en desinfectar instalaciones diariamente, colocar gel antibacterial al alcance de todo el personal, e interrogatorio básico a niñas y niños.
En fase dos aplicaría un filtro escolar estricto en escuelas con brotes, en donde escuelas recibirían apoyo de jurisdicciones sanitarias con todo y personal capacitado para hacer revisiones de niños.
En caso de encontrar posibles afectaciones respiratorias niñas y niños serían enviados a casa, y solo en casos muy graves habría canalización a centros de salud.
Un escenario tres implicaría la recomendación de cierre de todas las escuelas de todos los niveles en las ciudades más afectadas.
Ver 1 comentarios