Los mismos laboratorios que recientemente crearon una rara especie de ratón lanudo en su intento por revivir al mamut, ahora traen de regreso de la extensión a un nuevo animal. Hace unos 13,000 años, el lobo terrible desapareció de la faz de la Tierra. Esta bestia prehistórica vuelve hoy a la vida gracias a Colossal Biosciences, una empresa con sede en Dallas, que ahora logró un hito sin precedentes, el nacimiento de tres cachorros con rasgos genéticos del lobo terrible al utilizar una combinación de clonación y edición genética.
Según informan los laboratorios, los cachorros, dos machos llamados Rómulo y Remo, y una hembra de nombre Khaleesi, nacieron mediante cesárea programada, como parte de un proceso complejo en el que participaron tanto ADN fósil como tecnología de vanguardia.
Clonación con edición genética
Colossal Biosciences no solo replicó un animal existente. El proceso superó y por mucho la simple clonación como la que dio lugar a la famosa oveja Dolly en 1996. De acuerdo a Time, el equipo extrajo ADN de un diente de 13,000 años hallado en Ohio y un cráneo de 72,000 años de Idaho. Luego, identificaron 20 mutaciones clave en 14 genes al compararlos con el lobo gris, su pariente más cercano.
El siguiente paso fue editar esos genes en células vivas de lobos grises. Pero no cualquier célula, usaron células progenitoras endoteliales tomadas de la sangre, una técnica menos invasiva y modificaron su ADN para replicar las características del lobo terrible: tamaño mayor, pelaje claro, cráneo más ancho y vocalizaciones únicas.
Un híbrido funcional: ¿lobo terrible o primo moderno?
Aunque el resultado no es un clon exacto del lobo terrible, sí es lo más cercano que la ciencia ha logrado hasta ahora. De acuerdo a The New York Times, los científicos prefieren llamarlo una “copia funcional”. Los cachorros muestran un pelaje claro y denso, mayor musculatura y dimensiones corporales ampliadas, lo cual los acerca al perfil del lobo huargo original.

Beth Shapiro, directora científica de Colossal y una de las principales impulsoras del proyecto, lo resume así: “Estamos creando copias funcionales de algo que solía estar vivo”. Ella misma formó parte del equipo que, en 2021, recuperó por primera vez el ADN de lobo terrible a partir de fósiles.
Rómulo, Remo y Khaleesi viven actualmente en una instalación privada de 2,000 acres en una ubicación no revelada en el norte de Estados Unidos. Permanecerán en cautiverio, al menos por ahora. Sin embargo, Colossal ya colabora con tribus nativas como la MHA Nation para una posible reinserción en tierras protegidas.
Cuidado extremo: entre la ciencia y la seguridad
Cabe mencionar que traer de vuelta a una criatura del Pleistoceno no es un logro sin consecuencias. De acuerdo al manual de Colossal, estos lobos no son mascotas ni animales domesticables. Su comportamiento es mucho más intenso que el de sus parientes modernos y su manejo requiere entrenamiento especializado, instalaciones reforzadas y un enfoque ético riguroso.
El manual especifica que los recintos deben tener doble cerco, barreras físicas sólidas y un entorno enriquecido que estimule la conducta natural del animal. Además, el equipo encargado debe respetar sus complejas jerarquías sociales y su potente instinto predador. El objetivo no es convertirlos en animales dóciles, sino facilitar su convivencia con humanos de forma controlada y mantener su esencia salvaje.

¿Solo nostalgia? El plan de Colossal va mucho más allá
Aunque la resurrección del lobo terrible ha capturado la atención de los medios y las redes sociales, el objetivo de Colossal no es solo recrear animales extintos por romanticismo. La empresa, valorada en más de 10 mil millones de dólares, también busca aplicar sus avances a la conservación de especies actuales en peligro crítico.
Según Time, Colossal trabaja en proyectos similares con el mamut lanudo (que planea revivir para 2028), el dodo, e incluso con la paloma rosada de la isla Mauricio, cuya población sufre de un grave cuello de botella genético. Mediante edición de células germinales, planean aumentar la diversidad genética de especies amenazadas y devolverlas al medio silvestre con mayor viabilidad reproductiva.
En el caso del lobo rojo, cuya población está confinada a Carolina del Norte, The New York Times señala que Colossal ya ha producido clones híbridos con coyotes. La introducción de estos animales podría reforzar la genética de los lobos rojos y evitar su desaparición definitiva.
Una especie que también pisó suelo mexicano
Muchos no saben es que el lobo terrible fue una especie que habitó lo que hoy es México. Según Biodiversidad Mexicana, este depredador dominó América durante más de 300,000 años, y compartió territorio con el lobo gris moderno por al menos 90 milenios.

Se trataba de un cazador de grandes presas del Pleistoceno y solía habitar pastizales de altura, matorrales e incluso bosques tropicales. Su complexión más pesada, patas cortas y mandíbula poderosa han llevado a pensar que pudo tener hábitos carroñeros similares a las hienas africanas.
Ratones lanudos y los otros experimentos de resurrección
La desextinción no es un fenómeno aislado. Según reportamos anteriormente en Xataka México, la misma empresa que revivió al lobo terrible también creó un “ratón lanudo” como parte de sus experimentos para traer de vuelta al mamut. Este roedor modificado genéticamente posee pelaje dorado y ondulado, así como un metabolismo acelerado característico de los mamuts.
Aunque su tamaño es diminuto en comparación con el gigante del Ártico, es un gran avance en los intentos de insertar genes extintos en especies modernas. Aún así, este descubrimiento genera preguntas éticas y científicas sobre los límites de la biotecnología.
Imagen: Colossal Biosciences
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