Cuando hablamos de Rescatando al Soldado Ryan, nos referimos a una de las películas de guerra más trascendentales en la historia del cine. Solo basta recapitular la escena inicial del desembarco de Normandía para darnos cuenta de la labor titánica invertida en el proyecto.
Cuestión que más allá de aplicarse en trabajos técnicos de la producción, traspasó la pantalla. A tal grado llegó el compromiso por el filme, que los protagonistas vivieron el infierno en carne propia, incluso antes de comenzar el rodaje. El martirio de Tom Hanks y compañía tiene nombre y apellido: Dale Dye.
El militar y excapitán del Cuerpo de Marines, Dale Dye fungió como asesor cinematográfico de la cinta. Se le contrató bajo la consigna de entrenar a Hanks y al resto del elenco como verdaderos soldados.
En una entrevista para Yahoo, Dye explicó que les hizo seguir a los actores un entrenamiento similar al de los reclutas de 1943 y 1944. La diferencia es que, debido a la programación de la filmación, dicho entrenamiento se realizó durante todo el día y la noche por tres o cuatro días seguidos.
“Uno de los momentos más difíciles fue cuando llegamos a lo que se llama asalto a una posición fortificada. Colocamos una ametralladora alemana en una posición de búnker y la misión del escuadrón era establecer una base de fuego contra los alemanes en el búnker. El segundo elemento era acercarse a la posición para que pudieran destruirla con granadas de mano. Todo esto era una simulación, pero las balas volaban".
Dale Dye en entrevista para Yahoo.
Despertados a las cinco de la mañana con gritos constantes, el grupo de artistas ahora apodados como "Imbéciles" (Hanks el "Imbécil Número Uno"), eran castigados por hacer las cosas mal, de forma que debían hacer flexiones y abdominales. Sumado a esto, el clima tampoco ayudó.
Consecuentemente, el desgaste físico y mental llevó a los actores al límite. Hartos y cansado, estuvieron a punto de desertar del entrenamiento. El "Imbécil Número Uno" tuvo el valor de llamar al propio Spielberg para comentarle la situación. El director le respondió que él mismo tomara la decisión de continuar o no.
Consecuentemente, el desgaste físico y mental llevó a los actores al límite. Hartos y cansado, estuvieron a punto de desertar del entrenamiento. El "Imbécil Número Uno" tuvo el valor de llamar al propio Spielberg para comentarle la situación. La respuesta del director fue que él mismo tomara la decisión de continuar o no.
"Todos querían dejarlo y yo dije 'no'. El campo de entrenamiento en sí era muy frío, muy miserable y muy humillante. Fue agotador, no dormimos mucho. Nos preocupaba enfermarnos y hacernos daño, pero nunca nos preocupó que esos seis días fueran los más valiosos que podríamos haber pasado. Fueron nuestro ensayo, nuestra preparación".
Tom Hanks en entrevista para Empire.
Vin Diesel rememora la última decisión
Con un inminente motín por explotar, el actor Vin Diesel, quien interpreta al soldado Carpazo en la película, recordó lo dicho por Hanks para continuar el entrenamiento. En la misma entrevista realizada por la revista Empire declaró:
"Estábamos todos exhaustos, todos queríamos irnos y allí estaba este tipo que era una superestrella, que no tenía por qué estar aquí, votando por quedarse. Fue entonces cuando lo adoptamos como nuestro capitán. Nos dijo: 'Chicos, dentro de 20 años, recordarán esto y desearán haberlo terminado'. Hasta el día de hoy, todos estamos sumamente agradecidos por haberlo hecho".
Vin Diesel para Empire.
Hoy podemos decir que el esfuerzo valió la pena. La película se volvió en un clásico, recaudó alrededor de 482 millones de dólares en taquilla, tiene una valoración del 94% en el sitio Rotten Tomatoes y ganó cinco premios de la Academia, incluido el de Mejor Director.
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