Es clásico que con cada lanzamiento de nueva versión de iOS, los usuarios de iPhone de generaciones pasadas comiencen a quejarse, además de posibles bugs como sucede actualmente con iOS 11, de un desempeño menos eficiente comparado con iteraciones antiguas del sistema operativo.
Desde apps que tardan más en abrir o hasta alguna que se quedan colgadas en ciertos momentos, todo se atribuye a la obsolescencia programada de la que somos víctimas en la actualidad. Sin embargo, un estudio parece revelar que nada de esto es verdadero sino que todo está en la mente de los usuarios.
La firma FutureMark revela en su más reciente estudio que el desempeño de modelos antiguos de iPhone no se ve mermado por las actualizaciones de sistema operativo. Esta premisa se sostiene con los resultados obtenidos en diversos benchmarks realizados a modelos anteriores de iPhone con versiones pasadas de iOS.
Las gráficas demuestran que si bien el desempeño del CPU demuestra ligeras variaciones a través de los años y versiones de iOS, el desempeño gráfico es básicamente el mismo sin importar la versión de iOS instalada. En teoría, esto revela que el lag o decrecimiento del desempeño de un dispositivo no es más que la imaginación de los usuarios.
Entonces, las teorías de que Apple deliberadamente reduce el desempeño de sus dispositivos antiguos para impulsar a los usuarios a actualizar su hardware, resultan falsas.
Aunque todo esto es sobre el papel, por supuesto. Debemos tomar en cuenta, como en toda prueba benchmark, que los resultados no son absolutos y son totalmente distintos de los percibidos por los usuarios en una situación cotidiana. Entonces, ¿opiniones?
Más información | FutureMark
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