Japón se encuentra ante un panorama complicado en su estrategia de defensa. Fuera de sus fronteras, el escenario geopolítico a su alrededor se complica y se vuelve cada vez más tenso. A esto se suma la crisis de natalidad que el país viene arrastrando desde hace años, la cual se traduce en la falta de reclutas para su ejército.
Para hacer frente a esta situación, y ante la incertidumbre sobre su relación con Estados Unidos tras la victoria de Donald Trump, el país del sol naciente ha apostado por la tecnología. Con el ejemplo de su aliado más poderoso en América, el gobierno japonés ha decidido crear su propio centro de investigación de tecnología defensiva.
La nueva apuesta de Japón
Hace algunos meses, Kyodo News anunció que el nuevo instituto de investigación tendría su sede en Tokio. Este organismo está inspirado en la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA, por sus siglas en inglés), un organismo estadounidense reconocido por ser el responsable de inventos como el GPS o Internet.
Un par de meses después, The Japan News informó que el Instituto de Innovación en Ciencia y Tecnología de Defensa comenzó operaciones con 76 colaboradores, entre los que se encuentran investigadores de universidades y empresas especializadas como tecnologías de la información, robótica y comunicaciones.
De acuerdo con el medio, el instituto tiene como objetivo desarrollar equipos de defensa innovadores como drones autónomos, detección avanzada de submarinos y misiles hipersónicos. El proyecto busca priorizar áreas como la inteligencia artificial y la robótica. Para esto, el gobierno planea una inversión inicial de 147 millones de dólares, casi 3,000 millones de pesos.
El segundo intento
El instituto fue creado por la Agencia de Adquisiciones, Tecnología y Logística (ATLA, por sus siglas en inglés). De acuerdo con The Japan News, en el pasado, ATLA creó un instituto para desarrollar equipos innovadores. Sin embargo, este fue disuelto cuando no dio los resultados esperados.
Con este nuevo intento, el gobierno japonés espera tener suficiente éxito como para no depender de Estados Unidos en temas de seguridad. Esto en caso de que Trump decida hacer un cambio en materia de política internacional en cuanto regrese a la Casa Blanca para su segundo mandato.
Los problemas dentro y fuera del país
Fuera de su territorio, Japón se enfrenta a un panorama complicado: las crecientes tensiones entre China y Taiwán, los conflictos entre Corea del Norte y Corea del Sur, sin contar su propia disputa con China por la soberanía de las islas Senkaku. Tampoco hay que olvidar que, entre sus aliados, estos países cuentan a Estados Unidos y Rusia, algo que amplía más la escala del conflicto y hace entendible que Japón busque mover ficha.
Sin embargo, la crisis de natalidad tiene en jaque al país. Los nacimientos se han reducido, lo que deja al ejército nipón con menos de 250,000 soldados activos, un 10% menos que en los años 90. Además, cada vez es más difícil competir con empresas como Toyota para atraer jóvenes talentos.
El gobierno lo ha intentado todo: como aumentar la edad máxima para reclutas y mejorar las condiciones laborales. Sin embargo el número de soldados sigue disminuyendo. Es por eso que Japón necesitó cambiar su estrategia militar para adaptarse a menos personal, ya que superar su "invierno demográfico" le llevará al país mucho tiempo.
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