Los despidos significan un temor para muchos. Quedarse sin el sustento que provee un empleo también puede reflejarse en un trauma que puede no acabar del todo bien. Un ejemplo es el caso de Kandula Nagaraju, quien fue despedido por la empresa para la que trabajó debido a un "desempeño laboral deficiente".
Enfurecido por su despedido, Kandula ingresó a los sistemas de prueba informáticos de su anterior empleo y borró 180 servidores virtuales. El resultado: generó pérdidas evaluadas en aproximadamente 678,000 dólares (alrededor de 12 millones y medio de pesos).
Crónica de un boicot no anunciado
Octubre de 2022, Kandula Nagaraju, un ingeniero de software de 39 años, es despedido de NCS, empresa situada en Singapur que ofrece servicios de informática, comunicación y tecnología.
De acuerdo con el medio local Channel News Asia, creyó haber hecho importantes contribuciones durante su año de estancia en la empresa, por lo que regresó a su país de origen, India. Confundido y molesto decidió devolverles la jugada. A través de su computadora portátil, accedió sin autorización al sistema de NCS en varias ocasiones entre el 6 y el 17 de enero de 2023.
Para febrero de ese año, regresó a Singapur tras encontrar otro trabajo y utilizó la red wifi de un excolega de su anterior trabajo para ingresar al sistema en repetidas ocasiones. Durante estos accesos no autorizados, escribió scripts informáticos a estilo de prueba y error, y con ello comprobar si podían utilizarse para eliminar servidores de NCS.
En marzo de 2023, accedió al sistema de control de calidad 13 veces. Los días 18 y 19 del mismo mes, ejecutó un script programado para eliminar 180 servidores virtuales. El plan: eliminarlos uno por uno.
Al día siguiente, el equipo de NCS se dio cuenta que era imposible entrar al sistema. A pesar de intentar resolver el problema, descubrieron que los servidores habían sido borrados. Fue hasta el 11 de abril que se presentó un informe policial y, después de una investigación interna, NCS descubrió los accesos no autorizados de Nagaraju.
Posteriormente, la policía confiscó la computadora de Kandula y encontró las pruebas necesarias, incluyendo el código utilizado y varias direcciones IP. El 10 de junio de 2024, fue sentenciado a dos años y ocho meses de prisión por un cargo de acceso no autorizado a material informático. Un plan complejo y una venganza ejecutada que le salió cara a ambas partes.
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