En 2011 sucedió una de las grandes tragedias dentro del mundo de la tecnología: el fallecimiento de Steve Jobs. Para ese entonces, el fundador de Apple ya era una eminencia en el sector y claro está que habría una cuantiosa herencia de por medio. Así fue que llegó a las manos de Laurene Powell Jobs, su esposa, la cantidad de 10,000 millones de dólares, sin embargo, ella ya tenía muy claro qué haría con ese dinero.
Nacida el 6 de noviembre de 1963 en Nueva Jersey, la empresaria, activista política y fundadora de Emerson Collective, conoció a Jobs durante una conferencia en el año de 1989. Durante los siguientes 23 años, fue la compañera del magnate hasta su deceso. Desde aquel momento, y tras recibir la fortuna que heredó, ha mantenido un pilar dentro de su carrera: dedicarse a la filantropía hasta su muerte.
Donaciones millonarias
Al igual que MacKenzie Scott, ex esposa de Jeff Bezos, Powell Jobs decidió actuar de manera independiente: destinará su fortuna a iniciativas filantrópicas propias. Las mismas estarán enfocadas en mejorar la vida de las personas y mitigar el impacto del cambio climático.
Con una licenciatura en Ciencias Políticas y un MBA de Stanford, la viuda millonaria tiene amplia experiencia en la gestión de fondos. Además de fundar su propia compañía de alimentos saludables, la empresaria ha realizado inversiones de impacto estratégicas que le han permitido respaldar proyectos sociales y medioambientales sin afectar significativamente su patrimonio.
Tras el fallecimiento de Jobs, Laurene Powell ha fundado dos organizaciones benéficas donde concentra todo su esfuerzo filantrópico. La primera es la ya mencionada Emerson Collective, centrada en proyectos educativos enfocados en brindar igualdad de oportunidades a grupos en riesgo de exclusión.
El segundo eje de su iniciativa filantrópica es la Waverley Street Foundation, un proyecto internacional enfocado en proteger a los grupos más vulnerables al cambio climático. La fundación apoya programas de educación, salud y preservación de entornos naturales, para ayudar a las personas a mantenerse en las comunidades donde nacieron.
De esta manera, planea destinar 3.500 millones de dólares al proyecto durante los próximos 10 años. "Heredé mi fortuna de mi esposo, quien no tenía interés en acumular riqueza. Realizo esta labor en honor a su legado, y me he comprometido a distribuir estos recursos de manera eficaz, apoyando a personas y comunidades de forma sostenible".
La herencia y fortuna de Jobs tampoco es una prioridad para los tres hijos de la pareja. Reed Paul ha preferido mantener un perfil discreto, graduándose en oncología en la Universidad de Stanford. Erin Siena se dedica a la arquitectura y el diseño, mientras que Eve Jobs, graduada en Ciencia, Tecnología y Sociedad por Stanford, actualmente trabaja como modelo.
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