Un empleado despedido causó 3,750,000 pesos en daños porque su empresa no le quitó la computadora de trabajo

Hombre Venganza Loco 1
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Miklos Brody, un ingeniero que trabajaba para un banco y que estaba encargado de los sistemas en la nube de su ex compañía, decidió que se vengaría tras haber sido despedido. Este ingeniero fue castigado con dos años de prisión después de que lo sentenciaran por “intrusión en la red y mentir deliberadamente a una agencia gubernamental”, según lo informado por PCGamer.

Todo escaló después de que Miklos fuera reprendido y despedido de su trabajo por una particular forma de indisciplina. ¿La razón de su baja? Haber visto material pornográfico desde la computadora de trabajo y sustraer información de la empresa.

Aparentemente, utilizó en más de una ocasión su USB para transferirse ese tipo de material, aunque Miklos en un principio argumentó que la memoria era de unos amigos que le habían dicho que tenía dentro la película ‘The Matrix’. Enojado por el regaño y el despido, Miklos decidió llevarse la computadora de la empresa a su casa, no sin antes haber maquinado un plan de venganza contra ella.

Inició sesión en el sistema de TI de la compañía y desde ahí comenzó su venganza.

"La venganza es un plato que se sirve frío"

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Miklos eliminó código esencial para el funcionamiento de su ahora ex empleadora. Subió un script para  eliminar registros, prohibió el acceso a la plataforma a varios de sus compañeros y se envió por correo el código en el que había estado trabajando para ellos antes de su despido. Además, fingió que el atacante había sido otro programador senior, para que todo lo que provocó fuera atribuido a esa otra persona.

Por si eso no fuera poco, cuando le pidieron que devolviera la computadora, Miklos se negó a hacerlo, argumentando que se la habían robado. Cuando la policía llegó a sus puertas, el ingeniero contó su falsa coartada a los oficiales, lo cual le valió una sentencia más grande por intentar mentir a una agencia gubernamental.

Pese a todo, durante la audiencia se declaró culpable y aceptó que sus declaraciones previas eran falsas, añadiendo que sabía que estaba mal. De lo único que podemos estar seguros es de que Miklos se tomó personal el despido y aquello le costó 3,750,000 pesos a su ex empleadora, marcando una venganza que quizás no sea tan exitosa para él, pero que seguro disfrutó en su momento.

Aún no está claro porqué la compañía no le impidió llevarse el equipo de trabajo para evitar que todo esto terminara de esa manera. Sin embargo, se sabe que bloqueó el acceso desde sus credenciales y utilizó las de una compañera de trabajo para desencadenar su enojo. Miklos estará dos años en prisión, pero al menos no se quedó con las ganas de provocar el caos.

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