Ricardo Sheffield Padilla, titular de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), comentó que actualmente existen 46 amparos contra la Norma Oficial Mexicana (NOM) 185, donde se permite que la institución tenga la capacidad de inspeccionar el software que se utiliza en las bombas despachadoras de gasolina.
Recordemos que se la PROFECO ha comprobado que algunas gasolineras usan elementos de hardware y software para modificar la cantidad de litros reportados y vendidos en sus bombas
Según el títular, los recursos jurídicos son promovidos por cinco diferentes estaciones, representando menos de 200 gasolineras que estarían usando la protección de datos. En México existen 12,500 gasolineras, así que la cifra podría considerarse mínima.
Sheffield añadió que este tipo de acciones hablan mal de las gasolineras que se ampara, ya que según él podrían aparentar que se encuentran "ocultando algo".
La NOM-185-SCFI-2017 entró en marzo de 2019 y permite que Profeco pueda verificar los programas que se utilizan para la medición y el despacho de la gasolina:
“Programas informáticos y sistemas electrónicos que controlan el funcionamiento de los sistemas para medición y despacho de gasolina y otros combustibles líquidos-Especificaciones, métodos de prueba y de verificación”
Por otro lado la NOM-005-SCFI-2017 menciona lo siguiente:
“Instrumentos de medición-Sistema para medición y despacho de gasolina y otros combustibles líquidos con un gasto máximo de 250 L/min-Especificaciones, métodos de prueba y de verificación”
El problema es que la última fue modificada en abril y se tendrá que aplicar a partir de octubre de 2020. Por último, Sheffield agregó que los estados que más quejas tienen de las despachadoras de combustible se encuentran en Jalisco, Guanajuato, Estado de México y Ciudad de México.
Peleando contra “El Rastrillo”
En enero de 2019 apareció información de un software llamado “El Rastrillo” que permitía modificar la información que se generan de todos los reportes por medio de las bombas de gasolina. Eso permitía que se pudieran reportar cifras menores a las generadas por la gasolinera.
Pasaron seis meses y el titular de Profeco confirmó la información, demostrando que no era solo una modificación de software, en realidad se trataba de un hack por medio del hardware, modificando las placas base, que se usan en las bombas de gasolina.
En esa misma fecha, mencionó que aproximadamente un 8% de todas las gasolineras del país usaban esa modificación. Además de señalar que el fabricante de las bombas es el mismo que ofrece “El Rastrillo” a sus clientes.
Imagen | Reporte Indigo,
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