La era digital ha facilitado la vida de las personas, acerca a quienes están lejos y permite a los usuarios acceder a productos y servicios anytime, anywhere: ahorra tiempo y esfuerzo. Sin embargo, con esta ventaja viene aparejado el riesgo de ser víctima de un delito cibernético.
Un punto que rara vez se considera es que nuestro smartphone es un contenedor de información sensible de carácter personal y profesional, el cual nos acompaña todo el tiempo, a cualquier lugar y que se actualiza constantemente. Perder el teléfono, que sea robado, clonado o vulnerado con un ataque puede dejar expuesta a una persona o hasta a una empresa.
Casi la mitad de los usuarios de dispositivos duermen con éste al alcance de su mano; la misma proporción que no emplea ningún tipo de bloqueo a través de patrón o contraseña y mucho menos un sistema de protección. Y es que cuando se trata de seguridad digital móvil, apenas el 26% de las personas cuentan con un software de seguridad en su smartphone. Aunque claro, es más sorprendente saber que el 57% de las personas que usan teléfonos inteligentes no tienen idea de que existen soluciones para proteger sus terminales.
Por ello es aconsejable seguir las recomendaciones de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF) y del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) para impedir un ataque informático a través de los dispositivos móviles: evitar el uso de redes públicas, activar los bloqueos de pantalla con patrones o, mejor aún, contraseñas complicadas, no compartir los datos de acceso y, de ser posible, instalar un software de seguridad (una opción es Samsung Knox), entre otras acciones.
Lo que el robo de identidad se llevó
De acuerdo con un estudio de Norton, de 2013, en México los delitos cibernéticos han ido en aumento costando a todo el sistema económico unos 3 mil millones de dólares. De hecho, el país se ubica como la segunda nación de América Latina con mayor número de ataques cibernéticos, los cuales han afectado a cerca de 10 millones de mexicanos.
Ahora, a nivel mundial, pese a los esfuerzos por elevar la seguridad digital a nivel mundial: gobiernos, sectores financieros y empresarios siguen siendo afectados por la recurrencia en cibercrímenes. Y el costo es alto. Un reporte de McAfee estima que en 2014 las pérdidas económicas rondan los 445 mil millones de dólares (lo que representa el 0.85 del PIB mundial). Lo grave es que no se vislumbra que estos delitos virtuales vayan a disminuir; por el contrario, una investigación de Juniper Research, del 2015, estima que para el 2019 el costo global de estos delitos superará los 2 millones de mil millones de dólares.
De entre los delitos cibernéticos, el robo de identidad es el más frecuente y México ocupa el octavo lugar a nivel mundial, el segundo de América Latina y los casos siguen en aumento, según datos del Banco de México. Por lo regular, el considerado como “delito del siglo” se usa para cometer fraudes para la contratación de cuentas de crédito, seguros, líneas telefónicas y compras de manera ilegal.
Para ejemplificar su gravedad, solo en el primer semestre del 2015, las reclamaciones imputables a posible robo de identidad aumentaron en 40%. Las reclamaciones se concentran en tres bancos: Santander, Banamex y HSBC, con 76%. En tanto que de cada 10 reclamaciones, 9 son de tarjeta de crédito y 1 de tarjeta de débito.
La afectación monetaria a los usuarios por un posible robo de identidad se eleva drásticamente. En nuestro país, en 2015, el monto reclamado por usuarios de la banca ascendió a 118 millones de pesos, 19% más de lo reclamado un año previo, de acuerdo con un reporte elaborado por la CONDUSEF, a partir de información proporcionada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.
Conscientes del grave riesgo que implica un ataque informático, las empresas también están apuntando sus esfuerzos a librar la batalla de la seguridad digital. De acuerdo con una encuesta realizada en 2014 por Fortinet Security: 80% de las empresas mexicanas han decidido invertir en recursos humanos que refuercen su seguridad, en tanto que 91% de los directivos han dado prioridad a la seguridad cibernética de sus organizaciones.
Fortalecer la seguridad y la tranquilidad
El reciente ciberataque sufrido por DYN, afectó muchos de los servicios más populares en Internet: Facebook, Twitter, Netflix y Spotify, entre muchos otros, ello levantó las alarmas sobre la seguridad en el mundo digital. Y es que aunque en esta ocasión la información de las personas y empresas no se vio comprometida, en un creciente número de ciberataques el objetivo es justo ese, acceder a los datos de la gente y a sus cuentas bancarias, lo mismo ocurre con las compañías.
Por tal motivo, además de proteger las computadoras, los especialistas en cuestiones de seguridad digital, de instituciones como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), coinciden en que proteger los smartphones con un sistema de seguridad móvil es importante.
Samsung comunicó a través de su sitio, que se ha reportado un crecimiento del 661% en los ataque a los smartphones (recordemos que de los 15 mil millones de celulares que había en el mundo en 2015, 100 millones funcionaban en México).
Ahora, el pronóstico ante los ciberataques en próximos años no es alentador, pues se espera un incremento exponencialmente debido a dos factores: 1) Se piensa que para el año 2020 existirán 50 mil millones de dispositivos móviles en el mundo. 2) El desarrollo del Internet de las cosas, en donde cada vez más aparatos como: televisores, autos y refrigeradores, entre otros, estarán “expuestos” a través de la red. Considerando que muchos de estos electrónicos estarán enlazados a nuestro smartphone, el riesgo potencial de un ataque aumenta. Por lo que dar a la seguridad móvil el valor que se requiere es importante.
Falta aumentar la educación y cultura en seguridad digital
Ante este panorama, es preciso que los jóvenes comprendan los riesgos del entorno digital y aprendan a implementar medidas de seguridad a todos los niveles. En este punto, la participación del sector educativo podría hacer una gran diferencia si incluyera materias relacionadas con el tema dentro de sus planes de estudio.
No obstante, apenas está contemplada como materia, especialidad, diplomado o maestría para egresados de las carrera de ingenierías informáticas. Por ejemplo, en la Universidad Autónoma de Nuevo León imparten Fundamentos de la seguridad informática; la Facultad de Ingeniería de la UNAM, Seguridad informática I; y la Universidad Tecnológica de México ya cuenta con la Maestría en seguridad de tecnología de la información.
Acciones que pueden marcar una diferencia
Los especialistas en seguridad digital de la UNAM sugieren a los usuarios de teléfonos inteligentes una serie de acciones que les permitirían proteger la información dentro de sus aparatos. Estas recomendaciones van desde: activar el acceso al dispositivo mediante PIN (número de identificación personal), hasta evitar conectarse a redes inalámbricas públicas, encender las conexiones Bluetooth, infrarrojos y wifi solo cuando se vayan a usar, asegurarse de que los archivos recibidos están libres de malware, e instalar un sistema de seguridad móvil. Una opción puede ser el ya mencionado Samsung Knox, que permite resguardar los smartphones a diferentes niveles. Una de sus características es que deja separar la información personal de la empresarial a través de una carpeta contenedora, es capaz de detectar la presencia de un malware y limitar su ejecución, por lo que el terminal y su información estarán protegidos.
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