Estamos tan acostumbrados a las pantallas actuales que parecen algo natural, que siempre han sido como las conocemos hoy en día; sin embargo, su evolución fue larga y todavía no se detiene.
Como dato curioso, podemos decir que fue un equipo de la Universidad de Illinois (conformado por Donald Bitzer y H. Gene Slotow) el que en 1964 desarrolló la primera pantalla completamente plana. La creación de esta tecnología tenía como objetivo funcionar con el sistema informático PLATO (Programmed Logic Automated Teaching Operations), uno de los primeros sistemas de asistencia por computadora. Sí, es la misma época en que los ordenadores usaban monitores CRT (Cathode Ray Tube); es decir aquellos que imprimían imágenes en el cristal a través de un tubo de rayos catódicos -los mismos que las primeras televisiones-.
Volviendo a la primera pantalla plana, esta tecnología era capaz de emitir luz para proyectar imágenes: el plasma había nacido. Este fue el primer paso de una evolución de más de 50 años que nos dio como resultado los televisores actuales.
Imágenes sobre una pantalla de plasma
Esta fue una de las principales tecnologías que contribuyó a la masificación de las pantallas planas. Resulta que los displays de plasma cuentan con unos paneles de cristal que se dividen en celdas que contienen gases nobles (neón o xenón), los cuales se excitan con cada descarga eléctrica, haciendo que se convierta en plasma para hacer que el fósforo comience a emitir luz en cada pixel.
Claro que hay que decir que desde la primera vez que fueron encendidas y hasta 1995, las pantallas de plasma fueron monocromáticas. Larry Weber, también de la Universidad de Illinois, comenzó a trabajar en 1975 para imprimir color a las imágenes, pero tardó 20 años en lograrlo.
Las ventajas de esta tecnología era: Un excelente brillo ya que usaban la iluminación directa del fósforo, cada pixel era controlado directamente por el panel eléctrico detrás de las celdas de plasma por lo que el resplandor era uniforme.
Escaneo progresivo nativo, pues no usaban un rayo de electrones para crear una imagen. En su lugar, todos los pixeles en el panel se encendían simultáneamente, de manera que cualquier fuente de video progresiva se mostraba de manera natural en estas pantallas. Claro que también tenía sus desventajas, pues tendían a “quemarse”. Resulta que la proyección de una misma imagen durante mucho tiempo podría crear una imagen fantasma permanente en el display.
Otros problemas eran su corta vida por la pérdida de brillo, que no pueden ofrecer una resolución más allá del HD (720p) y su elevado costo de producción.
La muerte del plasma y el ascenso del LCD
La tecnología de las pantallas LCD se desarrolló a la par de las de plasma, aunque tardó más tiempo en proyectar imágenes. A pesar de usar información científica de finales del siglo XIX, no fue hasta los años 60 que se comenzó a utilizar el conocimiento en torno a los cristales líquidos para crear esta tecnología.
Ahora, las pantallas LCD funcionan con cristales líquidos que se encuentran entre dos placas que conducen electricidad para proyectar imágenes nítidas y contrastadas. Esta tecnología es más eficiente que el plasma, además de que permitió que se desarrollaran displays de mayor tamaño y resolución.
Además, una gran ventaja de las pantallas LCD frente a las de plasma era el ahorro de energía, hasta en un 30% y, bueno, ya no sufrían el problema de “quemarse” y dejar una imagen fantasma en el display.
Del LCD al LED
Se puede decir que las pantallas LED (Light Emitting Diodes) son LCD; sin embargo, la diferencia radica en el sistema de retroiluminación incorporado en los paneles. Las primeras usan LEDs que emiten luz cuando son sometidos a flujos de corriente eléctrica, mientras que las segundas usan una lámpara fluorescente de cátodo frío (CCFL).
Este cambio de tecnología permitió a los fabricantes crear pantallas más delgadas, capaces de usar la energía de una manera más eficiente y con imágenes más nítidas y contrastadas (con ellas nace el HDR -alto rango dinámico-).
QLED, el más reciente paso en la evolución
Hace algunos años vimos que algunas de las pantallas retroiluminadas cambiaron la tecnología de cristal líquido por la de Quantum Dots. De manera que ahora, los LEDs alumbran una capa hecha de pequeñas partículas -esféricas- y cada una de ellas emite un color individual dependiendo de su tamaño, el cual puede ir de 2 a 10 nanómetros. De acuerdo con Samsung, el fabricante que desarrolló esta tecnología, el tamaño de la partícula dictamina la longitud de onda de la luz que emite, lo que permite obtener hast a un billón de colores distintos para formar imágenes extremadamente nítidas (supera con creces el estándar del HDR, por lo que se está impulsando la adopción de lo que sería el HDR+).
La tercera generación de Quantum Dots en la tecnología QLED han cambiado ya que ahora tienen una nueva aleación metálica, tanto en el núcleo como en la cubierta, lo que aumenta la precisión del color y el contraste.
Con esta tecnología, Samsung logra generar el brillo necesario para alcanzar los 1,500 o hasta 2,000 nits, para obtener el 100% del volumen del color. Lo que está certificado por la verificadora Verband Deutscher Elektrotechniker (VDE), que documenta que actualmente es la única tecnología capaz de proyectar tonos realistas en cada imagen.
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