En la antigua ciudad de Pompeya, donde el tiempo parece haberse detenido tras la erupción del Vesubio en el año 79 d.C., un nuevo hallazgo llamó la atención del mundo arqueológico. Se trata de dos esculturas funerarias de una pareja, un hombre y una mujer, talladas casi a tamaño natural en el muro de una tumba monumental que fue recientemente descubierta en la necrópolis de Porta Sarno.
El hallazgo fue realizado por un equipo de la Universidad de Valencia, como parte del proyecto de investigación Arqueología de la Muerte en Pompeya, en colaboración con el Parque Arqueológico local. Según un comunicado del sitio arqueológico de Pompeya, las esculturas fueron trasladadas a la Palestra Grande para iniciar su restauración, proceso que será visible para el público en la exposición "Essere donna nell'antica Pompei (Ser mujer en la antigua Pompeya)", que abrirá sus puertas el 16 de abril de 2025.
De acuerdo al comunicado, el área fue parcialmente excavada en los años 90 para construir una línea de ferrocarril, lo que reveló más de 50 enterramientos de cremación. Pero es ahora, con una exploración más detallada salió a la luz esta tumba monumental decorada con nichos y figuras en altorrelieve, algo extremadamente raro en el sur de Italia en la época.
La identidad de las figuras aún está en debate entre los expertos
Las figuras esculpidas en un estilo realista, muestran a un hombre en toga sencilla y a una mujer con capa, túnica y un conjunto de joyas que llamaron el interés de los investigadores. Según Smithsonian Magazine, entre los accesorios tallados destacan pendientes con forma de ánfora, brazaletes, un anillo de bodas y un collar con un colgante de lúnula (una media luna) que las niñas romanas usaban como amuleto protector hasta el matrimonio.

Gabriel Zuchtriegel, director del Parque Arqueológico, explicó a The Guardian que, aunque es probable que las figuras representen a un matrimonio, también existe la posibilidad de que se trate de una madre e hijo. La falta de inscripciones en la tumba deja este aspecto abierto a interpretación.
La figura femenina podría representar a una sacerdotisa de Ceres
Uno de los elementos más llamativos de la escultura femenina es que sostiene hojas de laurel en una mano (un símbolo ritual usado para purificar espacios sagrados) y en la otra, un objeto cilíndrico que podría ser un pergamino. Este detalle llevó a los expertos a pensar que podría tratarse de una sacerdotisa de Ceres, la diosa romana de la agricultura, la fertilidad y la maternidad, según se detalla en la revista electrónica de las excavaciones de Pompeya.
La misma investigación apunta a que esta teoría se ve reforzada por el conjunto de símbolos asociados a la luna, como el colgante de lúnula, que refuerzan el vínculo de la escultura con los cultos a Ceres. En palabras de Zuchtriegel a The Guardian: “Realmente parece una mujer muy importante de la élite local. Podría haber sido una figura de enorme relevancia en su comunidad”.

Cabe mencionar que en una sociedad donde las mujeres estaban comúnmente relegadas a la esfera doméstica, ejercer como sacerdotisa ofrecía un estatus social considerable. Según los investigadores citados por Smithsonian Magazine, las sacerdotisas dirigían rituales en templos y participaban en procesiones sagradas.
Sophie Hay, arqueóloga británica que trabaja en Pompeya, explicó a The Telegraph que Ceres era ampliamente venerada no solo por su relación con los ciclos agrícolas, sino por su asociación con la nueva vida y la fertilidad.

La exposición que traerá este hallazgo al público
Los relieves funerarios serán las piezas estelares de la exposición Ser mujer en la antigua Pompeya, cuya propuesta no solo consiste en mostrar piezas arqueológicas, sino también en abrir el proceso de restauración al público. Según el comunicado del sitio arqueológico de Pompeya, los visitantes podrán observar de cerca los trabajos de conservación que se llevarán a cabo en la Palestra Grande, en una apuesta por hacer accesible el trabajo científico detrás de estos descubrimientos.
La calidad técnica del tallado, los rasgos arcaicos y el simbolismo de los elementos han llevado a fechar las esculturas en el período republicano tardío, entre los siglos II y I a.C., una datación que, como apuntó Smithsonian Magazine, hace aún más valioso el hallazgo por su rareza en el contexto funerario del sur de Italia.
Imagen: Revista electrónica de las excavaciones de Pompeya
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