Seguramente te ha pasado: estás hablando con alguien a quien acabas de conocer y de pronto olvidas su nombre. O quizás entras en alguna habitación de tu casa, pero ya no recuerdas para qué estabas allí. No te asustes, es solo tu cerebro haciendo "malabarismo" con la información, probablemente porque intentas hacer muchas cosas a la vez.
Lo anterior tiene que ver con la llamada “memoria de trabajo”. Esta tiene una capacidad muy limitada y guarda los pensamientos solo durante intervalos muy cortos, por lo que muchos pensamientos son desechados para dejar espacio a otros nuevos. Por eso, cuando intentamos hacer dos cosas a la vez, nuestra memoria de trabajo salta entre pensamientos.
No hay un solo tipo de memoria
Si mientras vas hacia la cocina suena tu teléfono, probablemente tu memoria de trabajo ya deseche el pensamiento anterior para enfocarse en esa nueva tarea. Por eso, una vez que llegas a la cocina, ya no recuerdas qué tenías que hacer allí.
La doctora Susanne Jaeggi, profesora de psicología de la Universidad Northeastern en Boston, explica que la memoria está conformada por componentes distintos. Cada uno de estos componentes está relacionado con procesos cognitivos determinados y en ellos participan distintas regiones del cerebro.
La memoria a largo plazo es un mecanismo cerebral gracias al cual podemos retener información a lo largo de nuestra vida. De acuerdo con Live Science, en la memoria a largo plazo se encuentran almacenadas experiencias, conocimientos y habilidades que podemos recordar en cualquier momento. Estos recuerdos permanecen allí gracias a distintos "enlaces" y repeticiones que los vuelven relevantes.
Gracias a la memoria a largo plazo podemos recordar lo que desayunamos ayer, nuestro juguete favorito cuando teníamos cinco años e incluso cómo montar en bicicleta o conducir un auto.
Por otra parte, la memoria de trabajo es más limitada y solo almacena la información por unos cuantos minutos a la vez. Según David Gallo, catedrático de Psicología en la Universidad de Chicago, citado por The New York Times, la mayoría de las personas solo pueden retener cuatro o cinco pensamientos a la vez en su memoria de trabajo.
El cerebro borra rápidamente las cosas que no son importantes de la memoria de trabajo para dejar espacio a información nueva. Así que muchos pensamientos eventualmente se pierden, a menos que pasen a formar parte de la memoria a largo plazo, a través de un proceso llamado "codificación".
¿Cómo ayudarnos a recordar?
Earl K. Miller, profesor de neurociencia del MIT citado por Live Science, explica que el cerebro no es capaz de realizar múltiples tareas a la vez. Por ello debe "hacer malabarismos" con distintos pensamientos a medida que la memoria de trabajo pasa de una idea a otra. Por lo tanto, si realizas muchas tarea a la vez es más probable que tu cerebro termine por olvidar algo.
Además, de acuerdo con Scientific America, la memoria de trabajo también podría ser una puerta de entrada a la memoria a largo plazo. Si se repite la información en la memoria de trabajo lo suficiente, el recuerdo puede volverse más permanente. Una buena forma de ayudarnos a evitar que los recuerdos se debiliten es algo a lo que los científicos llaman "repetición de mantenimiento". Esto es repetir la información mentalmente sin tener en cuenta su significado; por ejemplo, repasar una lista de la compra y recordar los artículos como si fueran simples palabras.
Para asegurarnos de recordar una información a largo plazo no solo bastará con repetirla constantemente. También tendremos que darle un significado. Si en lugar de solo repetir "leche, pan, huevos", piensas "voy a comprar leche para el desayuno, pan para hacer bocadillos, y huevos para hacer una tortilla", relacionas los los elementos con una acción que conoces bien, por lo que te será más fácil recordarla. A esto se le conoce como repaso elaborado.
Algunas otras cosas que aconsejan expertos citados por The New York Times son las siguientes:
Ronald Davis, profesor de Neurociencia en la Universidad de Florida, recomienda escribir a mano. Un estudio publicado en Journal of Experimental Psycology Applied demostró que aquellos estudiantes que tomaban notas a mano recordaban mucho mejor lo aprendido que aquellos que sacaban fotografías a los apuntes. Por su parte, Sharon Sha, catedrática de Neurología en la Universidad de Stanford, afirmó que recordar puede ser más fácil cuando la información está acompañada de melodías.
Por supuesto, el descanso y el ejercicio son fundamentales para reforzar nuestra memoria a corto y largo plazo, aseguró David Gallo, y señaló que mantener sano el corazón mediante el ejercicio ayuda a mantener sano el cerebro. “Esto puede ayudarte a envejecer con gracia y a mantener tu memoria activa de manera óptima en cualquier etapa de la vida”.
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