Júpiter es uno de los planetas más interesantes de nuestro sistema solar. No solo es el planeta más grande dentro del cinturón de Kuiper, sino que también alberga a los cuatro satélites más populares después de la Luna: Ío, Europa, Ganímedes y Calisto, el llamado sistema joviano. De todas ellas, Europa es la que más ha destacado pues los científicos tienen la esperanza de que debajo de su congelada corteza, un océano de agua albergue algún tipo de vida.
Sin embargo, un reciente estudio levantó aún más las alertas debido a la enorme cantidad de oxígeno que este satélite estaría generando cada día. No cabe duda de que Europa aún esconde muchos misterios.
Según un estudio dirigido por Jamey R. Szalay, físico e investigador de la Universidad de Princeton, se estima que la tasa de producción de oxígeno (O2) en el satélite Europa es de aproximadamente 12 ± 6 kilogramos por segundo. Para quienes no estén familiarizados con la notación de incertidumbres, el "± 6 kilogramos por segundo" indica que el valor real podría ser hasta 6 kilogramos por segundo más arriba o más abajo del valor central estimado, en este caso 12 kilogramos por segundo.
Tal como recopila Gizmodo, si nos quedamos con los 12 kilogramos de oxígeno generado por segundo, Europa produciría 1,036,800 kilogramos de O2 en un día terrestre. De acuerdo con información de la NASA, una persona promedio necesita un aproximado de 0.84 kilogramos de O2 al día, por lo que haciendo un poco de matemáticas, este satélite produce suficiente compuesto para mantener a poco más de un millón de personas.
De acuerdo con lo comentado por Szalay en el portal del Jet Propulsion Laboratory, es realmente sorprendente cómo la misión Juno nos permitió medir con tanta precisión la producción de oxígeno en Europa:
"Cuando la misión Galileo de la NASA voló cerca de Europa, nos abrió los ojos a la compleja y dinámica interacción que Europa mantiene con su entorno. Juno aportó una nueva capacidad para medir directamente la composición de las partículas cargadas que se desprenden de la atmósfera de Europa, y nos moríamos de ganas de seguir echando un vistazo detrás de la cortina de este apasionante mundo acuático. Pero lo que no sabíamos es que las observaciones de Juno nos darían una idea tan precisa de la cantidad de oxígeno que se produce en la superficie helada de Europa".
La favorita del sistema joviano
Europa fue descubierta por Galileo Galilei a inicios de enero de 1610. Si bien Galileo no fue la primer persona en utilizar un telescopio, se suele decir (al menos eso decía mi profesor de Historia de la Física) que sí fue el primero en "apuntarlos al cielo". Lo único seguro es que sí contribuyó a la mejora de estas herramientas, que ahora son tan impresionantes que tenemos al James Webb tomando imágenes espectaculares desde las cercanías espaciales a la Tierra.
Esta luna, que cuenta con una corteza de hielo en su exterior, contiene en su interior un océano. Por muchos años los científicos han soñado con estudiar el interior de Europa, esperando encontrar no solo algún rastro de vida en el sistema solar, sino también comprobar que su núcleo es de hierro y níquel, muy parecido al de la Tierra.
Solo el tiempo nos dirá si Europa tiene o alguna vez tuvo vida, de la misma manera que también el tiempo nos indicará si podremos hacer uso de alguna manera de todo el oxígeno generado por este satélite, el mismo Szalay menciona que esto apenas comienza: "Aún no hemos terminado. Están por llegar más sobrevuelos a lunas y la primera exploración del anillo cercano y la atmósfera polar de Júpiter". Quizás una base espacial no sería una idea tan descabellada después de todo, a menos de que los monstruos submarinos de su interior nos quieran lejos de ella.