"Iphone killer" o "smartphone definitivo" fueron algunas de las formas en las que llegaron a nombrar al actual Moto X mucho antes de su salida al mercado. Si hacemos memoria hace ya tiempo que Google decidió cerrar algunos negocios de Motorola en ciertos países con el argumento de destinar recursos y enfocarse en la creación de un smartphone que revolucionara el mercado: el Google X phone. Después de mucho tiempo se manejó la versión de que el dispositivo creado por Motorola no convenció a sus propios dueños de Google.
También se habló de que sería el primer smartphone con hardware personalizable y de nuevo, todo terminó en poder elegir los colores de la carcasa, característica que no está disponible en México. Es así como nació el Moto X, una historia llena de muchísimos rumores y expectativas que veremos como termina. Por lo pronto podemos decir que no está teniendo los resultados de ventas que se esperaba, tanto así que su precio bajó en considerablemente poco tiempo.
Se habla de que ha vendido alrededor de 500,000 unidades en los últimos tres meses, una cifra que deja bastante que desear para ser la estrella de Motorola, además está la reciente salida de su hermano menor el Moto G, el cual podría afectarle aún más. A primera vista no se ve como pueda despegar habiendo opciones en el mercado que ofrecen mejores cosas por casi el mismo precio.
Me parece injusto decir que es un mal teléfono porque no lo es, tiene buenas características como la interface de su cámara que en lo personal me parece de las mejores, su capacidad de interactuar con la voz sin la necesidad de tocarlo o el poder usar la cámara con solo un movimiento. Todo esto, aunado a una muy buena optimización del software resulta en un dispositivo más que decente.
El problema está cuando viene la comparación con las expectativas que se tenían de él o con los terminales de la competencia. Desafortunadamente para el Moto X, en el mundo de los smartphones, las expectativas y las comparaciones no perdonan.
Fuente | The Wall Street Journal Tech