El anuncio polémico ocurrió en la semana: la jefa de gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, firmó un convenio con la UNESCO y Airbnb para capitalizar la presencia de la ciudad en la plataforma. A decir de la jefa de gobierno, Ciudad de México es uno de los 20 favoritos por los "nómadas digitales", personas que ejecutan teletrabajo y pueden hacer sus labores a distancia, incluso en ciudades o países distintos a donde reside su empresa.
El gobierno de la CDMX estima que hay 30 millones de "nómadas digitales" en el mundo, de los cuales la mitad está en Estados Unidos. El potencial mercado es muy jugoso para la ciudad que estima que si solo el 5% del mercado estadounidense de "nómadas digitales" viviera en CDMX, se produciría una derrama económica de 1,400 millones de dólares al año.
Nuevamente, según CDMX, cada teletrabajador gastaría en la ciudad 1,510 dólares al mes.
El anuncio es polémico porque ignora efectos perniciosos del modelo sin regular con el que opera Airbnb. Lo hay de todo: desde las quejas vecinales por visitantes que llegan a edificios, hacen más ruido de lo usual por un par de días y luego desparecen, o quienes han sido desplazados de sus departamentos en alquiler solo para verlos después anunciados como sedes de Airbnb.
Ese efecto de desplazamiento aporta a la turistificación, dijo en su momento el especialista demográfico Álvaro Madrigal a Xataka México. La turistificación hace que un barrio se transforme para ser atractivo para turistas. En esas zonas abundan los restaurantes, los bares, los museos y cualquier comercio que dé experiencia añadida a la visita de personas que no son locales. Al haber mayor demanda de ocupación de turistas, los precios de los consumibles se elevan, así como el del metro cuadrado para vivienda, según el académico Madrigal.
Como resultado, las zonas se llenan "población flotante" y los residentes son desplazados hacia las afueras.
La preocupación de que las rentas suban
El modelo ha hecho arquear la ceja de ciudades completas que han establecido regulaciones para Airbnb, para hoteleros que se quejan de que sus negocios están enfrentando competencia desigual por un puñado de aplicaciones que no necesitan de tener los mismos permisos o pagar los mismos impuestos que ellos y, desde luego, por vecinos que son desplazados.
El tema en su momento llegó a ser discutido en congreso de Ciudad de México, con miras a una posible regulación. Para las mesas de discusión fueron convocadas organizaciones de colonos, académicos, hoteleros y Airbnb. Las pláticas ocurrieron en febrero de 2020, apenas unas semanas de que se desatara la pandemia. Nunca hubo seguimiento a las mesas.
Ninguno de los potenciales temas perniciosos relacionados a la falta de regulación sobre el tema de Airbnb formaron parte del anuncio hecho esta semana por gobierno de Ciudad de México. A pregunta expresa de la prensa, la jefa de gobierno dijo que no se espera un aumento en las rentas de ciertas zonas luego de la firma del convenio, "Airbnb está llegando a lugares que de por sí ya tenían rentas más altas", dijo.
Lo que no está siendo tomado en cuenta es que, precisamente como parte del convenio de colaboración, se espera que Airbnb enfoque esfuerzos en "redistribuir el turismo en la ciudad", según dijo el director de Airbnb en México, Ángel Terral.
Si Airbnb produce rentas más elevadas o no es un tema muy complejo del que no hay respuestas contundentes. Lo más cercano a una conclusión es un análisis hecho por Kyle Barron del 'National Bureau of Economic Research', Edward Kung de la Universidad de California en el que se concluye que el incremento de 1% de la oferta de Airbnb en una zona conduce al aumento del 0.018% en alquileres, y a 0.026% en aumento de costo de vivienda. El resultado es solo orientativo dado que no fue hecho en Ciudad de México.
En la conferencia de prensa con Airbnb y gobierno de CDMX, Terral dijo no poder hacer comentarios sobre el posible aumento de rentas o costos de vivienda. La jefa de gobierno dijo que el Instituto de Planeación hará su propio estudio para llegar a una conclusión.
Como parte del convenio, Airbnb aportará una campaña publicitaria a favor de las estadías largas en CDMX, bajo el eslogan "la ciudad más conectada del mundo". El propósito principal será atraer a teletrabajadores de otras ciudades y países para que laboren por amplios períodos de tiempo en la ciudad. El gobierno de la ciudad no pagará por la campaña que se desplegará en medios digitales.
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