Mucha gente le pedía a Microsoft que Rare pudiera desarrollar un juego para demostrar su potencial y no solamente esos títulos de Kinect que nos tenían acostumbrados en la parte final del Xbox 360.
Es por ello que nació Sea of Thieves, un juego que en su presentación no nos mostró mucho, pero después del último video del E3 nos quedó claro que sería una experiencia social en la que cada quien realizaría diferentes actividades, desde atacar a un barco enemigo o intentar sellar las filtraciones de agua que reciba nuestro barco sin olvidar que podemos ir a diferentes islas para explorar.
En la Gamescom el juego se mostró con mucha acción, confirmando que el trabajo en equipo será la clave absoluta para triunfar en las diferentes partidas.