Cuando la IA se popularizó, en gran medida gracias a ChatGPT, surgieron numerosos puestos laborales que solicitaban gente preparada para utilizarla, ofreciendo grandes cantidades de dinero. Ahora su uso ya está generando recortes salariales en algunos entornos, como el de los escritores.
De acuerdo con NewScientist, los escritores ahora están dispuestos a recibir sueldos hasta un 28% menores cuando se les permite utilizar la IA para apoyar su trabajo. Aunque se considera una compensación por el ahorro en mano de obra, algunos investigadores sugieren que esto reducirá el valor de la escritura creativa como profesión.
En una investigación realizada por Chen Liang, de la Universidad de Connecticut, se exploró cómo la IA generativa podía contribuir al proceso de creación y si facilitaba el trabajo del empleado. También se estudió cómo afectaba esta nueva situación la valoración de la IA por parte de los trabajadores.
Así fue el estudio
Liang y su equipo pidieron a 379 personas dentro de la plataforma de investigación en línea Prolific, donde se pueden establecer tareas pagadas, que redactaran un artículo en aproximadamente 45 minutos, ya fuera un ensayo argumentando a favor de un tema o una historia ficticia a partir de un mensaje.
A los participantes se les dieron varias formas de completar el trabajo: de forma independiente, es decir, sin utilizar IA; usando ChatGPT para editar y revisar su trabajo; o dejando al chatbot redactar su primer borrador para luego ajustarlo.
Algunos usuarios tenían la opción de hacerlo de forma independiente o con el apoyo secundario de la IA, mientras que a otros se les ofreció la alternativa de que el chatbot redactara primero o que lo hicieran por su cuenta.
A quienes lo hacían de forma independiente se les pagaba siempre tres dólares, pero si usaban tareas asistidas por IA, podían recibir una cantidad aleatoria entre 1.50 y 4.50 dólares, dividida en intervalos de 0.25 dólares.
Los investigadores encontraron que los participantes estaban dispuestos a aceptar un recorte de aproximadamente 0.85 dólares, es decir, un 28% de la cantidad total que se les habría pagado por un trabajo, por permitir que la IA les hiciera un primer borrador.
En contraste, aquellos que aceptaban que la IA revisara su trabajo permitían un recorte salarial de apenas 0.10 dólares.
El valor de la IA en el trabajo
Entre sus conclusiones, Liang indica que este experimento muestra cuánto valoran los escritores la ayuda de la IA para completar sus tareas, en lugar de mostrar cuál es su percepción de cuánto debería reducirse el precio de su trabajo por bajar su calidad.
Los investigadores también pidieron a los participantes calificar la calidad de su trabajo con y sin ayuda de IA, encontrando pocas diferencias significativas.
Para los empleadores, dice Mike Katell, del Instituto Turing de Londres, es una gran noticia, pues les permitirá ahorrar dinero en costos de mano de obra humana.
No obstante, esto hará que el trabajo de los empleados sea cuestionable, ya que se manda el mensaje de que los Grandes Modelos de Lenguaje (LLM) pueden hacer que la escritura creativa sea menos especializada y, por ende, menos valiosa, reduciendo así la capacidad de los escritores para negociar el precio de su trabajo, usen o no IA.
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